jueves, 10 de octubre de 2019

SORRY?


No paro de pedir perdón, aunque ya me haya cansado. Disculpas que a veces no son aceptadas y se acumula el rencor en las personas. Pensamientos en mi cabeza, cambios de actitud y tensiones que antes no estaban ahí. Pido perdón si alguna vez te he hecho daño, créeme ha sido inconscientemente. 

Siguen fluyendo, me carcomen y no me deshago de ellos. Creo que pidiendo perdón cesarán, pero están ahí, al acecho. No disfruto de esos momentos como lo hacía antes, ni la sonrisa se refleja en mis ojos como alguna vez llegué a conseguirlo. 

Silencio, sólo hay silencio. Actuar desde la inocencia, queriendo dar una mano y a ayudar a aquellos que solemos llamar amigos. Mostramos la mejor de nuestras caras, para que ellos nos den la espalda, para que desaparezcan o se muestren enfuriados cuando intentamos echar una mano. 

Y ahora salimos corriendo, agachamos la mirada o intentamos pasar página aunque el pensamiento esté ahí. Pasa por nuestra mente más de una vez, y aunque lo hables y creas que con un perdón todo se olvida, el resquemor sigue ahí. 

Salen a la luz los reproches, esos que estaban escondidos en un cajón. Intentas bromear, pero la verdad sigue ahí. Sin embargo, tampoco sabes a que se deben esas disculpas, por qué debes pedir perdón. Entonces decides borrar esa disculpa escrita y ya preparada para enviar. La borras, la eliminas y decides pasar del tema. 

Pero aquí estamos, escribiendo otra vez, diciendo que no debemos pedir perdón cuando ya no sabemos ni la razón. Quieres que esa persona siga a tu lado, así que si un perdón es todo lo que nos cuesta. ¿No me estaré rebajando? ¿Comportándome cómo una idiota? 

Buscas otra solución, una mejor manera para acabar con el problema. Te ves en una encrucijada y ésta es con tu propia mente, esa que te juega malas pasadas, que te atrapa en un sin fin de espirales, que te hace sentirte de la peor manera. Y aquí estás; sin saber que no debes pedir perdón, sin saber que no te debes sentir como una idiota. 

Idiota, bonita palabra que muchos pronuncian. No saben como te hacen sentir, ni lo que llega a implicar. Comentarios a diestro y siniestro, cuando tú tan solo querías ayudar, querías expresar tu punto de vista. Créeme te afectan, pero decides que eres tú quien debe pedir perdón. ¿Por qué? 

Yo tan sólo buscaba una vía de escape, un momento en el que sentirme importante, especial encontrando mi propia identidad. Quería no callarme y que me escuchasen. Quería que me entendiesen, pero me acabó salpicando. Volvieron las inseguridades y los malos pensamientos, el creerte culpable y decidir, que aunque nada hayas hecho, eres tú quien debe pedir perdón. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...