miércoles, 16 de julio de 2014

Mares.

Si un mar separa continentes 
Cien mares nos separaran a los dos 
(El beso, Pablo Alborán)

Mil mares que separen a dos personas que se quieren, estiman y aprecian. Un mar que separe la amistad de dos personas que han vivido grandes experiencias juntas, que han aprendido la una de la otra y que han luchado por sus sueños. Uno, cien y mil mares pueden llegar a separar personas. Pero eso no pasará con nosotras.

Sé que el interponer distancia entre nosotras (por cosas del destino) puede jugarnos una mala pasada. Sin embargo, la nuestra no es una amistad cualquiera, no es una amistad típica. Te considero parte de mi familia, de mi vida, de mí. 

Ahora tomo un nuevo rumbo, otra experiencia nueva. No hay que ponerse melodramáticos, tan solo nos separan diez kilómetros. Aun así, sé que hay cosas que no podremos hacer tan diariamente como ahora. Pero eso no importa. 

¿Sabes por qué? Porque te quiero. Y el querer a una persona como yo te quiero a ti es algo fundamental para que una amistad siga creciendo y haciéndose más fuerte con el paso del tiempo. 

Hemos vivido tantas cosas juntas... Parece que fue ayer cuando decidieron que nos sentáramos juntas en clase, parece que fue ayer cuando empezamos a compartir risas en clase y luego la charlas y confidencias. Parece que fue ayer cuando pasamos toda una tarde en el parque jugando con mis hermanas y haciéndonos fotos y después vinieron muchos días como ese. 

No me olvido de los enfados, aun los recuerdo y créeme cuando te digo que odio recordarlos. Cuando te di aquel pequeño recopilatorio que tienes en la estantería de tu habitación te dije que tenía miedo y lo sigo teniendo. Pero sé que, pase lo que pase, saldremos adelante. Juntas, siempre juntas. 

Yo hace tiempo que dejé de hacer promesas, más que nada porque sé que al final nunca se cumplen. Sin embargo, contigo es diferente. Es diferente por que tú me has demostrado estar ahí cuando los demás se han ido yendo de mi lado. Tú has estado ahí sin pedir nada a cambio. 

Eres parte de mi felicidad. Y hoy por hoy, me encanta verte feliz. A veces no hace falta que nos pasemos toda una tarde hablando, tan solo sonriendo (como el otro día). 

No hay ni uno, ni diez, ni cien, ni mil mares que no separe. No habrá manera de que esta amistad se esfume como si nada, no será posible. Nos quedan cosas por vivir, nos quedan momentos por guardar en nuestra memoria y en nuestro corazón. 

Siempre encontraremos un momento para vernos, para sonreír. Siempre serás la primera persona en la que piense al levantarme -y así darte los buenos días- y la última al acostarme -para darte las buenas noches-.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...