miércoles, 31 de julio de 2019

Pez.


Llevo tiempo sin encontrarme a mí misma, buscando las palabras que antes salían sin pensar y ahora no las encuentro donde un día las dejé. Una inspiración que se ha perdido, que se ha esfumado y decide no volver. Melodías que traen de vuelta recuerdos y frases para enmarcar, pero siendo incapaz de hacerlo. 

Lo que antes era una pasión se acaba convirtiendo en un mero juego del escondite conmigo misma. Los miedos se esconden y yo los intento atrapar, las inseguridades salen y yo me intento esconder. Así pasamos el tiempo, siendo un pez que se muerde la cola. 

El tiempo puede ser tu mejor amigo o tu mayor enemigo. Da lugar a las reflexiones, a los pensamientos de todo tipo, a los juegos de imaginación e incluso a ver cosas dónde no las hay. Analizas cada parte de tu vida, cada decisión tomada y sus consecuencias, aquello que puedes mejorar y que vale la pena tirar por la borda.

Ordenas tus ideas, y al fin de cuentas tu vida también. Te encuentras a ti misma, te comprendes mejor y te quieres aún más. Te sorprenden las actitudes de los demás e incluso llegas a decepcionarte con alguna que otra persona. Crees que deberías pedir perdón, pero entiendes que hay problemas que son cosas de dos. 

Te has encontrado a ti misma, sabiendo que debes dejar de dar tu brazo a torcer, que hay otras personas que no lo hacen. Esperabas que por una vez se preocupasen de verdad, que estuviesen ahí y resulta que era todo un mero compromiso. Sonrisas hipócritas, abrazos cordiales, media vuelta y si te he visto no me acuerdo. 

Las cosas cambiaron, pero no esperabas llegar a este punto. Al final, te dejas atrapar tú. Convives con tus inseguridades y confías tus miedos a quienes sabes que se lo merecen. No te juzgan, tan solo escuchan, oyen, sienten. Pasas página sin mirar atrás y si te vuelven a buscar, poco podrán encontrar. 

Sales de ese ciclo de mordeduras, de desilusiones y faltas de respeto. Buscas nuevos retos y nuevos apoyos. Te centras en ti misma y en aquello que quieres, por una vez te muestras egoísta y buscas tu propia personalidad, eso que te distingue. Y sí, disfrutas, te sientes como pez en el agua. Eres tú. 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...