domingo, 30 de abril de 2017

Fortunas y esperanzas.

De ilusiones uno se alimenta, de los sueños propios y también de los ajenos uno vive, experimenta, relata. Por cada sueño, logro, objetivo que quiere conseguir, aparecen mil decepciones. 

Chascos y fiascos que nos harán más valientes, lágrimas que llenan copas de vino o que en un día dado crean un pequeño riachuelo. Decepciones que nos harán más fuertes, que nos enseñarán a aprender de los errores cometidos y otras pocas que hacen que cada una de nuestras pequeñas inseguridades salgan a la luz. 

Campos de minas en los que uno se mete y que si no camina sigilosamente... Si no va con cuidado, una de ellas acaba explotando. Quizás pase justo frente a nosotros, quizás pase en un campo lejano, pero que nos toque de cerca. A lo mejor pasa y ni nos enteramos. Todos ellos dejan alguna que otra secuela. 

Decimos que nos da igual, que no nos importa. Las palabras de otros se las puede llevar el viento, sus mensajes pueden ser borrados, las llamadas son otra forma de contacto superficial. Entonces empiezan las excusas, las mentiras, respuestas evasivas. 

Mensajes sin respuesta directa, llamadas sin contestar, hoy te digo y hola y quizás mañana te conteste. Presiones ejercidas sobre nosotros, conexiones que nunca suceden, el móvil en silencio ignorando a quien un día te hirió. Mensajes que llegan de madrugada, sin poder dar una respuesta rápida. 

Conversaciones que se quedan a medias y textos leídos pero sin contestación alguna. Todos tenemos nuestros límites, alguien sobrepasa la línea, quien menos te lo espera hace estallar una mina, un paso en falso que crea miles de desesperanzas. 

Otra historia escrita, otro capítulo dedicado. No hay un broche de oro en la narración, tan solo otro libro por archivar. Dejamos que el tiempo pase, que lo que un día nos importó y nos hirió hoy nos haga más fuertes. Buscamos segundas historias, personas de nuevas culturas, inspiraciones extraordinarias. 

Te abres a quien un día tan solo fue un conocido, quien con el paso del tiempo llegó a quedarse en tu memoria. Tus inseguridades se vuelven parte de sus preocupaciones, y aunque no lo demuestre, te quieren. Ellos secan las lágrimas, hacen que te olvides de los fallos, de los errores, de los campos de minas. 

Queman los libros con historias borradas y atesoran las más inolvidables de ellas. Se vuelven tu esperanza, tu fuente de sueños, de risas. Marcan tu día a día, se quedan en el presente, quieren estar en tu futuro. Se creen afortunados, y no saben que la verdaderamente afortunada soy yo. 


martes, 18 de abril de 2017

¿Otro brindis?

You only live once, so think twice. 

No pienses, tan solo vive. Tírate al mar, saborea la dulce sal del agua, refréscate. Da igual que sea primavera, que no sea la temporada adecuada, ni siquiera importa la temperatura. ¿Te apetece? Lánzate.

Vive aventuras, experiencias gratificantes. Ama, ríe y llora a la vez y no pienses en lo charlatones que muchos pueden llegar a ser. Disfruta cada segundo, solo tienes una vida, dísfrutala. Sal a divertirte, muestra tus colores, lo que te apasiona. Sonríe. 

¿Por qué parece ser que vivimos encadenados? Siempre pensando en los demás, dándole mil vueltas a los problemas queriendo encontrar la mejor solución. ¿Y si no hay una solución correcta? ¿Qué pasa si todas son válidas? ¿Qué nos detiene? 

Inseguridades y más inseguridades. Viven con nosotros, se apoderan en los momentos más difíciles, en los momentos de más miedo. Tómate una cerveza y tíralas por la borda. No sirven de nada, son otro obstáculo más; uno muy traicionero. 

Sonríele a la vida y a los momentos que te brinda. ¿Por qué no celebrar? ¡Perfecto! ¿Cuándo quedamos? No hay nada de malo en reír a todas horas, en tomarse la vida con un humor. Que sí, tranquilos, todos tenemos días grises, un día malo, y otros tantos que nos acaban amargando. 

¡Qué todo esto no sea un impedimento! No permitas que te borren la sonrisa de la cara, ni los sueños, ni cada riesgo que quieres tomar. Por un minuto piensa en todo aquel capaz de animarte... ¿No te alegra cuando su risa llena toda una habitación? ¿Quieres que pierdan eso? 

Ellos viven la vida, no piensan dos veces. Sí, también hay momentos en los que ponerse serios. ¿Pero todo el santo día sin que tus labios se curven, tan solo formando una línea bien tensa? Menudo aburrimiento. 

Síguete quejando, pensando y dándole vuelta a cosas que no tienen ni trampa ni cartón. Muéstrate aprensiva, cautelosa. Haz lo que quieras, no puedo cambiar tu manera de ser, tampoco quiero hacerlo. Es tu vida. Eso sí, déjame vivir la mía mi manera. 

Suéltate el pelo, baila, canta, de cabeza a la piscina. Actúa sin miedo, exprésate en todo momento, piensa en ti y no en los demás. ¿Otro brindis? Por ti, por lo que quieres conseguir, por los momentos en los que puedes reír aunque por dentro estés más que cansada. 

No pienses, actúa, sueña, vive. Alza tu copa, da igual si es agua, cerverza o un simple refresco, que se escuche el tintineo de las copas, las risas de los amigos, la buena vida. Vive, vive, sigue viviendo. Celebra.   

   

jueves, 6 de abril de 2017

Everything is fine, isn't it?

No comprendemos que hay límites hasta que estos son sobrepasados. Nos sobra confianza en nosotros mismos, en pensar que las bromas no se harán pesadas, que las pullitas cansarán. Todo pasa por algo, y siempre, tarde o temprano, todo tipo de situaciones acaban llegando. 

Así que aquí estamos; tú y yo. Frente a frente, reproches en mano y miles de gritos callados en nosotros. Enfados que no se pasan, ni comentarios que uno no borra. Ya lo dicen: "entre broma y broma, la verdad se asoma". Sin embargo, no ves límites en tus bromas, en tus comentarios. Everything is fine.

¡Ja! Ya me gustaría a mí que todo estuviese bien, que mi risa no se fuese apagando, que mi mirada no dejase de brillar, que mis inseguridades no siguiesen creciendo. ¿Es eso lo que quieres, lo que necesitas para alimentar tu ego?

Lo peor del asunto es tu actitud. Parece ser que no ves cuando has traspasado la barrera, cuando las carcajadas se han convertido en verdades para mí, cuando los comentarios pasan a ser inseguridades. ¿Será que todo lo hago mal? Ya da igual, pierdes el interés por todo esto. 

Y si río, soy demasiado escandalosa, no sé ver la seriedad del asunto. Y si me pongo seria, quizás me estoy haciendo la víctima. ¿Te decides?  ¿Me lo dices a la cara, sin tapujos? Porqué sí, ya estoy cansada y agotada de repetir la misma situación: en mi cabeza y en mi día a día. 

Ojalá supieras como me siento. Ven a mi casa, mírame, analízame en mi casa, en mi trabajo, donde quieras. Intenta entender la situación, la incomodidad que me provoca, como prefiero ignorarlo todo. Y, por un momento, dejo de ser yo y eso preocupa a muchos, quien a su vez se van despreocupando. 

Es una fase, un día malo como tantos otros -eso es lo que dicen-. Ya se le pasará... Tienen razón, pero somos seres humanos, con sentimientos con los que se juegan. Da igual cuantas veces lo repita. No importa que una y otra vez me lo diga a mi misma; no me conoces. Da igual, jamás lo entenderías. 

No me conoces, quizás por eso no lo entiendes. Tantas veces he dicho lo mismo. Por eso tiro la toalla. Total... everything is fine, isn't it? 

I can't.

I'm not upset that you lied to me, I'm upset that from now on I can't believe you.
(Friedrich Nietzsche)

¿Por qué será que a la gente le gusta mentir? Ya desde el principio, cuando tan solo os habéis conocido, parece ser que prefieren jugar con la mentira antes que ser valientes y decir la verdad. ¿No se dan cuenta qué uno ya no podrá confiar en ellos? 

Quizás se creen que somos ingenuos, que vivimos en un mundo color de rosa y tenemos un caparazón que nos protege del mundo exterior. Tal vez piensan que las cosas, al final del día, acaban llegando a uno, que sabemos el significado de la palabra investigar. 

Jamás quise llegar a eso. Tiendo mi mano para que la cojan, para que confíen en mí, de la misma manera que yo confío en ellos. No se trata de mentiras blancas, ni de esas piadosas para no dañar. Hablamos de lo que uno miente sobre su propia vida, se crea una fantasía para luego derruirla. ¿Qué ganas?

Consigues perderme a lo largo del camino, consigues que no vuelva a confiar, que no crea ni siquiera en un mensaje de buenos días tuyo. Quizás no son tan buenos ¿verdad? Creas dudas sobre todo lo que hemos hecho, sobre tus sentimientos e incluso los míos. 

¿Por qué mentir? Lo odio tanto. Me siento tan estúpida al saber que durante tiempo te creí, que viví de tus ilusiones inventadas. Y luego una página en blanco. ¿Escribirás todas las mentiras? ¿O serás capaz de callarlo para poder seguir engañando a otros? 

Decepción al conocer la verdad, dolor y por encima de todo muchísima rabia. No hay nada peor que la mentira, saber que las ilusiones han quedado destruidas por invenciones, por cuentos que uno crea. No hubo lugar real, ni momento verdadero. Tampoco, sentimientos honrados. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...