sábado, 1 de agosto de 2015

All that matters...

We keep this love in a photograph
We made these memories for ourselves
Where our eyes are never closing
Hearts are never broken
Times forever frozen still...
(Photograph, Ed Sheeran)

Tiempo para todos o tiempo para nadie, agradecer a aquellos que de una manera u otra se preocupan por ti o no agradecer a nadie, mostrar tu preocupación por aquellos que te rodean o simplemente despreocuparte y olvidarte de ellos; ¿qué hacer?

Cada uno es libre de decidir qué hacer, cada uno toma sus propias medidas y se hace responsable de sus actos, de los errores que comete. Nosotros mismos somos quienes decidimos a quien darle nuestro apoyo, a quien prestar atención y quien ni siquiera se merece un segundo vistazo. Nosotros y tan solo nosotros mismos. 

Sin embargo, creo que cuando ya tenemos decidido quien importa (sean 3 o 4 personas, o tan solo una) les debemos dar la misma importancia y tratar por igual ¿no? Es por eso que hay situaciones, hechos y sucesos que me extrañan demasiado. 

Para empezar, no veo lógico que uno no sea capaz de dar las gracias cuando se le felicita por su cumpleaños. A veces, una simple felicitación hace mucho más que un triste "hola" a medianoche, a veces una felicitación nos recuerda que a pesar de estar lejos los unos de los otros, si uno te felicita es porque ha pensado en ti ¿no? Aunque solo sea por cinco minutos, pero, ha pensado en ti. 

Te está recordando que si algún día lo llegas a necesitar, él estará ahí. Si tienes un mal día, un problema o tan solo necesitas un hombro en el que llorar, estará ahí. Por eso, me extraña que no seas capaz de dar las gracias. No creo yo que sea una palabra tan difícil de pronunciar como para que la olvides, o bien para que tartamudees y decidas abandonar su pronunciación o directamente ya ignores a la persona en cuestión. 

No me parece lógico, no me parece correcto que seas capaz de ignorar a quien tanto tiempo te ha dedicado, a quien ha estado ahí cuando poco a poco los demás se han ido, los que poco a poco desaparecieron de tu lado, dejándote solo, dejándote sin nadie en quien apoyarte más que en mí. No lo veo lógico. 

Aunque ya lo dicen, cuando las cosas van bien, cuando todo es felicidad y experiencias en un mundo de colorines, los amigos salen de debajo de las piedras, pero, en el momento de la verdad, todos desaparecen y son muy pocos los que quedan. Quiénes, te estarás preguntando: aquellos que no te han abandonado nunca, que jamás te dieron la espalda, aun cuando tus fallos y actitudes lo requerían. 

No eres capaz de mover un dedo, no eres capaz de mover más allá de tu zona de confort para estar con aquella persona que siempre se despedía de ti, que siempre te llamaba, que siempre se preocupaba por ti. Mientes, dejas la sinceridad a un lado y eres capaz de alegar que esto era algo que sucedería, que los dos no podríamos estar juntos, que si yo no me esforzaba lo suficiente, sería imposible que nos pudiéramos dedicar cinco minutos. 

¿Y tú? ¿Tú te has esforzado alguna vez? Sí, muchas, pero no por mí. Hoy en día uno es capaz de verlo y saberlo todo si lo intenta de verdad. Las fotos están ahí, las veo día tras día y salida tras salida. A mí, eres capaz de mentirme, a mí eres capaz de mirarme a la cara y hacer como si no pasara nada, como si todo estuviera bien, cuando en realidad no lo está. 

No me dedicas tiempo, ya no es que no me dediques el tiempo suficiente, porque obviamente no somos una pareja, pero ya ni siquiera eres capaz de pararte cinco minutos para pensar en mí y preguntarte si estaré bien. Jamás te prometí nada, jamás hice como otros, jamás juré lo que otros juraron, porque no quería romper una promesa, porque no quería fallarte. ¿Quién ha fallado a quién? 

Siempre nos quedarán los recuerdos ¿no? Los versos de aquella melodía que nos describía a la perfección, los recortes de papel con nuestra caligrafía, las fotos en las que se puede parar el tiempo, largas cartas en las que se pide perdón, en las que se dice "te quiero". Siempre importará aquello del pasado, pero ya nada del presente. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...