lunes, 25 de febrero de 2013

Me pides...

Me pides que te preste atención, me pides que te escriba algo bonito... Y aquí estoy yo, en otra aburrida clase de literatura, dejando que las palabras fluyan, intentando escribirte algo bonito, algo para que siempre recuerdes lo mucho que te quiero, lo mucho que me importas. 

Intentaría describirte. Pero, lo siento, no puedo. No. Porque no hay palabras suficientes ni en mi vocabulario, ni en el diccionario para describir como eres. Me faltarían palabras. pero, hay algo que puedes tener muy claro y quizás engloba la descripción de mis sentimientos hacia ti. Te quiero.  

Eres una persona que en muy poco tiempo se ha convertido en alguien especial. Eres mi amante, mi amor, mi cariño, mi todo. Alguien que es capaz de sacarme sonrisas en estas clases tan aburridas. En clases en las que yo decido desconectar y ponerme a escribir, y hoy he hecho lo mismo. Pero esta vez, te lo dedico a ti. 

Alegras el día a cualquiera con una pequeña tontería. Me alegras a mí. Doy gracias por tenerte a mi lado y poder confiar en ti. Doy gracias por poder verte cada día, y sino todos al menos casi todos. Y te doy gracias a ti, por aguantarme. Por estar ahí y escucharme. Por darme esos grandes abrazos que tantas mañanas me das, por hacer que las aburridas clases de literatura sean más amenas, sean más divertidas. Gracias.

Personas como tú, en este mundo quedan pocas. Personas con la sencillez que tú tienes, personas sinceras, humildes, alegres, locas, simpáticas y malpensadas, ya no hay muchas. Y es que tú eres como eres. Y me encanta pasar tiempo a tu lado, y que seamos las dos juntas las que mal pensemos, las que estemos toda la mañana riéndonos, y que en medio de clase y aun estando una al lado de la otra nos enviemos mensajitos (al menos cuando yo tengo wifi). 

Y me encanta poder darte los buenos días, y que tú me los des a mí. Y me encanta emocionarme con esos mensajitos que nos enviamos  con las cosas tan bonitas que nos decimos. Y quizás, para algunos sean chorradas, pero para nosotras es importante, porque es una forma de demostrarnos el amor y el cariño que nos tenemos. 

Tenemos un compromiso ¿recuerdas? Porque yo, cada día al levantarme veo mi anillo, ese que me recuerda que estoy comprometida contigo, y así empiezo la mañana con una gran sonrisa. Y, aunque creas que no te presto atención, créeme, sé que te tengo al lado, y sé que estás leyendo aquello que escribo. Y yo, mientras escribo, también pienso en ti. 

Y hoy, uno de los textos que escribí (y que publicaré más adelante), me ha hecho pensar en ti. Sí, porque tú no tienes nada que ver con la persona que describo en ese texto. Eres todo lo contrario. Siempre estás atenta, siempre pendiente, y sé que te importo. Y sé, que igual que yo, tú también me quieres. 

Nada más que decir, salvo recordarte lo mucho que te quiero. Y también, que aquí estaré yo siempre que me necesites. 

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