martes, 26 de abril de 2016

Sin brillo, con envidia.

¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!
(Miguel de Cervantes)

La envidia nos rodea, nos carcome por dentro, no deja que nuestras virtudes salgan a relucir. Callamos la envidia, la ocultamos tras máscaras que cubren nuestro rostro, que cubren nuestra realidad. La envidia está presente aun cuando muchos no lo admiten. Está ahí. 

Nuestros ojos están llenos de rabia, creemos que otros son mejores que nosotros. Miramos a aquellos que están a nuestro alrededor, miramos lo que hacen, como actúan, no pensamos en nuestras acciones. Ellos se convierten en nuestra obsesión, solo existen ellos, pero no nosotros. La envidia no te deja ver más allá, no te deja entender. 

Es como si viviéramos por y para ellos. Es tan sólo querer saber lo que hacen, cuando y con quien. ¿Para qué? Para poder criticar. Es como si de un momento al otro te convirtieses en una simple maruja de calle, que solo quiere cotillear y poner verde a todo aquél que se le acerca. Sonrisas de frente, puñaladas por la espalda. 

La sangre te hierve, tus manos te delatan. No ves la felicidad, ni te alegras por los demás. Y si acaso decidieras soltar un simple "me alegro por ti", lo dices a regañadientes. Resoplas, te pones colorada por la rabia que se acumula. ¿Por qué? No ganas nada criticando a aquellos que han conseguido algo en la vida, que han luchado dando su fruto. 

¿No lo ves? Criticando no llegas a nada. Te quedas estancada, no continúas adelante. No piensas en ti, no piensas en lo que es mejor para ti. No actúas, no reaccionas, no te mueves. Solo son palabras que hieren, que duelen, pero que se olvidan. ¿Es eso lo que quieres? ¿Ser olvidada? Parece ser que sí. 

La envidia es muy mala y esta vida está llena de envidiosos. Personajes por la vida que creen dominar el mundo, ser mejores que todos nosotros juntos y que por dentro se mueren de rabia. Tú tienes algo que ellos nunca lograrán y eso los consume. 

Es triste saber que, por pensar en ellos, te dejas a ti misma. No intentas hacer nada productivo, nada de lo que puedas estar orgullosa, nada que haga que los envidiosos se mueran de envidia. Y es que claro, tú eres uno más de ellos. Nunca has podido salir de ese círculo, nunca has podido demostrar lo que verdaderamente vales. 

Te escondes tras esa máscara. Eres una sombra más perdida en la oscuridad, alguien que no brilla, que no desea brillar. Nadie te recuerda. Y quien te recuerda, lo hace como la envidiosa. 

domingo, 17 de abril de 2016

No lo eres.

'Cause all of my kindness
Is taken for weakness...
(FourFiveSeconds, Rihanna feat. Kanye West & Paul McCartney)

¿Será qué de tan bueno que uno es le toman el pelo? Quizás se creen que pueden jugar con uno, tomarle el pelo, hacerlo sentir insignificante e incluso inútil. Por ser bondadoso o buena persona se creen que pueden abusar de tu confianza, de tu bondad. 

Se aprovechan, te exprimen. Piensan en conseguir todo lo que quieran de ti porque se piensan que eres débil, porque se creen que no dirás que no, que no levantarás la voz, ni te defenderás. No entienden el significado de la palabra bondad, del querer ayudar a aquellos que te rodean. No comprenden que si dices que sí no es por debilidad, sino por ser fuerte y estar por y para aquellos por los que te preocupas. 

Eres fuerte, eres valiente. No dejes que otros te hagan creer lo contrario, no dejes que otros te expriman, que te hagan sentir inútil. No se trata de alzar la voz, ni de gritar. Hay formas de hacerse oír, hay formas de luchas por lo que quieres, luchar por ti misma y por lo que vales. No hace falta un megáfono con el que gritar, con el que hacerte escuchar. No, nada de eso es necesario. 

Sé tu misma, simplemente eso. ¿Quieres ser bondadosa? Puedes serlo. No necesitas ir a la moda, ni tener un físico diez. No debes ir maquillada si no quieres, ni ponerte tacones con los que te sientes incómoda. ¿No tienes el día para sonrisas? ¡Pues no sonrías! Todos tenemos un día gris y otro negro. 

No creas en las palabras de aquellos que no te conoces, de aquellos que tan sólo te regalan cinco segundos de su "preciado tiempo". Pues bien, que se enteren: tu tiempo es aun más valioso. Así que no lo desperdicies con estúpidos que creen saberlo todo, que creen tener el mundo a sus pies cuando lo único que tienen es mugre en los zapatos. 

No te acerques a aquellos que te miran por encima del hombro, ni a aquellos que te ven como un títere con el que jugar, al que manipular. No mires a los que por la espalda te insultan, aquellos que tú sabes que te insultan. Si lo hacen, lo hacen por envidia. ¡Sí, envidia! 

Y es que no tendrás un físico diez, ni una sonrisa del millón... pero eso da igual. Porque tú vales más que una simple minifalda y un par de tacones. Vales más que ese labial rojo que decidió comprarse solo para impresionar a alguien. Eres más bella, más inteligente que aquellos que creen que el mundo se divide en "guapos" y "feos", aquellos que creen que lo bonito de la vida tan sólo entra por la vista y el físico de los demás. 

Ignora a los que van de sobrados y a los que alardean de ser inteligente. Déjame decirte algo: de inteligentes tienen poco. Solo saben reírse de los demás, por miedo a mirarse al espejo y ver la cruda realidad. Ellos también tienen debilidades, ellos también defectos. Déjalos, ya se darán cuenta. 

Te han tomado el pelo una y mil veces. Se han aprovechado de ti otras tantas. ¿Pues sabes qué? ¡Ya no más! Se acabó ser el tonto de turno al que mentir y engañar, con el que jugar sin importar que tengas sentimientos. ¿Sentimientos? ¿Sabes lo que son? No lo parece. Claro que alguien tan arrogante y engreído como tú que iba a saber de ello. 

Demuéstrale al mundo que de débil nada, que no tiras la toalla, que no permites que te pisoteen. Recuerda que vales mucho, que vales más que todos aquellos que creen que pisando más fuerte y haciendo más ruido serán mejores. Ríete del mundo y de aquellos alguna vez te miraron por encima del hombro. 

Míralos si quieres y repite en voz alta: el tiempo pone a cada uno en su lugar. Ya llegará el día en el que sus tacones se rompan, el día en el que caigan y tropiecen como tantas veces te pasó a ti. Quizás el karma exista y sientan lo que una vez tú sentiste. Y ahí, en ese momento demostrarás que no eres débil, demostrarás que no eres estúpida, porque el tiempo los puso en su lugar y tú ya no debes hacer nada más. 

miércoles, 6 de abril de 2016

Drifting.

But I just know I'm driftin' far from you
I'm tryna keep my head strong, but my heart
Won't just let me grow away from you
Don't you know we're driftin' off, driftin' off?
I know you think that it's my fault for fallin' off
(Drifting, G-Eazy feat. Chris Brown & Tory Lanez)

Cada día es un nuevo comienzo, un día lleno de nuevas experiencias y nuevas ilusiones por vivir. Nos levantamos reconociendo los errores del ayer, entendiendo que no se pueden volver a repetir, creyendo que hoy no será ese día en el que volvamos a caer. Cada día es una nueva batalla, una nueva lucha en nuestro territorio o en territorio ajeno. Nosotros decidimos luchar con fuerza contra aquellos que suponen una amenaza, enfrentarnos a los diferentes desafíos. 

Nunca luchamos solos. Siempre hay alguien al lado nuestro para ayudarnos, aconsejarnos, reprendernos cuando hemos hecho algo mal o no del todo bien. Sabes a quien me refiero, sabes que hablo de aquella persona en la que piensas mientras lees esto. Cierras los ojos y ya te la imaginas, piensas en cuantas veces te ha regañado, cuantas veces se ha reído contigo, cuantas veces te ha echado un cable. Siempre se perfila la silueta de la misma persona ¿no? No lo creo.

Cada día es uno nuevo, y también es diferente. Los días cambian, y las personas que se perfilan en nuestra mente también. No siempre actúas de la misma forma con aquella persona que aprecias o apreciabas. No siempre les sonreirás igual, ni los llamarás con la misma frecuencia. Quizás un día, aunque te sigas preocupando por ellos, te dejen de importar porque tú a ellos pareces no importarles. 

¿Te has decepcionado alguna vez? ¿Te han decepcionado? Te inunda un sentimiento de tristeza, de engaño. Te sientes estafada por aquella persona que lo fue todo, que hoy es nada. Sonríes por no preocupar, pero ambos sabemos que esa sonrisa no te llega a los ojos. Quieres creer y hacer creer que todo está bien, y es todo mentira. 

Te hacen creer que es tu culpa, que tú has decepcionado y no a la inversa. Quieren que creas que si hemos llegado a este extremo es única y exclusivamente tu culpa y no de los demás. ¿Lo es? ¿De verdad lo crees? Han sido tantas las decepciones y de la misma persona. Aquella que promete y nunca cumple; aquella que dice, pero nunca actúa; aquella que habla mintiendo.

Confías en quien no debes. Un par de sonrisas amistosas, unos tontos piropos y un café a media mañana no lo son todo. Esto no es lo que forma y une una amistad. Esto no es lo que vale mi amistad, aunque para ti siempre fue así. Tenemos una visión diferente de la palabra amistad, de su significado. 

Crees que con preocuparte por mí desde la distancia está todo arreglado, que lo nuestro, nuestros problemas se han solucionado. Las cosas no funcionan así, lo nuestro no era así. Lo que has hecho, lo que has dicho no tiene solución alguna. Creo que lo mejor es poner distancia de por medio. 

¿Se consigue? Contigo, sí. Sigues con tu vida, te olvidas de mí. No he sido más que un simple rastro de polvo que has barrido, el que has pasado por encima porque no importa, no importo. Quieres que lo siga dando todo, y hice; solo para darme cuenta que lo único que conseguía era que la caída fuera desde más alto y más dolorosa aún. 

Pides, pide y vuelves a pedir. Lo quieres todo, pero tú no das nada. Y no, no se trata de pedir nada a cambio, pero deberías darlo, debería salir de ti como tantas veces salió de mí. No nace de ti, no tienes voluntad por conservar a aquellos que lo han dado todo por ti y que han estado incondicionalmente. Tan solo buscas amistades con las que pasar el tiempo, que nunca serán duraderas. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...