jueves, 16 de junio de 2016

Wrong piece?

Anything that's worth having
Is sure enough, worth fighting for
Quitting's out of the question
When it gets tough
Gotta fight some more
(Fight for this love, Cheryl)

Parece que no, pero todo encaja. Las piezas se unen, forman su propio puzzle y todo cobra sentido. Todo encaja, aunque, por esta vez, uno no quiere que encajen, no quiere unir esas piezas. 

Resulta que uno siempre intenta unir las piezas a la fuerza, intenta que encajen sin mirar las formas porque creemos que será más bonito, más brillante, más perfecto. Y esas son las palabras clave: bonito, brillante, perfecto. Porque ahora que esas piezas encajan, no son ni bonitas, ni perfectas ni brillantes. Es ahora cuando uno desearía que no encajasen, que si reconstruyésemos el puzzle, nos saldría un paisaje totalmente distinto. 

Encajan fácilmente. Encajan cuando no quieres, cuando son momentos difíciles, momentos de rabia contenida que se escapa por pequeñas rendijas. Se trata de las vueltas que da la vida, de las vueltas que uno le da a las cosas. Acciones que acarrean consecuencias y miles de preguntas: ¿Estará bien? ¿Se habrá equivocado? ¿Por qué actuar así? ¿Qué somos, qué éramos? ¿Dónde quedo yo?

A veces parece que eres tú la pieza encajada a la fuerza. Esa pieza que ha sido puesta ahí porque todo quedará más bonito, sin importar si es incómodo, sin importar si no es el lugar adecuado. Eso da igual; esa pieza no habla, no comenta, no opina. 

Sin embargo, esa pieza mal encajada tiene sueños, pasiones. Siempre hay algo que a todos nos apasiona, aquello que nos relaja, nos hace evadirnos por un rato, aquello que creemos que nada ni nadie nos puede quitar. Puede ser leer, o ver esa serie que tanto te encanta una y otra vez. O bien escribir o pintar, dibujar o bailar, cantar o simplemente escuchar música. Pero ¿y si te lo pudiesen quitar?

Porqué quizás necesitas silencio para poder leer, y siempre hay alguien gritando, molestando. Y quien quiere ver una serie no puede porque no encuentra su portátil, o quien quiere pintar y dibujar no tiene inspiración, o quizás la tiene pero hay algo que le impide continuar con esa pasión. Quizás te has quedado afónico y no puedes cantar, o no puedes bailar por ese pequeño dolor muscular. 

La cuestión es que hay mil y un motivos por los que uno se plantea abandonar sus pasiones. ¿Nunca te ha pasado? Días en los que ni siquiera aquello que te apasiona te apetece hacer porqué solo te trae disgustos. Cerrar toda venta o puerta, toda oportunidad presentada que te dejaría cumplir tus sueños, seguir con tus pasiones. No hablar más de sueños, ni pasiones. 

¿Tirar la toalla? Posiblemente. Suelen decir apaga y vámonos ¿no? Quizás uno debería hacer eso. Y resulta que todo empezó por ser una pieza mal encajada, y encajada ala fuerza. Quizás si hubiésemos dejado que las cosas fueran a su ritmo, sin intentar forzar situaciones y momentos, uno ahora no estaría intentando encajar las piezas sobrantes, ni rechazando las que no llamarán la atención en el puzzle. 

Somos tan tercos y queremos llevar la contraria a todo el mundo. Creemos que la pieza no está mal encajada y haremos hasta lo imposible para demostrarlo. Si tú decides que esa pieza va ahí es porque merece la pena. No deberías dejar que ni los mil impedimentos que se te cruzan en el camino, porque son tus pasiones, son tus sueños. 

Aunque haya un día en el que creas que no puedas, debes saber que mañana será un día totalmente diferente. Y sí, hoy no querrás leer, ni escribir, ni escuchar música. Hoy no querrás dibujar, ni bailar. Quizás esconderte debajo una buena capa de mantas, llevándote tu pieza contigo. Sin embargo, mañana demuéstrale al mundo lo que vales, que, aunque seas una pieza mal encajada, es tu vida, son tus sueños. 

Hoy tiras la toalla, pero mañana la recoges. Hoy te rindes para mañana seguir adelante. Deja que los sueños se hagan realidad...

jueves, 9 de junio de 2016

PINK

Ojalá la vida fuese color de rosa para verlo todo de forma diferente, para que uno no se agobiase, no hubiera frustraciones ni dolores de cabeza causados por los problemas. Ojalá la vida fuese de color rosa para ver arco-iris, donde hoy no los hay. 

Nuestras vidas no son fáciles, no nos dan las cosas en bandeja de plata, ni de oro, ni siquiera se acerca de la de bronce. Uno debe luchar y esforzarse para poder llegar a donde está hoy, para poder conseguir sus sueños y metas. 

Nos encontramos piedras, muros y miles de obstáculos que nos impiden llegar a aquello que queremos. Nunca flotamos en una nube, nunca nos dejamos llevar, siempre nos mantenemos con los pies firmes sobre la tierra. Nunca nos permitimos soñar. ¿Por qué?

¿Será que tenemos miedo? No somos invencibles, ni una especie de superhéroe sin medio a enfrentarse a sus enemigos, a esos villanos que los persiguen. Luchamos por un fin, pero nunca nos cogemos el toro por los cuernos; nunca de frente, siempre de espaldas. 

La vida da muchas vueltas, y donde estás hoy quizás no estés mañana. Nadie nos asegura que lo que tenemos hoy, mañana podamos tenerlo. Y de la misma manera, nada ni nadie nos puede hacer creer que, quizás algún día, nuestra vida no vaya a ser de color rosa. 

Quizás sea un momento, quizás un simple instante, lo que se tarda en hacer una fotografía, pero conseguiremos tener ese momento rosa. Ya lo dicen, tras la tormenta sale el sol y siempre, pase lo que pase, acabará saliendo. Si no lo hacer hoy, lo hará mañana. 

No siempre viviremos atormentados por la misma situación, no estaremos reviviendo esa situación una y otra vez. Dejaremos de darle la espalda a las situaciones, de escondernos tras los amigos por no enfrentar nuestros propios miedos. 

Seremos inteligentes, nos arrimaremos al buen árbol, a la buena sombra. Dejaremos los cuchicheos, las malas lenguas y las habladurías que lo único que hacen es dañarnos, aunque solo sea por dentro. Nos enfrentaremos a nuestros miedos con todas las fuerzas. 

Frente a frente, sin mirar atrás, sin pensar en nada, ni nadie más que nosotros. No estaremos solos, o quizás sí, pero eso ya no importa. Nadie te conoce mejor que tu mismo, no dejes que te engañen. No dejes que te mientan, que te hagan creer cosas que no son. Mantente firme a tus convicciones, a tus principios. 

Y sí: si crees que la vida puede regalarte un día de color rosa, que así sea. 

martes, 7 de junio de 2016

Huye, huye y vuelve a huir.

What if I could lose
What if you could win
What if you could stop me
What would you do then
What would you do
What if I sold my soul
What if I lost control
What if I blew these M's
What if I let it go
What would you do?
(What if, G-Eazy)

Cansancio acumulado, días de agobio, frustraciones, luchas internas y no tan internas. Días de estrés, días grises donde la lluvia es el único y mejor compañero, donde una humeante taza de café se enfría mientras, anonadada, contemplas las pequeñas gotas caer y romper en el suelo. 

Las reflexiones se acumulan, mientras uno ve las gotas bordear los cristales de una oscura habitación. Solo una pequeña vela ilumina todo lo que hay a mi alrededor, mientras contemplo todo lo que se sucede, sin verdaderamente prestar atención. 

Y es así como dejo volar la imaginación, como libero todos los pensamientos y reflexiones que han estado embotelladas, guardadas esperando a salir, esperando a que alguien las destapara. ¿Serás capaz de entender lo que pienso, lo que siento? ¿Aquello que me ronda una y otra vez?

Han habido momentos difíciles, de aquellos de querer tirar la toalla. Han habido días en los que uno ha acabado en lágrimas, ha sido un cúmulo. Hay un punto en el que uno explota, donde la cuerda se ha tensado demasiado, y ha acabado rota. Todos sus trozos han sido pequeñas consecuencias que han acabado afectando a todos, pero a mí la primera. 

¿Y si decidiese huir? Escapar de los problemas y de los malos pensamientos. ¿Vendrías conmigo? ¿Me apoyarías como tantas veces lo he hecho yo contigo? Me gustaría creer que lo harías; que serías capaz de seguirme, de buscarme, porqué te importo, porqué me necesitas. 

Nada es seguro hoy en día, y que una amistad sea para siempre tampoco lo es. Quizás uno confíe en ti durante un par de años, y una sola palabra, un pequeño gesto o un corto mensaje acabe con todo ello. Otra amistad que se pierde, otra vez que uno no sabe que hacer. 

¿Que harías por cambiarme? Parece que ese es tu único objetivo. Quieres que cambie, que sea diferente, que transforme la actitud que tengo frente a las cosas. ¿Piensas que es fácil? Eres de los que piensan que eso se puede cambiar de un día para otro, de la noche a la mañana, así sin más. 

Yo podría perderlo todo y a ti no te importaría lo más mínimo. Nuestros caminos solían ser paralelos para poder ayudarnos, para poder estar el uno para el otro. Ahora todo te da igual, haces lo aquello que quieres y no te importa a quien afecte, no piensas en aquellos que te rodean. Lo tuyo ya no es solamente ser egoísta, lo tuyo se pasa de castaño oscuro. 

No eres capaz de entender mi punto de vista. No te pido que lo compartas, no quiero que lo compartas. Solo necesito que, de la misma manera que yo soy capaz de entender, tú comprendas el porqué hago lo que hago. ¿Serías capaz de escucharme? Siento como si una noche lo hubiese cambiado todo, como si ahora solo pudiese contar contigo para los buenos momentos. ¿Y en los malos, qué hago en los malos? 

¿Y si me fuese? Si ahora decidiese huir, o bien escapar. Si tirara todo aquello que he construido, aquellos sueños por los que he luchado por la borda: ¿qué harías? ¿Serías capaz de apoyarme? ¿Me dirías la verdad? La verdad: algo que hace mucho tiempo que no me dices, algo que llevas tiempo ocultando.

¡Oh, Dios! A veces, de tan buena que soy me toman el pelo: y yo eso lo sé. Sin embargo, parece que he de recordar que eso no significa que sea estúpida, que eso no significa que yo no me entere de lo que pasa a mi alrededor. ¿Por qué mentir? Eso es lo que más me duele. 

¿Quieres irte? Vete. Yo no pretendo, ni te obligo a estar a mi lado las 24 horas del día. No quiero que dependas de mí. Eres una persona libre, aunque esclava de tus acciones. Así que si quieres huir hazlo, si quieres correr, esconderte de mí, de nuestra amistad; hazlo. Eso no me va a doler. 

Pero, que seas capaz de tratarme como estúpida, como alguien que ignora aquello que pasa a mi alrededor, sí que duele. Es horroroso enterarse por terceras personas, gente ajena a mí. Meros compañeros con los que, al llegar el verano, no tendré ningún tipo de contacto. ¿Pero tú? 

Así que sí: huye, corre, miente todo lo que quieras. Refúgiate en otros, si es lo que te apetece, que sean ellos quienes te apoyen, quienes se preocupen por ti. Si quieres tratarlos como estúpido hazlo. Juega a tu juego, pierde o gana. Es tu vida y no la mía. No vuelvas a mí cuando todo explote, cuando entiendas lo que yo siento, lo que tus mentiras han significado. 

Huye, huye y vuelve a huir. Pero ¿y si yo hiciese lo mismo cuando tú más me necesitases? ¿Cuál sería tu respuestas?

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...