jueves, 23 de enero de 2014

Borrando sonrisas...

¿Cómo puede ser que dos palabras sean capaces de arruinarlo todo? ¿Cómo? Lo que empezó como un simple y tonto juego, acabó haciéndome daño, borrándome la sonrisa que llevaba todo el día manteniendo. 

Hay pequeñas palabras que son capaces de cambiar tu día, de cambiar tu mundo. A veces son para bien pero muchas otras son para mal. Y no se puede negar que, a pesar de hacer como si nada pasara, a ti ese pequeño gesto te ha dolido. 

A veces son dos palabras o quizás tres, a veces es una imagen y otras tan solo un simple gesto o detalle olvidado. Si de verdad conocieras a esa persona que tienes a tu lado, sabrías como cuidarla y como no herirla. 

Pero aquí estamos, escribiendo un post dedicado a esos detalles dolorosos por parte de aquellos considerados amigos, familia. Quizás, en algunos casos sea algo infantil, pero no siempre es así. Y eso no es lo peor... Lo peor es que todos somos diferentes y hay personas a las que las cosas les afectan fácilmente. 

Entonces ¿por qué hacer daño? ¿Qué se consigue de esa manera? Nada... Tan solo borrarle la sonrisa a alguien que intenta ser fuerte y no desmoronarse a la primera de cambio. Tan solo se consigue que esa persona se sienta insegura, desconfiada de sí misma. Tan solo consigues que su sonrisa se quiebre dando paso al dolor. 

Deberíamos medir nuestras palabras y nuestros actos. Deberíamos saber comportarnos y entender que es lo que hemos hecho mal, no cometer lo mismo errores y no hacer daño a aquellos que nos importan. 

Deberíamos querer a los nuestros y no dedicarnos a borrar sonrisas. 

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