miércoles, 30 de julio de 2014

Sobreponerse.

Cansada de jugar al mismo juego, cansada de esconderme, de sentir el mismo dolor en el pecho día tras día, lágrima tras lágrima. Simplemente cansada de todo y de nada. 

El odio que las personas llegan a mostrarte, las palabras dichas, las miradas llenas de odio, o aquellas donde te miran de manera superior, como si tú no fueras nada, no fueras nadie. 

Cansada de estas pequeñas inseguridades, de la falta de autoestima, de la falta de valor. Cansada de llorar, de sentirme inferior, cansada de ser cobarde, de esconderme tras una sonrisa que nunca se ve reflejada en la mirada. Cansada... 

Dejo de sentirme así, he de ser fuerte, he de cambiar. Levantarme, construir nuevos muros que me hagan más fuerte, que acabe con todas las inseguridades, con todo el dolor. 

Sigo escribiendo, sigo relatando, dejando plasmado el dolor, el llanto y la tristeza. Yo no soy así, no lo soy. No quiero ser una más, no quiero ser menos que nadie ni más que nadie. 

Quiero dejarlo todo atrás, quiero ser feliz. He de recuperarme, dejar de esconderme, dejar de ser una sombra. No quiero ser una más en la lista de tus conquistas, no quiero ser un juguete. No quiero eso. ¡Ya basta!

He de recuperarme, acabar con el dolor. Ser fuerte, mirar hacia al futuro, olvidar el pasado, olvidarte a ti. Ojalá me hubiera dado cuenta antes de todo esto, ojalá me hubiera dado cuenta antes de que yo no soy especial para ti. Ojalá... 

Escuchar lo que mi propia voz me dice. Tener a alguien aquí y ahora, tener a alguien apoyándome, escuchándome. Escuchar esa pequeña voz que me dice que puedo ser todo aquello que yo quiero, todo aquello que no soy capaz de ver. Levantar la voz y sobreponerme. No dejar que el miedo me gane, me venza y se apodere de mí. 

Acabar con todo, acabar con ello y empezar de cero. Sentirme orgullosa de todo lo que he conseguido, no avergonzarme de nada de lo que he hecho, acabar con el dolor, sonreír. Ser feliz, ser yo. 


Lost.

Se perderán,
aquellos días felices ya no volverán. 
Quiero encontrar, 
un paraíso perdido que me haga soñar. 
Voy a esperar, 
que alguna luz me ilumine en esta oscuridad. 
(El amor es un cuento, Pignoise)


Los días felices ya no volverán ¿verdad? Aquellos en los que solíamos pasear, reír, charlar y tomar café no volverán. Tú lo sabes y yo lo sé. Esto ya no es lo mismo. Ya no queda nada entre nosotros, tan solo los buenos recuerdos. 

Todo se ha perdido. Los días llenos de sueños han quedado atrás, se han perdido en el camino, se han disipado. Y yo me pierdo en los recuerdos, me pierdo buscando algún paraíso. 

Busco ese paraíso que me haga soñar, que me haga reír, que me haga creer en que puedo ser feliz. Porque ahora no lo soy. Esto era inevitable, sabíamos que iba a acabar. Siendo sinceros, nunca quisimos admitirlo. Y sin embargo, nos hicimos daño. 

Éramos felices, pero pusimos distancia de por medio. Todo se enfrió, se congeló, nosotros con ello. Caímos en una espiral de la que no podíamos salir. Me hacías daño y me lo hacía a mi misma. 

Dolía, duele. Sigue doliendo porque hay veces que sigo pensando en ti, sigo creyendo que algún día tú volverás a ser la luz que me ilumine. La luz que me saque de la oscuridad, de la tristeza. Pero, eso no pasará. Los días felices se han perdido, se han olvidado ¿verdad? Todo lo que ha pasado ha quedado atrás.

Fueron días felices, sí. Sin embargo, fue mucho el dolor causado. No sabes como he llegado a sentirme. Sentirme inferior, insegura, sola. No te tenía, todo a mi alrededor se volvía oscuro, se apagaba. Se perdía. 

miércoles, 16 de julio de 2014

Mares.

Si un mar separa continentes 
Cien mares nos separaran a los dos 
(El beso, Pablo Alborán)

Mil mares que separen a dos personas que se quieren, estiman y aprecian. Un mar que separe la amistad de dos personas que han vivido grandes experiencias juntas, que han aprendido la una de la otra y que han luchado por sus sueños. Uno, cien y mil mares pueden llegar a separar personas. Pero eso no pasará con nosotras.

Sé que el interponer distancia entre nosotras (por cosas del destino) puede jugarnos una mala pasada. Sin embargo, la nuestra no es una amistad cualquiera, no es una amistad típica. Te considero parte de mi familia, de mi vida, de mí. 

Ahora tomo un nuevo rumbo, otra experiencia nueva. No hay que ponerse melodramáticos, tan solo nos separan diez kilómetros. Aun así, sé que hay cosas que no podremos hacer tan diariamente como ahora. Pero eso no importa. 

¿Sabes por qué? Porque te quiero. Y el querer a una persona como yo te quiero a ti es algo fundamental para que una amistad siga creciendo y haciéndose más fuerte con el paso del tiempo. 

Hemos vivido tantas cosas juntas... Parece que fue ayer cuando decidieron que nos sentáramos juntas en clase, parece que fue ayer cuando empezamos a compartir risas en clase y luego la charlas y confidencias. Parece que fue ayer cuando pasamos toda una tarde en el parque jugando con mis hermanas y haciéndonos fotos y después vinieron muchos días como ese. 

No me olvido de los enfados, aun los recuerdo y créeme cuando te digo que odio recordarlos. Cuando te di aquel pequeño recopilatorio que tienes en la estantería de tu habitación te dije que tenía miedo y lo sigo teniendo. Pero sé que, pase lo que pase, saldremos adelante. Juntas, siempre juntas. 

Yo hace tiempo que dejé de hacer promesas, más que nada porque sé que al final nunca se cumplen. Sin embargo, contigo es diferente. Es diferente por que tú me has demostrado estar ahí cuando los demás se han ido yendo de mi lado. Tú has estado ahí sin pedir nada a cambio. 

Eres parte de mi felicidad. Y hoy por hoy, me encanta verte feliz. A veces no hace falta que nos pasemos toda una tarde hablando, tan solo sonriendo (como el otro día). 

No hay ni uno, ni diez, ni cien, ni mil mares que no separe. No habrá manera de que esta amistad se esfume como si nada, no será posible. Nos quedan cosas por vivir, nos quedan momentos por guardar en nuestra memoria y en nuestro corazón. 

Siempre encontraremos un momento para vernos, para sonreír. Siempre serás la primera persona en la que piense al levantarme -y así darte los buenos días- y la última al acostarme -para darte las buenas noches-.


viernes, 11 de julio de 2014

Where?

But I wonder where were you?
When I was at my worst...
(Maps, Maroon 5)

¿Dónde? ¿Dónde estabas? ¿Te fuiste? ¿Desapareciste? Tantas veces juntos, compartiendo momentos, viviendo emociones y experiencias. Yo siempre en las buenas, yo siempre en las malas. Tú siempre en las buenas, ¿tú siempre en las malas?

Cuando peor estaba, cuando más te necesitaba, cuando más te extrañaba, cuando lo veía todo negro, cuando no encontraba la salida, cuando... ¿Dónde estabas? 

Siempre dándolo todo, siempre apoyándote, ayudándote a cumplir tus sueños, siempre por y ara ti. Y yo, tan solo te pedía una cosa, una única y maldita cosa. ¿Por qué no lo cumpliste? ¿Por qué te fuiste? ¿Fue esa siempre tu idea? ¿Huir?

Me dejaste sola en el momento en que caí. Dejaste de contestar mis llamadas, dejaste de hablarme. Eres capaz de cambiarte de acera con tal de no saludarme. 

¿Sabías que duele? Me duele ver como me tratas, como desapareces cuando tan solo deseo que estés ahí ara decirme que todo está bien, qué todo pasará, que saldremos adelante. 

Eras tú quien me daba fuerzas. Y ahora todo se ha esfumado. Extraño las conversaciones a media tarde, el dulce recuerdo de una vida juntos, esa canción que bailábamos durante horas... Extraño ese tú, ese yo, ese nosotros. 

¿Por qué huiste? ¿Qué te hizo huir? ¿Cuándo volverás? ¿Dónde estás? Decías que me cuidarías, que me protegerías... Pero no estás. Tan solo te veo sueños, tan solo en mi imaginación, tan solo cuando duermo. 

Porque, cuando abro los ojos ¿dónde estás? 


jueves, 3 de julio de 2014

Cayendo...

Estado: Cayendo en el olvido.

Un "te quiero" no siempre es sincero. A veces se pronuncia sin sentirlo, sin pensarlo, sin valorarlo de verdad. A veces es dicho como quien saluda cordialmente a un viejo conocido o bien a algún vecino a quien poco ves. 

Quiero creer que es sincero, quiero creer que verdaderamente me extrañas y necesitas. Necesito creer que verdaderamente te importo, que valoras todo aquello que te doy y que poco a poco voy haciendo por ti. Lo quiero, lo necesito, no puedo. 

Las palabras hace tiempo que dejaron de importar, de valer. Ahora lo importante son los hechos, las pequeñas acciones y detalles del día a día. Tus acciones dicen todo lo contrario a tus palabras. 

Te apartas, huyes y corres. Te escondes. Hay días en los que nada o poco sé de ti. No me hablas, ni siquiera me preguntas como me ha ido el día, ni siquiera eres capaz de notar que mi estado de ánimo no es el mejor. 

¿Mi estado? Cayendo en el olvido. Hay veces en que, por más que yo me preocupe por ti, tú poco te preocupas, me dejas de lado, te olvidas de mí. Puede que un día me hagas reír, soñar y amar, pero, después le siguen tres días de olvido y dolor. 

Caigo en el olvido y eso me hace pensar que todo esto es una farsa, que todo lo que dices es mentira, que no me quieres. ¿Tanto te cuesta llamarme? ¿Tanto te cuesta pensar en mí por un instante? ¿Tanto?

Quiero creer que soy especial, que significo algo en tu vida, que no soy una más, que no voy a desaparecer de tu vida de la noche a la mañana. No quiero que eso pase. Sin embargo, sé que pasará. ¿Por qué? Por que estoy cayendo en el olvido.

Y tú... sí, tú; cuando leas esto te preguntarás si te lo estoy dedicando. Así que, si no estás seguro, pregúntate si me estás dejando en el olvido. Pregúntate si tus te quiero carecen de sentimiento o no. Pregúntate sobre tus acciones. Encuentra la respuesta, porque yo ya la sé. 

Quizás cuando la encuentres sea demasiado tarde, quizás sea yo quien te haya olvidado. Quizás seas tú quien esté cayendo en el olvido sintiendo lo que yo siento ahora mismo. ¿Qué? Piensa en mí, en como soy y obtendrás la respuesta.

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...