jueves, 30 de enero de 2014

All about you...

And I would answer all you're wishes, if you asked me to. 
But if you deny me one of your kisses, don't know what I'd do. 
So hold me close and say three words, like you used to do. 
Dancing on the kitchen tiles, 
Yes you make my life worthwhile, 
So I told you with a smile... 
It's all about you. 
(All about you, Mcfly)

Y tu olor queda impregnado en mi. Tu aroma recorre cada centímetro de mi piel, cada poro, cada pequeño rincón de mi cuerpo. Recuerdo tus sonrisas, aquellas que cada mañana me regalabas, y me sigues regalando. Y es que todo tiene que ver contigo, últimamente todo gira entorno a ti, a nosotros. 

Tus alocados mensajes de buenos días, me despiertan de la mejor manera posible. Me hacen sonreír e incluso reír, cuando empiezas a contarme una de tus viejas historias o bien una pequeña anécdota. 

Tus abrazos cuando nos vemos, cuando derramo una pequeña lágrima o bien cuando tan solo quieres verme sonreír, me derriten, me animan, me llenan de calor, de confianza y de fuerza. 

Cada día es un mundo nuevo contigo, una aventura y algo nuevo a descubrir. Siempre hay algo nuevo a descubrir a tu lado, contigo. Protegiéndome y cuidándome. Estando a mi lado en todo momento. 

Y es que todo es sobre ti. Me quieres, te quiero, nos queremos. A nuestra manera somos felices. Siempre sonriendo, riendo, abrazándonos, cometiendo errores. Pero siempre juntos. 

#amistades

Dándolo todo por una amistad, por una persona. Ayudando y apoyando incondicionalmente a esa persona que tanto te importa, a la que admiras y que tanto cariño tienes. ¿Y todo para qué? Para qué no sea capaz de valorar lo que haces por ella y sea capaz de darte la espalda o bien darte una puñalada trapera.

No se trata de recibir algo a cambio. Recuerda que en una amistad no hay que pedir nada a cambio. Sin embargo, siempre hay que valorar a la otra persona, tener presente todo lo que habéis pasado juntos. Una amistad es cosa de dos, es recíproco. No de una única persona. 

Entonces, pasa lo que pasa. La persona que intenta dar lo mejor de si, aquella que está en todo momento acaba sufriendo. ¿Tanto cuesta valorar a las personas que tienes a tu alrededor? ¿Qué ganas ignorándolas? ¿Qué ganas no recordándoles cuánto los quieres o los aprecias? Nada, no ganas absolutamente nada. 

Y es que hay personas que no son capaces de verlo, ni de valorarlo. Y tú, según tu personalidad, te hundes. Crees que no lo has dado todo, que podrías haber hecho más. Pero no, debes dejar de creer eso. No es tu culpa que haya personas que solo se arrimen a ti por interés, por puro y estricto interés. 

Tranquilo, ya encontrarás a personas que te aprecien. Ya encontrarás a personas con las que poder desahogarte sin miedo, sin temor a lo que te digan, a que te juzguen. Las encontrarás. Y podrás presumir y decir con las cabeza bien alta que esas personas son tus amigas. 

Sí, podrás estar locas, podrán tener sus defectos, sus más y sus menos. Pero al fin y al cabo son personas que sabes que podrás llamar en cualquier momento del día y no rechazarán tu llamada. Son personas de gran corazón. Personas a las que no puedes ver todos los días, pero que sabes que están ahí incondicionalmente. 

Valoras y valoran. Son amistades. Grandes personas, las mejores que has podido encontrar. Son las únicas capaces de cometer locuras contigo para así sonreír. Ellos sí lo ven. 

Tú no fuiste capaz. Lo único que conseguiste es arruinar tus amistades para así quedarte sola, sin nadie a quien acudir. Y sí, yo podré sufrir por personas a las que les he dado todo sin pedir nada a cambio. Pero, también he sido capaz de salir adelante encontrando a esas personas especiales. Y tú, sigues buscando tu lugar en el mundo. 

Ahora bien, hasta que no seas capaz de valorar a alguien más que a ti misma, no serás capaz de encontrar a nadie especial y verdaderamente importante a quien acudir. 

martes, 28 de enero de 2014

Oídos sordos.

A palabras necias, oídos sordos.

Sin embargo, no siempre son necias pero sí que hacemos oídos sordos. Nos hacemos los tontos, como si no importara para ver hasta dónde llega la mentira. No hablamos para sí ver ellos solos son capaces de darse cuenta de los errores que están cometiendo.
Tan solo observamos. Sí. Vemos como su mundo se desmorona y no hacemos nada. ¿Por qué? Sencillamente, porque el nuestro se desmoronó antes. Ellos lo provocaron.
Nos dimos cuenta de lo mucho que nosotros hicimos por según que personas y como ellos no hicieron nada. Ellos se apartaron de nuestro lado cuando más los necesitábamos, se fueron. Se olvidaron de la importancia de nuestra amistad, se olvidaron de las fechas importantes, se olvidaron del nosotros, se olvidaron de mí. Lo hicieron.
Y una sigue sonriendo, haciéndose la tonta, como si nada pasara. Pero, en realidad no es así. Sonrío porque estoy cansada de los problemas, estoy cansada de llorar, de mostrarme débil.
El tiempo ha pasado, pero la situación sigue siendo exactamente la misma. El mundo gira y nosotros seguimos estáticos. No somos capaces de avanzar, no se nos permite. No podemos... No, hasta que seamos capaces de solucionar nuestros problemas.
Pero, la solución es ayudar a aquellos a quien se lo negamos cuando su mundo se desmoronaba. Ahora bien, a mi no me parece una solución teniendo en cuenta que ellos nunca dieron su brazo a torcer, ni nos tendieron una mano cuando lo necesitábamos. No lo hicieron.
Y ahora te piden perdón e incluso ayuda. Dicen que tú eres la única capaz de ayudarlos. Pero tú ya no te lo crees. Para ti son palabras necias, así que decides hacer oídos sordos.



lunes, 27 de enero de 2014

Midnight promises.

Midnight doesn't last forever
(Irresistible, One Direction)

Promesas de medianoche. Promesas hechas bajo la luz de la luna, de aquellas que tan solo recordar sonríes creyendo que algún día se cumplirán. Y es ahí, mientras recuerdas, cuando bajo esos pequeños ojos iluminados y brillantes aparece una lágrima que empieza a resbalar hasta dar contra el suelo. Y a la vez, tú te chocas de frente contra la realidad. 

Recuerdos de medianoche que se acumulan en tu mente. Recuerdos que vas liberando para darte cuenta de que igual que la medianoche no dura para siempre, las promesas tampoco. Te das cuenta que ni siquiera se han podido cumplir esas promesas tan fáciles y sencillas de cumplir; siempre te mantendré en el recuerdo. Ni siquiera recordar. 

Y es que el por y para siempre dejó de existir hace tiempo. Quizás incluso antes de prometer bajo la atenta mirada de la luna a las doce de la noche. Y sin embargo, se me hace imposible olvidar tu sonrisa, tus besos, tus caricias. No puedo y creo que tampoco quiero. 

Porque yo, a diferencia de ti, te seguiré recordando. Y cumpliré la única promesa que te hice; a cada paso que doy seguirás presente, te lo prometo. Y lo estás. Siempre pienso en aquello que me dirías cada vez que avanzo, cada vez que lucho por un nuevo objetivo, por un nuevo sueño. 

No obstante, yo dejé de existir en tu vida hace tiempo. Dejé de existir cuando el sol salió y la luna se escondió para no volver a aparecer. Y aunque durante muchas noches te esperé y esperé que esas promesas volvieran nunca lo hiciste. Y es que, aunque el día tenga 24 horas, y haya una medianoche cada día, esta no dura para siempre. Y a veces, piensas que ya no existe. 

Y así es como las promesas de medianoche vuelan, así es como tu cariño, amor y respeto se desvanece. Así es como tú y yo nos convertimos en desconocidos. Y así es como tú te conviertes en un recuerdo y yo en simples promesas de medianoche rotas. 

jueves, 23 de enero de 2014

Borrando sonrisas...

¿Cómo puede ser que dos palabras sean capaces de arruinarlo todo? ¿Cómo? Lo que empezó como un simple y tonto juego, acabó haciéndome daño, borrándome la sonrisa que llevaba todo el día manteniendo. 

Hay pequeñas palabras que son capaces de cambiar tu día, de cambiar tu mundo. A veces son para bien pero muchas otras son para mal. Y no se puede negar que, a pesar de hacer como si nada pasara, a ti ese pequeño gesto te ha dolido. 

A veces son dos palabras o quizás tres, a veces es una imagen y otras tan solo un simple gesto o detalle olvidado. Si de verdad conocieras a esa persona que tienes a tu lado, sabrías como cuidarla y como no herirla. 

Pero aquí estamos, escribiendo un post dedicado a esos detalles dolorosos por parte de aquellos considerados amigos, familia. Quizás, en algunos casos sea algo infantil, pero no siempre es así. Y eso no es lo peor... Lo peor es que todos somos diferentes y hay personas a las que las cosas les afectan fácilmente. 

Entonces ¿por qué hacer daño? ¿Qué se consigue de esa manera? Nada... Tan solo borrarle la sonrisa a alguien que intenta ser fuerte y no desmoronarse a la primera de cambio. Tan solo se consigue que esa persona se sienta insegura, desconfiada de sí misma. Tan solo consigues que su sonrisa se quiebre dando paso al dolor. 

Deberíamos medir nuestras palabras y nuestros actos. Deberíamos saber comportarnos y entender que es lo que hemos hecho mal, no cometer lo mismo errores y no hacer daño a aquellos que nos importan. 

Deberíamos querer a los nuestros y no dedicarnos a borrar sonrisas. 

No puedo.

And if I didn't believe you then
Then I won't believe you now
(On the run, Kaiser Chiefs)

Hubo una vez que creí en ti. Sí, creí y confié en tus palabras. Sin embargo, con el paso del tiempo me di cuenta de que me equivocaba, que no debía de creerte. Y así fue, dejé de confiar en ti. 

Recuerdo como decías que no nos separaríamos, que nuestra amistad sería para siempre. Utilizabas esas típicas frases empalagosas como nuestra amistas es como el mar, se ve el principio pero no el final. ¡Mentira! Yo vi el final de esta amistad hace mucho tiempo. 

También recuerdo como prometías que a pesar de tomar caminos distintos lo nuestro seguiría igual. Seguiríamos estando la una para la otra en todo momento. Nos veríamos cada fin de semana... ¿Nos vimos algún día? No, ninguno. Es tan triste... 

Vivimos momentos maravillosos, y quizás solo nos queda eso... Los momentos vividos y ya perdidos. No fuiste capaz de acordarte de mi cumpleaños, al menos no de manera decente. No eras un amigo cualquiera de facebook, yo nunca lo sentí así.

La cuestión es que ahora el tiempo ha pasado, las cosas han cambiado, yo he cambiado. Y tú reapareces queriendo recuperar esa amistad perdida. Pero lo hecho, hecho está y no hay vuelta atrás. No hay nada que solucionar, no hay nada que resolver. 

En su momento te creí, pero rápidamente dejé de creerte cuando vi como te comportabas. Y si ya no te creía entonces cuando prometías y prometías... ¿por qué debería hacerlo ahora? No hay ninguna razón para ello. 

Esperaba más de ti. Y dices que te importo, pero yo ya no puedo creerte. 

miércoles, 22 de enero de 2014

Guardando secretos...

¿Por qué será que cada vez que pienso en ti sonrío? ¿Por qué? ¿Por qué será que cada vez que me sonríes me derrito? ¿Por qué? ¿Qué es lo que nos está pasando?

Éramos dos simples amigos que compartían buenos momentos juntos. Tardes en las que me venías a buscar y dábamos un largo paseo. Hablábamos, confiábamos el uno en el otro. Tú me escuchabas, yo te apoyaba en tus nuevos proyectos. Pero éramos simples amigos. 

Ahora, no hay momento en el que no esté nerviosa cada vez que estás a mi lado. Cualquier comentario que haces, por más estúpido que parezca, hace que me ruborice. 

Me levantas los ánimos. Sé que últimamente las cosas no han ido bien, pero ahí estás tú; apoyándome, escuchándome, abrazándome. Tus sonrisas de cada mañana hacen que los ánimos vuelvan a mí. 

A tu lado me siento fuerte, segura. Cuando estoy contigo siento que nada ni nadie me puede vencer. Y ojalá tú te sintieras igual. Pero, tan solo somos amigos que comparten llamadas telefónicas para desahogarse, para ayudarnos, para ordenar nuestras ideas. ¿Que me pasa? ¿Qué nos pasa? No lo sé. Somos dos personas tan distintas que han acabado uniendo sus caminos, sus vidas. 

Intento negar lo que siento, buscar una explicación alternativa. Pero no hay manera. No puedo mentirme a mi misma, sería peor, dolería aun más. No 
puedo hacerlo. 

Pero quien sabe. Quizás es cierto lo que dicen y el roce hace el cariño. Y quizás yo estoy confundiendo la amistad con el presunto amor que siento por ti. Aunque esto último es muy arriesgado afirmarlo. 

Entonces, lo mejor es callar. Hacer como si fuéramos simples amigos que se quieren como hermanos y así no arruinar esta bonita amistad. No es bueno para mí y para ti tampoco. Te estoy mintiendo, me estoy mintiendo. Sin embargo, decirte la verdad sería aun peor. Te necesito a mi lado. 

martes, 21 de enero de 2014

Voices.

I’m friends with the monster 
That’s under my bed 
Get along with the voices inside of my head 
You’re trying to save me 
Stop holding your breath 
And you think I’m crazy 
Yeah, you think I’m crazy
(The Monster, Eminem ft Rihanna)

Monstruos, dudas, preguntas, voces internas que nos acompañan en todo momento. Quieres librarte de ellas, hacer que desaparezcan. Pero, la verdad, si te paras a pensar en ello, esas voces estarán ahí siempre. 

Y no, no es que estés loca. Esas voces, aunque parezca mentira, son la cordura que necesitas en los peores momentos. Sí, esas voces son capaces de enseñarte los pros y contra de tus problemas, lo malo y lo bueno. 

Son la ayuda que necesitas en los malos momento. Porque cuando crees que todo va mal, aparecen tus "monstruos" para recordarte que ha habido momentos peores, donde todo hubiera salido peor. Pero aquí estás tú, sigues luchando. 

E intentas ayudarme, intentas hacer que desaparezcan. Pero créeme, no puedes tratarme como una loca. No lo estoy. No puedes creer que hay manera de ayudarme. Porque son mis voces llenas de dudas las que me ayudan, las que hacen que progrese, que ordene de mis ideas, mi vida.

No hay nada que hacer. He de escucharlas. Parece una locura ¿verdad? Pero piénsalo bien. Es como cuando aparecen ese pequeño demonio y su enemigo el ángel. Tus voces interiores son exactamente igual. 

Voces que no merecen ser juzgadas, al igual que tú tampoco. Voces cuerdas, razonables. Voces que te repiten una y otra vez los errores que has cometido y que no puedes volver a cometer. Voces.

viernes, 17 de enero de 2014

Apologise...

You tell me that you're sorry,
Didn't think I'd turn around
And say...
That it's too late to apologize.
It's too late...
(Apologize, One Republic)

Perdón; 6 letras, una palabra y sin embargo es difícil de ser pronunciada. Siempre cuesta disculparse cuando has cometido un error, cuando te has equivocado. 

Lo siento; 6 letras, dos palabras y los labios siguen si querer despegarse para pronunciarlas. Es tan difícil decirlo cuando has herido a alguien, cuando no has hecho más que hacer sufrir a esa persona importante. 

Somos demasiado orgullosos como para aceptar la realidad, como para aceptar que hemos cometido errores. Somos tan estúpidos que no nos damos cuenta que al no pedir perdón lo único que hacemos es perder a esa persona que tanto queremos. 

Aunque pensándolo bien, quizás ya la hemos perdido desde el primer momento que nos hemos equivocado. Sin embargo, aunque sea para estar bien con uno mismo o bien para que haya un mínimo de cordialidad, deberíamos pedir perdón. Aunque sea tarde. 

Debemos entender que se debe pedir perdón cuanto antes mejor. Pero no se trata de decirlo, sino de sentirlo verdaderamente. Pero quizás ya es tarde para pedir perdón ¿no?

El daño está hecho, los errores son irreparables, el dolor causado sigue ahí. Y sí, quizás incluso quede algo de rencor. Vienes, pides perdón y crees que ya está todo solucionado. 

Pero lo hecho, hecho está. Y ya no hay vuelta de hoja, no hay manera de volver al pasado y arreglarlo. Si no hubieras sido tan orgulloso, tan estúpido quizás podrías haber arreglado las cosas en su momento. Pero ahora ya está todo perdido. 


Reescribiendo...

Dicen que las grandes amistades son las que nacen de la nada y que poco a poco van progresando. Dicen que las verdaderas amistades se conocen en la universidad. Pero a la vez, la toma de diferentes caminos te hace ver que amistades hechas a lo largo de la juventud prevalecerán. Dicen demasiadas cosas, pero cada persona es un mundo y es difícil conocerlo. 

Pero a ti te conocí hace un año aproximadamente. Recuerdo que fue en esas clases tan entretenidas de literatura que nos conocimos. Al principio, sentadas en aquellos bancos hablábamos siempre de lo mismo; esos niños revoltosos que cogían el mismo tren que nosotras y alguna que otra vez algún apunte de las materias que cursábamos. Por otro lado, me fijé en algo que hacías y sigues haciendo: mirarte las puntas. En ese momento no había confianza. 

Ahora bien, la confianza no es cosa de uno, y tampoco de un día. Poco a poco nos fuimos soltando. Quedábamos en la estación y cogíamos el tren juntas, íbamos a la mayoría de las clases juntas y empezamos a soltarnos y a hablar. Aunque este año ha sido una locura. 

Recuerdo lo que me decías por quedarme en la cafetería. Y ahora eres tú la primera en quedarse. Pasamos un buen rato juntas (solas o no). Nos reímos, tomamos café (bueno o yo lo tomo mientras tú me regañas por la sacarina), hablamos de temas serios, nos apoyamos cuando lo necesitamos, pero sobre todo disfrutamos de la buena compañía.

Este año, creo que hemos ido de mal en peor pero en el buen sentido. Bueno, no sé como se explica eso exactamente. Pero creo que a día de hoy confiamos la una en la otra. A pesar de que no te gusten los abrazos, y eso que de vez en cuando son necesarios. A pesar de que no seas muy cariñosa y lo repito lo demuestres a tu manera. A pesar de eso sé que nos tienes cariño. 

Coger el tren contigo es una aventura. Siempre hay algo nuevo y/o diferente de lo que hablar. No es como al principio, donde casi ni hablábamos. Ahora son los 8 minutos más cortos y más llevaderos. 

También, si no lo hice en su momento, lo hago ahora. He de darte las gracias por escucharme y aconsejarme. Por apoyarme y defenderme (a ti y mis otras locas). Y por supuesto por aguantar mi locura y también mi pequeña obsesión. 

Pero creo que lo más importante es que juntas siempre o bien casi siempre estamos sonriendo y riéndonos. Siempre tenemos un motivo, una anécdota que contar que nos hace reír. Y estas son las cosas bonitas de una amistad. Cosas para guardar y no olvidar. 

Eso sí, eres una celosilla de muchísimo cuidado. Sólo por escribirle a otra persona un post un poquito más largo te me enfadas. Y eso que a ti lo de leer tanto no te gusta. Pero bueno, aquí lo tienes. Todo para ti. A ver a quien se lo haces leer. 

Para que acabes sonriendo: A. H.

Comentando defectos.

De vez en cuando no está mal escribir sobre tus defectos o sobre aquellos que te rodean. La verdad, no es algo que a mí me guste hacer. No por nada, sino porque para mí aquellos que están a mi lado son perfectos a su manera; para mí lo que importa es que sean capaces de hacerme sonreír, que estén a mi lado si los necesite. 

Ahora bien, no sé que pasa estos días que todo el mundo quiere posts dedicados donde escriba sus defectos. ¡Como si fuera tan fácil! Y no es algo que me guste mucho hacer, como bien he dicho antes. Pero en fin, empecemos.

Sabes que te quiero mucho y te aprecio. Ahora bien, admitamos que están un pelín loca. Y no solo eso, sino que también eres demasiado despistada. Prefiero no dar ejemplo de lo despistada que llegas a ser, no sea caso y te cabrees conmigo, pero que conste que tú has pedido el post. 

Por otro lado, hay algo que no se ha conseguido aun contigo y que no sé yo si conseguiremos algún día y es que vigiles ese vocabulario. Es que escuchar una de tus notas de voz al lado de la familia es un peligro. Seamos sinceras, en eso no vamos a mentir. Creo que hay veces que esperamos a leer comentarios, antes de darle al play. Más que nada por si un caso. 

De tu fanatismo no vamos a hablar. Es verdad que me meto con él (pero con amor siempre). Pero yo soy la menos indicada para hablar de ello, tu bien sabes porque. 

Ahora bien, créeme que a veces pecas de sincera. No es que a mí no me guste, al contrario. Creo que es lo mejor que se puede hacer. Debes ir con la verdad por delante. Pero aunque nos riamos, pobre stalker. Y no solo eso, debes tener paciencia. Que sé que la tienes, pero a veces es mejor aguantar un poco más antes de arrepentirse de algo. Así que defiende lo que es tuyo, pero ten paciencia y no sueltes una de las tuyas. No merece la pena.  

Pero tú sí que mereces la pena. Sé que no es un post muy negativo. Pero a mí sabes que eso no me lo puedes pedir y menos cuando a ti te quiero demasiado. Sigue sonriendo como una tonta y sigue siendo feliz que te lo mereces. 

E.O.M

miércoles, 15 de enero de 2014

Incondicionalmente.

-¿Me abrazas?
-Siempre que lo necesites.

Repites una y otra vez estas palabras: siempre que lo necesites. Acudir a esa persona, alguien que no te negará ese abrazo. Pueden pasar días, incluso meses sin necesitar un verdadero abrazo, de esos que te dan fuerza y ánimos, pero esa persona siempre estará ahí. 

Jamás te pregunta si lo necesitas, jamás te pregunta el por qué te lo ha de dar. Tan solo te lo da. Y tú sientes su cálido aroma y sonríes. Te apoya, te escucha, está a tu lado, te abraza.

Siempre presente, incondicionalmente. Con él o con ella sabes que no hacen falta explicaciones. Tan solo hacen faltas miradas,abrazos y te quiero susurrados. 

Y quizás porque no hay mucho que decir, pocas líneas se le pueden dedicar a los abrazos y a esas grandes personas que están a tu lado siempre. En lo bueno y en lo malo. Poco se puede decir de aquellas personas que no te niegan un abrazo, un te quiero ni un hola. 

Siempre ahí. Siempre haciéndote sonreír, siempre luchando por ti y por ellos. Siempre ayudándote, dándote ánimos y no permitiendo que tires la toalla. Incondicionalmente.

Something negative?

A veces escribo un post negativo y otras veces positivo. A veces escribo lo bueno y a veces lo malo. Otras intento ordenar mis ideas y quizás lo consigo pero no siempre.

Entonces, medio en broma, medio enserio (porque ya lo dicen: entre broma y broma la verdad se asoma), te piden que escribas un post negativo en base a alguien, en base a ella misma. 

Pues bien, yo lo haría, pero no podía sacar nada en claro. Más que nada porque he de recordarte que somos un pack y lo que diga de ti también me afecta a mí. 

Eso sí, he de recordar que tienes unas extrañas manías. Aunque esas pequeñas manías te hacen especial (en el buen sentido). Por otro lado, tienes una forma muy peculiar de demostrar tu cariño. Eso sí, hacerlo lo haces. Así que me conformo con eso. 

Por último, odio que odies los abrazos. Pero con solo verte sonreír cuando te espero en la estación de tren, me alegro, me alegras. Aun así, de vez en cuando algún abrazo te hemos sacado. Y créeme que lo seguiremos haciendo. 

¡Ah! Y hay otra cosa que odio: que me recomiendes canciones. Pero más que nada porque sabes perfectamente que me engancho. Eso sí, mis 1D seguirán estando por encima de todo y de todos. 

Bueno, y aunque tú no seas mucho de decirlo, te lo voy a decir yo: te quiero. 

A.H. 

viernes, 10 de enero de 2014

Alguna vez.

¿No has deseado alguna vez tirarlo todo por la borda? ¿No has pensado nunca en abandonar? ¿Y en tirar la toalla? ¿Lo has hecho? Seguro que sí... Seguro que alguna vez has tenido estos pensamientos. Alguna vez. 

Entonces, todo el mundo quiere e intenta animarte. Quieren ver una sonrisa, aunque solo sea una mueca, un intento. ¿Lo haces? ¿Lo intentas? Claro que sí. Por ellos lo que sea. Lo intentas. Alguna vez lo haces. Alguna vez. 

Pero los intentos de poco sirven. Porque nosotros como personas somos capaces de hacer más caso a un comentario negativo que a diez positivos. ¿Alguna vez? No. Miento. Siempre. Nos afectan. Algunas veces lo dejamos pasar, otras es casi imposible. 

Creemos que nos hemos equivocado de camino, que hemos escogido aquel que nos haría feliz. Y ahora, viéndolo de cerca, todo cambia. Ya no nos agrada ese camino, nos sentimos inútiles en él. 

Sabíamos que íbamos a encontrar piedras, obstáculos que pasar o esquivar. Pero no como estos. No aquellos obstáculos que tanto daño hacen, aquellos que alguna vez creímos superar. Alguna vez... 

Dicen que de nada sirve tirar la toalla, que hay que ser fuerte y luchar hasta el final. Lo dicen, lo digo. Y como tantos otros, yo digo que es fácil decirlo y difícil aplicarlo. Aunque alguna vez se debería hacer. 

Sí. Alguna vez. Pero no hoy. Hoy, aunque escuches como te repiten una y otra vez que alejes esos malos pensamientos, tú tan solo piensas en esconderte, desaparecer, tirarlo todo por la borda, dejar que caigan lágrimas silenciosas. Hoy decides ser débil. 

Te sientas, te acuestas o bien das un paseo sumergida en las canciones que te hacen soñar, que te hacen sonreír. Sin embargo, ni siquiera aquellas letras con sentimiento (para ti) son capaces de conseguirlo. Solo eres capaz de dudar... Dudar sobre ti misma, sobre tu camino, tu vida, tu futuro. 

Quieres entender que es lo que has hecho mal, o bien por qué te sientes débil. Piensas, piensas y vuelves a pensar. Y quizás encuentras la respuesta: creer que alguna vez lo conseguirías... Creer, alguna vez. 

No encuentras consuelo. Todo están ahí, pero para ti no hay nadie. Sí. Ellos están ahí. Pero ni un café, ni una charla, ni un mensaje será capaz de arreglar el dolor o la decepción que hay en ti. Nada, nadie, nunca. 

¿Por qué? Porque buscas a aquella persona que te apoye, escuche, atienda, comparta tus vivencias, lo bueno y lo malo. Buscas a aquella persona que mueva tu mundo, tu vida. Aquella que lo cambie. Buscas. Y quizás alguna vez la encuentres. 

Pero por ahora, no haces más que sentirte débil. Quizás alguna vez esto cambie...Alguna vez. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...