domingo, 24 de septiembre de 2017

Mi espectáculo.

Start celebrating [...]
Life is a cabaret, old chum!
(Life is a cabaret, Liza Minnelli)

Te rompen los esquemas, toda estructura creada se derrumba y cualquier muro impuesto a lo largo de nuestra vida se desmorona. Piezas de puzzle que encajan suave y fácilmente, no se aplica la fuerza bruta. Las reglas se rompen, el juego cambia y el mapa toma una dirección muy distinta a la planeada. 

¿Por qué planear? Mejor improvisemos. Las preocupaciones son muchas, los días grises abundan, lluvia, truenos, relámpagos, se avecina tormenta. Momentos que vienen solos, pero mejor ir a por los buenos. Giros inesperados y personas que se cuelan por las ranuras de los muros desquebrajados. 

Celebremos la vida, los grandes momentos, las piezas de puzzle que van encajando en su sitio. Destinos que se cruzan y casualidades incapaces de borrar sonrisas. Quien poco fue, hoy se abre paso por caminos de piedras y espinas, intenta alcanzarte, llegar más allá, descubrir. 

Entonces entiende que la vida es un cabaret. Espectáculo lleno de altibajos, donde la música predomina, nos marca, nos llena y nos cala tan hondo que se convierte en algo más que en una simple banda sonora. Improvisas y entiendes que cada verso guarda un secreto, que cada rima tiene un significado especial, y que los acordes de una vieja guitarra te envuelven en un dulce sonido. 

La vida es un cabaret donde nosotros somos los protagonistas. No queremos convertirnos en una mera sombra, en un recuerdo del pasado. Queremos ser el presente, el día a día. Buscamos una actuación única y propia, dejarnos llevar por lo que dicte nuestro corazón para vivir lo inexplicable: sorpresa, razonamiento, debates, corazón. 

Así que siendo protagonistas abrimos las puertas de nuestro hogar, de nuestra zona segura. Conocerán lo bueno y también lo malo, las inseguridades, los miedos, la inocencia, la experiencia y la inexperiencia. Confiamos en que no nos hagan daño, en que nos cuiden, nos protejan, nos escuchen y nos apoyen. Creamos nuestro propio musical celebrando cada momento, sin encerrarnos en nosotros mismos. 

Con la ayuda de otros se rompen las reglas. Sal con la cabeza bien alta, muéstrate valiente, fuerte, con garra. No te rindas, no te hundas. Sabes que un espectáculo no se hace solo, que tu cabaret no se crea de la nada. Siempre hay una historia que contar, personajes que se cuelan en ella. 

El tiempo corre, y en cuanto menos te lo esperas la función se acaba. Los problemas seguirán ahí, y si bien buscamos soluciones ¿por qué no saltarnos algún que otro acto y hacer lo que verdaderamente nos plazca? Habrá consecuencias sí, pero las sensaciones vividas nadie te las quitará. 

Y muchos juzgarán, otros te criticarán; quizás mientras murmuran, tal vez por la espalda y ojalá que de frente. Si no lo hacen, no importa, no saben lo que es el cabaret, dales tiempo que él se encarga de ellos. Por eso, sigue viviendo, disfrutando de tus amigos, de tu familia, de tu propio musical, tu telenovela o es ficción que poco a poco vas escribiendo. 

Derrumba tus propios muros, las normas y reglas impuestas. Bebe en compañía y también solo, programa un buen viaje y empápate de sabiduría e historia. Canta si te apetece y échate unas risas con quien te soporta en las malas y en las peores. Guarda secretos y protege a todo aquél que quieres. 

Empecemos a celebrar con quienes se hacen hueco en nuestro corazón, olvidemos los problemas por un instante y compone en un instante la mejor de las escenas, esa que recordarás en todo momento, inventa lo que no está escrito y reinventa lo que ya está escrito. 

Crea tus propios pasos, y desvíate del camino recto. Toma atajos peligrosos, caminos más largos y si quieres tomarte una pausa ¿por qué no? Al fin de cuentas se trata de tu propia historia, de tu show y del mejor de los cabaret; aquél hecho con amor, con pasión, con ganas de celebrar, de mostrar, de atesorar a personas con mucho valor y de gran corazón. 

Empieza a improvisar, y si el plan se llega a torcer crea uno nuevo, sigue buscando un motivo para celebrar, vuelve a cantar y a encontrar tu canción, o quizás las de otros. Bienvenido al cabaret, donde los problemas quedan fueran y nos dedicamos a celebrar. 

domingo, 17 de septiembre de 2017

Libérate.

¡Vamos! Corre, salta, vuela. Vive, sueña, enamórate. Persigue, acaricia, besa, sigue viviendo. Camina por senderos inexplorados, adéntrate en cuevas, busca hundirte en las profundidades de fríos mares y deja que la suave brisa roce el rojo de tus mejillas. 

Toma mi mano y deja que el barco zarpe. Confía en mí y en la sinceridad de mis sentimientos. Confía, háblame, cuéntame tus miedos y esperanzas, el por qué del día gris o si hoy sientes y ves el arco-iris. Libera presiones, sal a la pista de baile, emborráchate. Cenas y terrazas, velas y luna y todo frente al mar. 

Podría llamarte, explicarte mi día y esperar tu respuesta. Quizás solo quiero escuchar tu voz, saber como estás, saber si la ciudad te está tratando bien o si preferirías estar perdida entre montañas, bosques y ríos. Entender que nada de esto es en vano, que la preocupación es mutua, que si nos perdemos, al final encontraremos el camino. 

Te echo de menos y quizás por eso espero las llamadas. Tranquilizarme y calmarme con la calidez de tu voz. Y podría gritarlo a los cuatro vientos, escribirlo encerrada entre cuatro paredes o bien decidirme a cantarlo. No importa si otros se enteran, quien importa eres tú. Podría seguir esperando, enviarte mensajes y solo por saber que estés donde estés sonreirás. 

La importancia de las sorpresas, del día a día, de las palabras y los actos... Nada cae en saco roto, no lo olvido. Atesoro cada gran momento, cada café y por qué no admitirlo; también las cervezas. Las tardes llenas de complicidad, las mañanas de gruñón y las noches en vela. 

Los momentos están para vivirlos, no para dejar de soñar, de sonreír, besar, amar, reír, llorar, bailar y saltar. Las llamadas se hacen en momentos inesperados, sin pensarlo, actuando llevado por impulsos. Las cenas se convierten en desayunos, en charlas de madrugada que no acaban, que no quieres que acaben. 

El barco zarpa ¿y por qué no nadar? Déjate llevar por las miles de sensaciones, por los sentimientos del momento. Que no hay nada de malo en echar de menos a alguien, en abrazar cuando no se lo esperen, cuando a ti te apetezca. Saber que puedes poner una sonrisa en la boca de alguien. Así que ¡vamos! No pienses y libérate. 

martes, 12 de septiembre de 2017

Retos.

No lo busques, no lo fuerces, tan sólo deja que venga, que fluya. No te sientes en un banco a esperar, ni tampoco a vigilar y creer que aquél que se te acerque será quien tú estabas esperando. No encajes una pieza a la fuerza, ni creer que todas las piezas del puzzle son iguales. 

No busques a tu mitad perfecta, ni la media naranja con el corte más limpio de todos. ¿Por qué buscar naranjas? Quizás las manzanas son mejores, o un par de peras o mejor los limones. No quieras encontrar a contracorriente, ni creer que hay un tiempo límite. Todo llegará y debes dedicarte a vivir esos momentos y no recrearte en un futuro que aun no ha llegado. 

Mejor búscate a ti misma, encuéntrate entre tanta gente. Debes saber lo que quieres, poner tus prioridades en orden y luego dar la bienvenida a todo aquél que tenga ganas de aceptar un buen reto. ¡Bienvenido a mi caos! ¿Persona dispuesta?

Muchos se presentan diciendo todo lo que uno debe saber del otro. Sin embargo, dime una cosa ¿dónde está la diversión en todo ello? Mejor que lo descubras por ti mismo, que quieras ver los entresijos de mi caótica mente, de mi vida desordenada. 

Ojalá que quieras ver mi locura mientras participas en ella. Reírte de mi, pero siempre conmigo. Creer que lo mío no son sueños imposibles y que si cuento estrellas quieras tumbarte a mi lado, aunque tan solo sea para verme a mí. Que sepas que el baile no es lo mío, aunque intentes a toda costa sacarme a la pista de baile. 

Quizás a nuestro lado deberíamos tener a personas que nos den pequeños empujones, que nos saquen de nuestra zona de confort. Un día nos sacan a bailar y otro día ya me veo tirándome en paracaídas. Los momentos de felicidad están para vivirlos, para no pensar en ellos como quien disfruta de un buen mojito en la playa. 

Labios sabor de fresa que se encuentran, que te guían cuando una parte de tu ser se apodera de ti. ¿Cuál? Atrévete a averiguarlo, a saber que tras cada sonrisa, cada mirada y cada carcajada se esconde una historia, un por qué, un sentimiento dormido y que pocos consiguen despertar. 

¿Y si tú has despertado algo? Aprovecha, indaga y diviértete. No te preocupes por nada, sé tu mismo, así será la manera más directa. Y no, no prometo que todo sea color de rosa, pero eso ya está en ti. Siempre puedes parar, siempre puedes marcharte. 

Yo también quiero descubrir ¿sabías? Robarte una sonrisa, tal vez unas cuantas confidencias y otro par de besos. Querer saber que te preocupa, poder abrazarte y que en cualquier momento podrás contar conmigo, que al primer mensaje puedo estar ahí. 

Dispuesta a seguir investigando, a que me dejes entrar y que no encuentre una salida fácil, que tus miedos se conviertan en ganas de superación y que tu confianza puedas depositarla en mí. ¿Será todo tan desordenado y caótico cómo en mi mente? 

Pues bien, si sigues aquí, si las ganas de reír, de vivir siguen en ti... ¿Cómo saber si estarás tan a gusto en las experiencias que tú has puesto patas arriba? Momentos que he disfrutado, que he reído como niña pequeña, en los que he sido yo sin tener que acobardarme. 

Pero, si yo soy el desastre y tú tomas los riesgos... ¿quién dice que no formas parte de mi caos? De días donde la lluvia no entristece, sino que te invita a bailar y de noches donde el frío no existe, donde los besos y los abrazos se convierten en nuestro día a día y los pequeños mensajes en momentos de alegría. 

Sigamos así. Construyendo un presente rodeados de personas inmejorables, quienes no te cortan las alas y te invitan a volar con ellos. Quienes te ayudan en las malas y te miman cuando los miedos afloran, aunque nunca se olvidan de empujarte, de ayudarte a superar. 

No busques, ni organices tu vida. Planea o improvisa, descubre o deja que descubran. Acepta retos y deja que otros los acepten. Nada es fácil, pero puede ser muy divertido. ¿No crees?

lunes, 11 de septiembre de 2017

Vueltas al pasado.

Le he estado dando vueltas al asunto, desde que escuché nuestra canción no he sido capaz de parar de pensar en ello ni un momento. Tienes razón; me equivoqué. No supe como pedir perdón, y ahora que lo hago sé que es demasiado tarde, que de poco te valdría. El daño ya está hecho, es parte del pasado y difícil de rememorar. 

Nos equivocamos juntos, por separado y en paralelo. Quisimos correr, darnos prisa en las acciones, quitar la tirita de heridas anteriores de un solo tirón. Pensamos que sin hablar del tema todo estaría mejor, que si callábamos y actuábamos de forma espontánea todo seguiría igual. 

Me fallé a mi misma. Dí todo lo mejor de mí y aquí estamos otra vez. Removemos los errores del pasado, recordamos las fotos que tanta alegría nos dieron y luego pones nuestra canción en modo repetición. De fondo resuenan sus palabras, versos que una vez marcaron, dejaron huella en nosotros. 

Tatuajes que marcan nuestro futuro, objetivos que tenemos y sueños que intentaste destruir. Tinta negra en la blanca piel que se convierten en frases con promesas; nunca fallar otra vez. Sin embargo, nunca digas nunca ¿verdad? Palabras que no se deben pronunciar, pero quedan en el aire. 

Pues sí, mírame. Me presento, nos volvemos a ver y las inseguridades que creía haber dispersado vuelven a mí, como aquél niño que no quiere separarse de su madre. Los pensamientos van a mil y por más que lo intento no consigo relajarme, no consigo olvidar, ni desprenderme de esos pequeños defectos que forman parte de mí. 

Prometo no caer en las equivocaciones del pasado, que lo que un día fui no se apoderará de mí. Y un simple mensaje lo cambia todo. ¿Por qué eres así? Estuvimos en un tira y afloja continuo hasta el día en que yo solté la cuerda, pero parece ser que tú no te has deshecho de ella. Me pregunto qué es lo que quieres conseguir. 

Prometí no caer en tus redes, ni seguirte los juegos en los que solías meterme. Conseguí levantarme mientras me hacía paso entre mis propias promesas, reglas y normas que me repetía... Y otra vez me las vuelvo a saltar. Respondo a tus juegos, me meto de lleno en él. 

Me asaltan las dudas y no quiero que lo comprendan, no busco que lo entiendan. Tan sólo que acepten que forman parte de mí, que caer en los errores del pasado hacen que todo lo que uno quiso olvidar de si mismo vuelva a resurgir. 

Y que si lloro, que si guardo silencio y la sonrisa no nace, no te preocupes que todo se arregla, que solo pienso en las veces en las que me he fallado, en mis propias promesas rotas y en tantas reglas escritas y ya borradas. Y sí, no supe pedir perdón, pero tampoco pude perdonarme a mi misma. 

martes, 5 de septiembre de 2017

Nex to you.

Codéate con gente poderosa. No, no busques a gente rica, tampoco que sea famosa. No intentes encontrar a personas que quieran pisar a otros, que vivan del cuento de otros. No quieras rodearte de gente hipócrita, egoísta, que sean demasiado codiciosos. No sé si será cierto, pero no merece la pena. 

Rodéate de aquellos que te arranquen sonrisas y no lágrimas, quienes te dediquen cinco minutos de su apretada agenda y no te despachen como si estuvieses en la cola del supermercado. Ten a tu lado a esas personas que te regalen momentos, memorias, días llenos de anécdotas y experiencias vividas. 

Tu vida debe estar llena de personas importantes, ricas en personalidad. Encontrar a quien te aporte lo que más deseas en este momento. Dime ¿qué es? Alguien que despierte la curiosidad en ti, que te invite a explorar, a averiguar, quien remueva ese gusanillo que nos provoca preguntarnos y cuestionarnos todo lo que nos rodea. 

Sal a divertirte con quien no te obligue a cambiar tu personalidad, que no se avergüence al ser visto contigo, quien si te ven con el sombrero más ridículo posible, tan solo se ría y te siga la corriente. No busques, deja que todo fluya mientras disfrutas del día a día, mientras aprovechas las oportunidades que vengan. 

Mantén a tu lado a quienes con el más simple de los detalles te demuestren su cariño, su paciencia, su apoyo. Hay veces, y no me canso de repetirlo, que no hace falta mucho. No miento. ¿Para qué regalar un anillo, un reloj...? Muy pocas personas saben apreciar el significado de regalos así. Si encuentras a esa persona, créeme tienes el más valioso de los tesoros. 

Sin embargo, muchas veces un pequeño mensaje, un abrazo, un beso en la mejilla, otro en los labios es suficiente. Una carta de puño y letra, un audio con una canción dedicada, una nota en horas inesperadas hace muchísima más ilusión. 

No dejes de lado a esas personas que han dado todo de ellos mismos en sus amistades, que jamás han esperado nada a cambio. Aquellos que te enseñen, te muestren caminos con miles de obstáculos y que te animen a caminar por esos extraños senderos. 

De verdad, no pienses en los demás, en el qué dirán, valora a quien no tira la toalla estando a tu lado, quien se preocupa por ti en las malas, te da su mano en los momentos de pánico y se ríe contigo en las buenas. Puedes estar con quien te saque la sonrisa boba y tonta, quien mueva todo tu ser y saque tu lado más loco. 

Codéate con gente poderosa. Personas de gran corazón, amigos y amigas de gran sabiduría, quienes quieran seguir aprendiendo, seguir viviendo, riendo. Muévete con aquellos que disfruten de una buena película, o que aguanten tus malas películas. Personas que aprecien un buen libro, que se sumerjan en canciones de épocas pasadas y quieran descubrir los sentimientos de las nuevas letras. 

Sé tú mismo y abraza a quienes valgan la pena, a quienes estén a tu lado en todo momento. Abraza a quien con muy poco demuestre tanto, sienta miles de pasiones y quiera descubrir otras tantas. Construye recuerdos que no sean pasajeros, que no se queden en un día de verano, que quieran ver más. 

Codéate con gente con ganas de más; tú decides el qué. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...