viernes, 22 de agosto de 2014

12:29

La noción del tiempo se nos escapa de las manos y no nos damos cuenta.

A mí se me ha escapado de las manos. El tiempo ha pasado volando, ha pasado sin darme cuenta. En un abrir y cerrar de ojos me vuelvo a ver otro  22 de Agosto a las 12:29 dándole al botón de publicación. 

Pues sí, hoy otra vez más estamos de celebración. En este caso, disfrutando de los dos años y de las más de 270 entradas publicadas. No creo que haga falta decir como empezó este pequeño proyecto, ni lo feliz que me siento. 

Sin embargo, sí he de recordar lo orgullosa que me siento. Y más teniendo en cuenta como ha ido creciendo, como las visitas han ido aumentado-lo cual espero que siga siendo así-. 

Empezar este blog y continuarlo hasta alcanzar los dos años ha sido una de las grandes decisiones que he podido llegar a tomar. Siendo sincera, jamás creí que llegaría a tanto, jamás pensé que alguien se tomaría cinco minutos de su tiempo para leer aquello que escribo. 

No obstante, mucha gente lo ha hecho. Algunos los conozco, a otros no. Aun así, nunca está demás dar las gracias a todos aquellos que se toman un descanso para leer todo aquello que pasa por mi mente y como no, por mi corazón. 

Este es un sueño cumplido. Ahora, quiero alcanzar ese número redondo y mágico que es el de las 10000 visitas. Sé que falta poco, así que he de seguir siendo esa pequeña soñadora y alcanzar este pequeño objetivo. 

Y es que la verdad, cuando se trata de mi blog y de celebrar pequeñas victorias soy como una niña pequeña a la que le acaban de regalar su dulce preferido. 

Seguiré escribiendo, seguiré soñando, seguiré alcanzando objetivos. Seguiré esperando con muchísima ilusión otro 22 de Agosto a las 12:29.  

Cinco palabras.

Cada día me decepcionas más...

5 palabras, 5 malditas palabras. 5 palabras que vagan por tu mente, que se pasean por ella, que inundan cada uno de tus recuerdos. Cinco palabras que se clavan en tu corazón. 

¿Sabías que duelen? No, no lo sabes. A veces no te paras a pensar en el dolor que causas con tus palabras. Dicen que una imagen vale más que mil palabras y que esta puede doler mucho más que cualquier cosa dicha. Sin embargo, el dolor se puede instaurar en ti con tan solo pronunciar estas cinco palabras. 

Decepción. ¿Es eso lo que soy para ti? ¿Una decepción? Intento darlo todo, quiero que te sientas orgulloso, que cada vez que hables de mi en tu voz haya un atisbo de orgullo, quiero que tu mirada se ilumine y que me mires con el amor que otro miran a aquella persona que quieren. 

¿Consigue eso la decepción? No. ¿Por qué? Dime que he hecho mal, hazme entender en que me equivoco, donde fallo. Explícame porque solo consigo decepcionarte y nunca sacarte una sonrisa. Te prometo que intento dar lo mejor de mí, pero, para ti nada es suficiente. ¿Que he de hacer? ¡Háblame!

No me grites. Estoy cansada de pelear y discutir. Intento ignorar todas las pequeñas peleas que tenemos, hacer como si nada pasara. Doy mi brazo a torcer pensando que así todo estará bien, pensando que si digo algo te acabaré hiriendo y que seré yo quien salga perdiendo. 

Y salgo herida. Es una continua batalla, donde siempre soy yo quien sale herida. ¿No lo ves? No, no lo ves, no lo notas, ni lo sientes. ¡Eres la voz de la experiencia! Tú sabes más, tú conoces más. Yo solo intento aprender de ti, aunque solo acabe decepcionándote.

Da igual lo que yo diga, da igual lo que yo haga. Todo acaba mal para mí. Siempre acabo protegiéndome tras las suaves sábanas de mi cama, tapándome... Llorando sin consuelo, creyendo que todo esto acabará. Solo te pido un abrazo. Pero, solo lo pienso nunca lo digo. ¿Sabes por qué? No quiero decepcionarte aun más y que me veas como alguien débil. 

Quiero irme, quiero irme. No quiero estar aquí, no quiero. Cinco palabras son capaces de calarme tan hondo. ¡Solo cinco palabras! ¿Cuándo fue la última vez que me dijiste te quiero? ¿Cuando? No lo recuerdo. 

Mis propias inseguridades me están matando, me comen viva. Me dejo llevar por ellas. Me piden que sea fuerte, que no decaiga, que haga oídos sordos, que siga adelante...

Y quizás por eso te haya decepcionado; por decaer, por no luchar, ni ser fuerte.  

jueves, 21 de agosto de 2014

Give you all.

'Cause all of me
Loves all of you
Love your curves and all your edges
All your perfect imperfections
(All of me, John Legend)

Cada parte de tu cuerpo, de tu ser y de tu alma. Cada pequeño lunar y cicatriz que me encuentro con cada sutil caricia. Cada pequeña imperfección que nace hoy en ti. Todo ello, amo hoy yo de ti. 

Cada parte de mí te desea, te añora y te extraña. Tus imperfecciones te hacen perfecta. Recuerda eso cada vez que te mires al espejo, cada vez que tengas ganas de desaparecer, de caer. 

Mírate al espejo y mantente fuerte. Siempre habrá alguien a tu lado capaz de darte el amor y cariño que necesitas. Quizás no lo encuentres hoy, quizás no mañana, nunca sabes cuando. Pero, aparecerá. 

Una sonrisa somnolienta, un abrazo en medio de la noche, un beso que te haga soñar, una caricia que te tranquilice, todo es parte del amor que esa persona tarde o temprano te dará. 

Un día de estos encontrarás a esa persona que ame cada parte de ti, cada pequeño rincón de tu cuerpo y personalidad. No lo busques, no lo pidas, tan solo aparecerá. 

Aparecerá para hacerte feliz, para dártelo todo, para amarte, quererte y respetarte. Encontrarás quien te escuche y proteja. Aparecerá alguien con quien compartir tus alegrías y penas, quien te abrace cuando necesites llorar, quien te lleve a dormir cuando estés cansada. Estará ahí. 

Lo dará todo, lo darás todo. 



martes, 19 de agosto de 2014

¿Quieres un abrazo?

Como cada vez que alguien de mi entorno cumple años, yo me pongo melosa y decido dedicarle un post a esa persona. En este caso, voy a ser breve. Ya lo dicen lo bueno, si breve, dos veces bueno. 

Así que aquí estamos, un 19 de Agosto de 2014 deseándote una buena entrada en la veintena. Gracias por ser mi pack, mi compañera de risas y de compras de fan obsesionada. Gracias por preocuparte por mí, escucharme e intentar aconsejarme lo mejor posible. Gracias por estos dos años de universidad (y los que nos quedan). 

La compañía en el tren donde al principio tan solo hablábamos de los niños chillones se convirtieron en los mejores ocho minutos de mi vida. Vale que ahora me mudo, y ya no cogeremos el tren juntas. Pero ¡siempre tendremos la cafetería! 

Así que intentando ser lo más breve posible e intentando ponerme lo menos melosa posible (porque a ti te esas cosas no te van), te deseo un muy feliz cumpleaños rodeada de los tuyos, sonriendo e intentando ser lo menos borde posible (con amor). 

Te pondría que te quiero, pero, otra vez eso a ti no te va. Así que como siempre digo: ¡sonríe! Porque a mi tu felicidad (al igual que la de todos los que me rodean) me hace feliz. 

Espero que dejes a tu familia que te den un abrazo por tu cumpleaños ¿o ni siquiera hoy en un día tan especial? 


Cheese!

La vida no es un pasillo recto, fácil
y sin obstáculos por el que viajamos con libertad,
sino un laberinto de recovecos
en el que debemos hallar nuestro camino,
perdidos y confusos,
atrapados de vez en cuando en un callejón sin salida.
Pero si mantenemos la fe,
siempre acabará abriéndose una puerta ante nosotros,
tal vez una que jamás hubiéramos imaginado,
pero que demostrará ser conveniente para nosotros.
(A.J. Cronin)

Días atrás, mi madre me recomendó una pequeña historia escrita por Spencer Johnson: ¿Dónde está mi queso? La verdad, al principio no me apetecía leerlo. ¡Estamos en verano! ¡Vacaciones! ¡Odio que me obliguen a leer! Sin embargo, un par de horas más tarde me puse manos a la obra. 

La historia es muy sencilla. Se trata de cuatro personajes; Fisgón, Escurridizo, Hem y Haw quienes se adentran en los escurridizos pasillos de un laberinto en busca de su queso ideal. Lo encuentran, pero, como siempre pasa al final todo se acaba y fue bonito mientras duró. 

Y llegó la hora del cambio.

En nuestra vida y en el día a día, nos encontramos con todo tipo de situaciones y cambios. Nos deberemos enfrentar a ellos. Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos es ¿como vamos a afrontar el cambio? A veces serán pequeños obstáculos del día a día y otras veces grandes muros que saltar. Y nosotros no siempre reaccionaremos de la misma manera. 

A veces, no querremos aceptar el cambio. Nos quedaremos estancados y atrapados en el mismo lugar esperando a que todo vuelva a nosotros lo cual no pasará por si solo. 

Otras veces, siendo precavidos, oleremos el cambio desde lejos. Sin bajar nunca la guardia, encontraremos la mejor solución a esos problemas y nos adaptaremos fácilmente a nuestra nueva situación. 

Por último, llegará un momento en el que nos reiremos de nosotros mismos. Seremos capaces de mirarnos al espejo viendo los errores cometidos al no querer acetar que es hora de cambiar el chip. De esta manera, seremos capaces de entender que los cambios suceden por una razón y hemos de aceptarlo. 

Ahora bien, no es fácil adaptarse, aceptarlo o reírse puesto que nuestra tendencia siempre ha sido mostrarnos tercos frente a las nuevas situaciones que se nos presentan. ¿Por qué?

El miedo.

Según Spencer Johnson, el queso puede representar aquello que quieres lograr en un futuro; una meta, objetivo o sueño. Tú decides que representa el queso, tú intentas alcanzarlo. 

Te adentras en el laberinto de tu vida en busca de aquello que te hace feliz. Habrá obstáculos y momentos de confusión, pero, nadie dijo que la vida era fácil ¿verdad? Pues bien, quizás llegue un momento en el consigas encontrar tu queso ideal. No obstante, ese queso tarde o temprano se acabará o bien querrás un nuevo queso, una nueva meta. 

Se te presentará un cambio y deberás reaccionar. ¿Serás Fisgón? ¿Escurridizo? ¿Haw? ¿Hem? ¿Aceptarás que es momento de dar un paso adelante y entender que quizás debes cambiar? ¿O te dejarás llevar por el miedo?

Seamos sinceros, el miedo es quien nos impide seguir adelante. El miedo al fracaso o al rechazo nos aleja sin prisa pero sin pausa de nuestro queso. Dejar atrás los miedos no es tarea fácil. ¡Ni siquiera entrar en nuestro propio laberinto lo es! Pero, debemos tener fe y esperanza. Creer en nosotros mismos, imaginarnos aquello que queremos conseguir, correr, adentrarnos en pasillos oscuros sin dejar que nuestros miedos nos ganen... Atrapar nuestros sueños...

¡Y decir cheese!


Nota de autora: La verdad, recomiendo mucho este pequeño relato. Todos deberíamos leerlo e intentar ver quien de los cuatro personajes nos representa mejor. No voy a dar pista de que representa cada uno en la aventura del nuevo queso... ¡Eso lo dejo para vosotros!

sábado, 16 de agosto de 2014

Apasionándome.

A veces uno se pregunta ¿por qué escribo? ¿Qué soluciona el escribir? ¿En qué te ayuda? ¿Por qué escribes? Si bien no ayuda a mucho, si bien el escribir no aporta una solución clara, es mi pasión. 

Escribir es mi vía de escape. Mientras algunos encuentran que un pequeño café a lo lejos de tu ciudad, un parque vacío o una playa desolada les aporta paz, a mí me lo aporta el escribir. 

Puedo pasarme horas frente a una libreta-las cuales me apasionan- y rellenar hojas, hojas y más hojas. Escribir mis pensamientos, ordenarlos, desfogarme y a veces inventar historias. 

Pongo pasión en ello porque me encanta escribir, forma parte de mí y me hace feliz. Puedo plasmar los sentimientos del momento sin miedo a ser juzgada, sin importarme quien lo leerá o que dirán. Nada importa cuando escribo, solo yo. 

Me siento frente al ordenador, con la página de una nueva entrada abierta y una idea en la cabeza o a veces no hay idea, pero, esta viene a mi mente mientras escucho música, mientras me relajo y miro fijamente a la página en blanco dejando que los pensamientos me invadan. 

No soy alguien que se abra fácilmente a las personas y que sepa explicar exactamente lo que siento. Por eso lo escribo, porque es mucho más fácil para mí redactarlo. 

Algunos días describo mis emociones de los días anteriores, otros del mismo día, mis sentimientos y pensamientos de situaciones vividas en el día a día. Otras veces, tan solo rememoro el pasado y pienso en lo que ha pasado y en lo que no. Otros días tan solo escribo sueños que tengo, cosas que deseo que pasen en un futuro o que desearía que hubieran sucedido en el pasado. 

Es parte de mí. ¿Hay algo malo en ello? No. Tan solo le pongo interés y pasión. Mucha pasión. Cada vez que pienso y digo en voz alta "¡tengo un blog!" me siento orgullosa de mi misma. ¡Sí! Me siento orgullosa. He hecho algo por mi misma, algo que nunca pensé que haría.

Le pongo amor y cariño. Intensifico los sentimientos que expreso en cada una de las entradas porque dejo que la pasión fluya por mis venas, llenando cada rincón de cada post escrito y publicado. 

¿A qué viene esto? Sencillamente, porque tiendo a defender a aquello que forma parte de mí. Y hay veces que las personas quieren echar por tierra tus sueños... Esta vez por ponerle demasiada pasión. ¿Hay algo de malo en ello?

No, no lo hay. Así que seguiré escribiendo, seguiré publicando, seguiré dedicando entradas a quien a mi me apetezca, haciendo feliz a aquellos forman parte de mi vida... Seguiré apasionándome.      

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...