domingo, 16 de septiembre de 2018

Sin perdón, yo.

I'm not scared to be seen
I make no apologies, this is me
(This is me, Keala Settle)

Ahora lo entiendo. Soy capaz de comprender lo que pasó y aquello que se quedó en el tintero, en un cajón atascado. No fui yo quien perdió, quien se dio por vencida, ni quien prefirió rehacer su vida lejos de la distancia, de las mareas y tormentas que se acercaban. No fuiste capaz de dar el salto, de vivir la aventura que tú tanto prometías querer vivir. 

El tiempo me dio la razón y "descubrí" la verdad, aunque ya la sabía. No era un secreto, eras demasiado obvio. Me atreví a darte el beneficio de la duda y sin expectativas muy altas. Sabía lo que me esperaba; mentiras, decepciones y un poco de risa sarcástica. 

Querías que todo siguiese como si nada, pero continuando cada uno por su camino, caminando paralelamente. Fácil. Ha dejado de importarme tu sendero, tus decisiones y también tus errores. Creí haber sido yo la que se equivocó, quien había cometido alguna estupidez por la que te habías alejado. 

Ahora me río. Creo que no supimos entendernos ni navegar entre nuestros mares. Pensábamos en nosotros mismos y no mirábamos más allá, queriendo saber e interesarnos por el otro. Fue un error de dos. ¿El qué? El dejarnos estar, el querer olvidar y continuar caminando. 

No me arrepiento del tiempo vivido, de los paseos y las cenas a terminar. Recuerdo que todo se perdió tras una cortina de humo, tras los pasos borrados por las olas del mar y por mensajes borrados y fotos olvidadas. Hubo momentos en los que pensé en pedir perdón, luego entendí que no había motivo. 

Continué navegando, persiguiendo sueños y buscando nuevos objetivos. Me olvidé de lo vivido y todo aquello que sentí. Se quedaron en el fondo del mar, enterrados bajo tierra y escondidos en lo más profundo de mí. Fuiste tú quien perdió, quien no supo arriesgar. 

Me presenté tal y como era, con mis más y mis menos. Mis defectos en bandeja y mis inseguridades en primera plana. Frente al espejo y frente a ti no me acobardé. Ahora lo has perdido todo y qué más me da a mí. Sigues con tu vida y soy feliz por ti. 

Eso sí, recuerda: mi felicidad llegó mucho antes. No te necesitaba, no dependía de ti, ni de tus llamadas ni mensajes. No quería que te preocupases por mí y no hacía falta que lo demostrases. Parte del pasado, aunque ya no del presente ni del futuro. Caminos paralelos pero no a la par, quizás yo ya he tomado mis decisiones que me alejan ya de ti. 

Sigo siendo yo, sigo siendo más fuerte y más valiente. No lo sabes, pero tampoco te preocupes, ya no hace falta que sepas nada. Hoy tengo más sueños y muchas sonrisas por regalar. Hoy soy yo quien sigue adelante. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...