jueves, 9 de junio de 2016

PINK

Ojalá la vida fuese color de rosa para verlo todo de forma diferente, para que uno no se agobiase, no hubiera frustraciones ni dolores de cabeza causados por los problemas. Ojalá la vida fuese de color rosa para ver arco-iris, donde hoy no los hay. 

Nuestras vidas no son fáciles, no nos dan las cosas en bandeja de plata, ni de oro, ni siquiera se acerca de la de bronce. Uno debe luchar y esforzarse para poder llegar a donde está hoy, para poder conseguir sus sueños y metas. 

Nos encontramos piedras, muros y miles de obstáculos que nos impiden llegar a aquello que queremos. Nunca flotamos en una nube, nunca nos dejamos llevar, siempre nos mantenemos con los pies firmes sobre la tierra. Nunca nos permitimos soñar. ¿Por qué?

¿Será que tenemos miedo? No somos invencibles, ni una especie de superhéroe sin medio a enfrentarse a sus enemigos, a esos villanos que los persiguen. Luchamos por un fin, pero nunca nos cogemos el toro por los cuernos; nunca de frente, siempre de espaldas. 

La vida da muchas vueltas, y donde estás hoy quizás no estés mañana. Nadie nos asegura que lo que tenemos hoy, mañana podamos tenerlo. Y de la misma manera, nada ni nadie nos puede hacer creer que, quizás algún día, nuestra vida no vaya a ser de color rosa. 

Quizás sea un momento, quizás un simple instante, lo que se tarda en hacer una fotografía, pero conseguiremos tener ese momento rosa. Ya lo dicen, tras la tormenta sale el sol y siempre, pase lo que pase, acabará saliendo. Si no lo hacer hoy, lo hará mañana. 

No siempre viviremos atormentados por la misma situación, no estaremos reviviendo esa situación una y otra vez. Dejaremos de darle la espalda a las situaciones, de escondernos tras los amigos por no enfrentar nuestros propios miedos. 

Seremos inteligentes, nos arrimaremos al buen árbol, a la buena sombra. Dejaremos los cuchicheos, las malas lenguas y las habladurías que lo único que hacen es dañarnos, aunque solo sea por dentro. Nos enfrentaremos a nuestros miedos con todas las fuerzas. 

Frente a frente, sin mirar atrás, sin pensar en nada, ni nadie más que nosotros. No estaremos solos, o quizás sí, pero eso ya no importa. Nadie te conoce mejor que tu mismo, no dejes que te engañen. No dejes que te mientan, que te hagan creer cosas que no son. Mantente firme a tus convicciones, a tus principios. 

Y sí: si crees que la vida puede regalarte un día de color rosa, que así sea. 

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Seguimos viviendo de sueños.

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