miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡Bravo! ¡Viva! ¡Un aplauso!

HIPOCRESÍA: fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se sienten o se experimentan. 
(RAE)

¡Viva la hipocresía! Esto es lo único que me queda por decir. Y es que es la verdad. Sí señor, es así. Es tal y como lo digo. Es la pura verdad, es tal y como lo veo. 

En mayor o menor medida, a lo largo de nuestra vida nos encontramos personas falsas, mentirosas, aquellas que fingen sentir algo y que en realidad es todo lo contrario. Son capaces de sonreírte, son capaces de hacerse pasar por tus mejores amigos y después resultan que te están apuñalando por detrás. 

No será la primera ni la última vez que nos encontraremos en una situación similar. Ahora bien, hay personas que te sorprenden, que me sorprenden y esta vez para mal. Y es que no me lo esperaba. 

Resulta que llevas todo tiempo fingiendo, sonriéndome, ayudándome, de la misma manera que yo te ayudaba. Llevas todo este tiempo fingiendo ser alguien que no eres. Llevas todo este tiempo demostrando unos sentimientos contrarios a los que verdaderamente experimentas. 

¿Por qué fingir? ¿Qué se gana actuando, sintiendo falsedades? ¿Qué se gana jugando a ser quién no eres? ¿Por qué? ¿Qué ganas? No lo sé... 

Lo que sí tengo claro es que yo no voy a cambiar por ti, ni por ti ni por nadie. Tengo claro que en este mundo falsos hay a patadas, así que por ti no me preocupo. Tú eres uno más en el montón. Haz con tu vida lo que quieras, que yo voy a seguir viviendo la mía. 

Concluyendo, falsos hay muchos, no eres el único. Créeme que me da igual lo que hagas, no me importas en absoluto. Así pues, un aplauso a todos los hipócritas. Y como siempre digo:

El tiempo pone a cada uno en su lugar, y tú tendrás el tuyo. 

martes, 26 de noviembre de 2013

Da igual...

Respeto: Miramiento, consideración, deferencia.
(RAE)

Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. 

Pues bien, da igual las veces que repitas esta maldita palabra que hay personas que siguen sin saber lo que es. Pues sí, da exactamente igual cuanta veces lo repitas, da igual que busques mil sinónimos, hay gente que seguirá faltando el respeto. 

¿Tan difícil es respetar? ¿De verdad hay que pedirlo? ¿Tanto cuesta que uno por si solo se dé cuenta que ha de respetar? ¿De verdad hace falta decir por qué respetar y qué/quién respetar? Pues sí, parece mentira pero sí. Sí a todo. 

Hay que respetar a las personas. Sean altas, bajas, demasiado delgados o no tan delgados. Hay que respetarlas sea cual sea su orientación sexual o su religión. Hay que tener un poco de educación y un poco de respeto por las personas porque en el fondo todos somos iguales. Y esto es otra de las cosas que las personas olvidan. 

También, hay que respetar los gustos y hobbies de las personas. Sí es verdad, he dicho que somos iguales pero no en todos los aspectos. Quizás a mi me gusta el pop, a ti el heavy metal y a él le gusta el R&B. Pues bien ¿cuál es el problema? Yo no lo veo. 

Y ahora saldrá alguien de debajo de las piedras diciendo: ¡Eh! Pero si tú vas por ahí faltando el respeto. Lo siento, pero eso no es así. No confundas faltar el respeto con las bromas internas entre amigos. Y remarco lo de amigos por si no queda claro, ya que a veces pasa que no queda claro. 

Somos amigos, y nuestras bromas son desde el respeto. Pero hay personas que no conocen los límites y no saben distinguir entre una buena broma y el herir los sentimientos de las personas.

Entonces nos salen varias dudas que yo misma me intento contestar... ¿Qué hago cuando me han hecho una "broma" que ha acabado en falta de respeto? Al menos para mí, creo que de nada sirve que le digas que esa "bromita" poca gracia te ha hecho. Da igual, hay gente con la que no se puede razonar. ¿Ignorar? Quizás sea lo mejor. Pero tampoco le regales una sonrisa. 

Otra pregunta que me hago es: si sabes que has faltado el respeto ¿qué hacer? La pregunta tiene una sencilla respuesta en la cual todos estaremos de acuerdo... ¡Pide perdón! 

De vez en cuando, si sabes que te has equivocado, no está de más pedir perdón. No es algo que de miedo y nadie te va a matar por pedir perdón. Todo lo contrario, quizás hasta te aplaudan. Pero en fin, hay gente que se niega a pedir perdón y cree que si deja pasar el tiempo las cosas se normalizarán. Pues no, señores y señoras, si te has equivocado admite tu error. 

¿He llegado a alguna conclusión? ¡Sí! Y es la siguiente:

Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. Respeto. 

Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. Perdón. 

Da igual cuantas veces escriba estas palabras o cuantas veces las pronuncie. De verdad, da igual. Siempre habrá personas que seguirán sin entender su concepto.  

     

miércoles, 20 de noviembre de 2013

De vez en cuando...

De vez en cuando, tener un detalle con aquellos que te importan no está de más. 


Tener un pequeño detalle, por más que pienses que es una tontería, siempre es de buen grato para aquellas personas que te quieren, te valoran y a las cuales les importas. 

No está de más pensar en aquellos que te rodean. No hacen falta regalos caros ni extravagantes. No señor. No se pide eso, yo no pido eso. Nunca se pide eso, ni siquiera se piden los pequeños detalles. Esos deben salir de ti. 

Un pequeño recordatorio de porque te importo, de porque me necesitas a tu lado y de porque me quieres. Un vídeo, una foto, un pequeño mensaje, una carta, tres líneas recordando nuestros momentos. Una canción, una frase que lo dice todo y a la vez no dice nada. Pequeños detalles. 

De vez en cuando no está de más estar por esa persona que te importa, demostrarle lo que vale. Puedes hacer feliz a una persona con muy poco. Y quizás una sonrisa es el mejor de los regalos, aunque tú creas que no, lo es. 

De vez en cuando no cuesta nada demostrar cuanto se quiere a una persona. Y las palabras a veces sobran, y son los hechos los que cuentan. Y los hechos son los que te hacen ganar más confianza. Y son los hechos los capaces de provocar sonrisas, mil sonrisas. 

Tú puedes hacerlo. Pequeños detalles que alegren el día a día de tus más allegados. De vez en cuando no está de más. 

Dormir y llorar.

Las lágrimas brotan, caen, no paran. Las lágrimas salen, tocan el suelo y nunca cesan. ¿Por qué? ¿Qué he hecho? ¿Acaso lo merezco?

No llores, no te derrumbes, no caigas. Sé fuerte, no débil. Te lo repiten, me lo repiten una y otra vez. Y yo lo intento, y lo vuelvo a intentar. Nada. Da igual. Vuelvo a caer. Me canso de intentar. No quiero tirar la toalla, ni desfallecer. Sin embargo, yo no puedo más. 

Cansa mucho, me canso mucho Y ya, ni los abrazos, ni los besos, ni el apoyo incondicional de los que están a tu lado sirve. Nada. Por un día solo quieres dejar de luchar. Dejarlo y llorar. 

Sí, lo sé. Llorar no sirve de nada. Pero por un día lo necesito. Esconderme bajo capas y capas de mantas, esconderme y llorar. Eso es lo que de vez en cuando necesito. Llorar. 

Y miro alrededor, busco a alguien. Pero no sé a quien. No busco a nadie en concreto. Estoy confusa, hecha un lío. Pido ayuda, la busco, nadie sabe que hacer. Yo tampoco. 

Salgo, corro, huyo, llueve. La lluvia me empapa. Mis lágrimas se confunden con la lluvia. Ya no las reconozco, ya no me reconozco. No sé lo que hago. No lo sé...

Busco mi camino y tampoco lo encuentro. Sigo corriendo. Él va detrás mío. Me abraza, me susurra dulces palabras al oído. Y sin embargo yo estoy paralizada. Nada sirve. 

Me cuida. Él me protege. Él me mima. Lo hace. Quiere ayudarme, no hay solución. Seguir adelante es la opción. Y él no entiende que no puedo. Aquí sigo, estancada. Solo me queda dormirme. 

Dormir en su regazo, inhalar su olor. Dormirme a su lado. Llenarlo de lágrimas que se derraman por su cuerpo desnudo. Veo su dolor, pero él ya no ve el mío. 

Mi dolor está escondido. Escondido bajo capas de mantas, de sonrisas falsas. Duermo y lloro. Eso es lo que me queda; dormir y llorar. 

jueves, 14 de noviembre de 2013

No lo aplico.

Levantarte. Cuando has caído, tienes que levantarte, seguir adelante. Debes mostrar tu mejor sonrisa al mundo demostrándole así que eres fuerte. Lo digo mil veces y yo nunca lo aplico. 

Lloro de la rabia, de la impotencia que me da esto. Quisiera contarte todo lo que pasa por mi mente en este momento. Quisiera ser capaz de poner los puntos sobre las íes, dejarlo todo claro y que vieras que es lo que sucede verdaderamente. Pero no puedo, no hay manera de hacerlo. 

No quiero hacerte daño, ni que terceras personas salgan perjudicadas, ni que salgas tú decepcionado. Yo solo busco lo mejor para ti. Sólo quiero verte sonreír, verte feliz. Por eso, yo lloro mientras a lo lejos te veo reír. Me callo muchas cosas, las guardo en mi interior, en un cajón del que nunca saldrán. Me encanta verte feliz. Me encanta verte sonreír, aunque yo no cause esa felicidad. 

Sé que si te explicara todo aquello que he ido guardando, te dolería. Lo sé. Y a la vez, tengo miedo a que no me creas, a que me olvides y me odies. Sin embargo, necesito contártelo. 

Es la única forma que tengo de salir adelante, contándotelo. La única. Si te explico lo que verdaderamente pasa, podré seguir avanzando, creciendo como persona, conociendo mundo. Por una vez, quiero ser yo quien ría, quien se coma el mundo. Y eso no pasa... Y todo por callar. 

Sólo puedo decirte que eres muy importante para mí. En el mundo, muy pocas personas son como tú. Así pues, sigue sonriendo. Pero recuerda algo muy importante:

No es oro todo lo que reluce... 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

¡Te pillé!

Nadie es quien dice ser ni quien aparenta ser. Hay personas que siempre se han mostrado sinceras, claras y transparentes y otras que han jugado al juego de la hipocresía. Hay personas que han fingido y han tardado en mostrar su verdadera personalidad. Hay personas de todo tipo. Las hay. 

Centrándome en ti, te tendí la mano cuando me necesitaste, te ayudé cuando no eras capaz de pedirlo, te aconsejé, apoyé y escuche. Estuve en todo momento presente, estuve para ti. Lo estuve, en todo momento. Cuando todo el mundo desapareció y no quiso saber nada de ti, yo estuve ahí. Me daba igual la hora, el día, lo que tuviera que hacer, yo estaba ahí. Traicionaste mi confianza. 

Confié, confié y confié. Lo hice, mientras había gente que desconfiaba de ti. Y así me lo pagas... Sé la verdad, no hace falta que finjas. No hace falta que me digas que me quieres, ni que me abraces ni me beses, no hace falta. Te descubrí. Descubrí tus mentiras y tu falta de sinceridad. Lo hice. Jugaste a un juego muy sucio. Lo hiciste. 

Mentiste. Mentiste a personas que yo consideraba importantes. ¿Celos? ¿Envidia? Te faltó valor para venir y decirme que te sentías sola, que las cosas habían cambiado. Le llenaste la cabeza de pajaritos a nuestros amigos. 

Sabes, cuando me enteré de lo que habías hecho me dio rabia, coraje y dolió, dolió mucho. Creo que malinterpretaste todo aquello que yo he ido expresando aquí, en mi blog. Sin embargo, te adueñaste de mis palabras, las hiciste tuyas y las tergiversaste. Hablaste, hablaste y hablaste... Y siempre de forma errónea. 

Y yo, durante todo este tiempo me he preguntado el por qué. Quería saber que te había hecho. ¿Celos? ¿Envidia? ¿Tú? ¿Por qué? Otras personas quizás sí, pero tú no. No lo entendí, no lo entiendo. 

Me acerqué a personas que a ti no te hacían mucha gracia y eso te dolió. Pero es mi vida, yo tomo mis decisiones. En este mundo no sólo vas a estar tú. Tengo derecho a conocer a otras personas, igual que tú lo haces. Sin embargo, siempre te dejé claro que contarías conmigo. 

Pero ahora no. No, ni lo sueñes. Poco a poco, he ido descubriendo cada una de tus mentiras. Lo que me has hecho y lo que no has sido capaz de hacer por mí. Porque tuviste detalles que dolieron y créeme de esos también me enteré. Entonces, ¿como puedo confiar en ti? Hoy por hoy se me hace imposible. 

Además, tampoco has sido capaz de dar la cara. Te has escondido detrás de personas que, aun siendo como son, se han enfrentado a la verdad. Pero tranquila, aun estás a tiempo de enfrentarte a la verdad, de enfrentarme. Tú bien sabes donde encontrarme. Llámame, búscame, háblame. Hazlo. Puedes venir, hablar y corroborar todo lo que yo ya sé o bien negarlo. Pero créeme, volveré a enterarme de la verdad y sabré si mientes.   

   

lunes, 11 de noviembre de 2013

Smiling!

¡Sonreír, sonreír, sonreír!

Lema para el día a día. Una frase, tres palabras (o más bien una) que debemos tener presente en nuestro día a día. Y yo lo hago (o al menos lo intento). 

Sí, cada mañana cuando me levanto me repito una y otra vez. Esto es lo que debemos hacer siempre; sonreír. A pesar de las adversidades, de la tormenta, de los malos momentos, hay que sonreír. Sonreírle al mundo, a nuestros seres queridos, a nuestros amigos... ¡Siempre!

Y debes tener motivos para sonreír. Yo los tengo. Me considero una persona afortunada por tener a mi lado personas que hacen mi día más llevadero, personas que me apoyan, me escuchan, me ayudan y me hacen sonreír en todo momento. 

Con ellas puedo ser totalmente sincera, reírme a carcajada limpia sin miedo al que dirán, demostrarnos mutuamente que nos queremos a nuestra manera, sin miedo al que dirán. Juntas. 

He encontrado a personas con las que reír y llorar y eso, quieras o no, es algo muy bonito. Cada vez que veo una publicación de alguna de esas personas tan importantes para mí, no paro de sonreír. 

Juntas somos nosotras mismas, sin miedo al que dirán, sin miedo a nada ni nadie, sin miedo a sonreír. 

Por eso, sonríe cuando estés al lado de alguien a quien quieres, sonríe. Esa persona quiere verte feliz y quiere ser feliz contigo. No descuides a esas personas. Y sigue sonriendo. 

 

jueves, 7 de noviembre de 2013

7/11/1994.

Un 7 de Noviembre de 1994 nació una dulce niña. Esa pequeña niña fue creciendo y creciendo y creciendo, hasta convertirse en lo que es hoy. Ella, hoy ya es una princesa, una niña de ojos bonitos y gran sonrisa que tiene ganas de comerse el mundo cada día que pasa. Esa niña eres tú. 

Sí, tú. Mi amiga, hermana, confidente. Tú, mi amor y mi princesa. Tú la persona que hoy cumple 19 años, que hoy se hace más grande, más fuerte y más valiente. Hoy es tú día princesa y como no, aquí estoy yo dedicándote otro post más. 

Cumples 19 años y me siento una privilegiada por poder celebrarlos contigo, a tu lado, sonriendo y siendo feliz. Hoy cumples 19 años y hay algo que a lo largo de todo este tiempo no ha cambiado, sigue siendo igual y es que te quiero. 

Puedo gritar a los cuatro vientos que tengo a mi lado a una gran persona, como tú en el mundo hay pocas. Alegras a tus más cercanos con tu sonrisa, con tu risa, con tus bromas. Me siento muy orgullosa de ser tu amiga y por supuesto me siento muy orgullosa de ti. 

Sí. Le has demostrado al mundo que tú vales mucho, que tú te puedes comer el mundo siempre que quieras, día tras día. Te has levantado cuando hubo quien pensó que no, has seguido adelante a pesar de todo y siempre con una sonrisa en la boca. Eres un ejemplo a seguir. 

Lo eres todo para mí. Te quiero. Disfruta del día de hoy, disfruta de mi pequeño regalo. 

martes, 5 de noviembre de 2013

AUTOESTIMA.

Maldita autoestima. Cada vez va a peor. Lo sé, siempre se repite la misma historia, cada día es lo mismo, el mismo cuento, rutinoso, horroroso. 

Decido callar, no hablarlo. Quizás mis allegados ya están cansados de escucharme, de oírme repetir siempre lo mismo. Pero lo siento, soy así. Soy una persona insegura, a la que le falta confianza en si misma y a quien hay que según que cosas que le afectan demasiado. 

Y de eso la gente se aprovecha. Son capaces de decirte que te quieren y en cuanto te das la vuelta ya te están criticando. Abrazarte y sonreírte como si nada pasara, y después ponerte en contra de los demás. Hay personas así.

Lo peor de todo es que estas personas no saben nada de tu vida, no tienen ni idea por lo que has pasado y hacen todo aquello que te recuerda a tu pasado. Hacen todo aquello que has intentado olvidar, borrar y no recordar. Sin embargo, allí están aquellos que no te permiten olvidar.

Son personas  que tienen detalles contigo y con los demás totalmente diferentes y eso provoca que tu confianza en ti misma se vaya desmoronando. Eso sí, ellos no saben el daño que te están haciendo, ellos no lo ven. Tan solo se preocupan por si mismos. Son personas que se creen el ombligo del mundo, el centro del universo. Ellos, ellos y siempre ellos. 

¿Y yo? Yo quedo en la nada, como siempre. Pensar que tienes a alguien en quien apoyarte y que todo se desmorone, se desvanezca. Yo no soy así. Ante todo respeto, eso suelen decir. Y soy tan tonta que al hablar de mis problemas, callo según que detalles, los omito, me los guardo para mí. No rompo amistades, no destrozo la confianza en uno mismo de otros... Y por supuesto no tiro por la borda la autoestima de los demás. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Canciones.

Hay canciones que las puedes escuchar una y otra vez que no te cansas. Canciones que te siguen poniendo la piel de gallina cada vez que las escuchas. Canciones que te provocan mil sentimientos y que son capaces de hacerte soltar alguna que otra lagrimilla. Canciones que te provocan recordar. 

Pues bien, cierro los ojos y recuerdo. Las canciones vienen a mi mente. Aquellos estribillos perfectos que han descrito a la exactitud mis sentimientos, mis dudas y mis miedos. Las letras de canciones antiguas pero que con tanto sentimiento se han cantado y que obviamente han transmitido tanto. 

Pequeñas frases que me han hecho pensar, reflexionar. Frases que me han marcado y se han convertido en mi lema. Canciones capaces de subirme el ánimo cuando lo he necesitado, y otras tantas que me han llevado a otro mundo, al mio propio. 

Y sin embargo, siempre habrá una canción por encima de todas. Una canción que nos haga soñar, que nos haga pensar en nosotros mismos, en nuestro pasado y nuestro presente. Esa letra que tanto nos dice y que tanto nos enseña. Esa canción que somos capaces de poner una y otra vez y no aburrirnos. 

Todos tenemos una canción.Yo tengo la mía. Y pienso en ella, y pienso en ti. Pienso en los recuerdos que esa canción me provocan. En los momentos que he vivido gracias a esa canción.

Todo lo malo se va, me sumerjo en mi mundo y no pienso en nada, sólo en ti. Que grandes momentos hemos vivido y que ya no están. Lo nuestro ya no está. 

A veces, escucho canciones para no pensar, para olvidar. Las escucho para huir, escapar y esconderme. Las escucho para escapar de la realidad y del dolor que me causa. Tan solo escucho canciones. 


Te lo pido por favor. ¿No lo ves?

No haces más que recordarme lo mal que lo he hecho. No paras de recordarme los errores que he cometido, como te he defraudado y decepcionado. No paras de repetirme que estás dolido, que me equivoqué y bastante. No paras. 

¿Y no me ves? Lo estoy pasando mal. No sé como lo haces, pero tienes la capacidad de recordármelo en el peor momento de todos. Sé que no lo haces a propósito, sin embargo lo haces. 

Entiendo que estés dolido, entiendo que veas que he hecho mal al ocultarte algo, al callar, lo entiendo. ¿Pero es necesario qué me lo recuerdes todos los días? He pedido perdón de todas las maneras posibles, lo he hecho. He reconocido mi error de todas las maneras posibles, pero tú no perdonas o al menos no dejas de recordarlo. Sé que es difícil olvidar, tampoco te pido eso. 

¿Pero no lo ves? ¡Por favor! Estoy hecha polvo. No puedo más. Cada palabra que me dices, que me envías me atraviesa el corazón. Me duelen. ¿Es eso lo que querías conseguir? ¿Es eso lo que quieres conseguir? ¿Quieres que yo me vea en tu misma posición? Lo estás consiguiendo. 

Y a la vez, tiras por tierra mi autoestima. Sí como lo lees. Cada vez que me recuerdas tu enfado, tu dolor, yo sólo puedo agachar la cabeza, suspirar y decir lo sé, lo entiendo. Callo, guardo mis sentimientos y mi propio dolor. Pero cada vez me hundo más, cada vez que me lo recuerdas me haces sentir la peor persona del mundo. Siento como si nunca hubiera sido una buena amiga, alguien en quien confiar, en quien apoyarse. Pero, yo no soy así. Y sin embargo lo creo. 

No quiero echarte la culpa de todo a ti. Sé que yo tengo gran parte de la culpa. Si no me hubiera equivocado... ¡Pero lo he hecho! Lo siento, lo siento, lo siento. No sé que más hacer. Cada noche antes de acostarme dudo en si decirte buenas noches, dudo porque tengo miedo a tu respuesta. No quiero irme a dormir con lágrimas en los ojos, no quiero. Pero tú lo consigues. de una forma u otra lo acabas consiguiendo. 

Consigues que llore, que vaya cabizbaja por todos los lados y llorando. Consigues que sólo tenga ganas de esconderme o bien de irme bien lejos donde nadie me conozca. Lo consigues. Pero sé que yo tengo la culpa. Me lo tengo merecido ¿no? Quieres darme a probar de mi propia medicina. Lo entiendo. 

Tú eres alguien muy importante para mí y yo sé que yo también te importo. Sin embargo, hoy por hoy rechazas mis abrazos, me niegas una sonrisa y por supuesto no hablemos de los te quiero. Estas son cosas que ya no me recuerdas, y no porque no merezcan la pena, sino porque yo no lo merezco. No por ahora. A veces incluso me niegas el saludo, o los buenos días. Me niegas esos pequeños detalles que siempre habíamos tenido. 

Y yo, estúpida de mí, sigo detrás tuyo. Sigo intentando recuperarte, sigo pidiéndote perdón aunque de nada sirva ya. Y a la vez, intento seguir adelante. Pero cuando por fin consiguen sacarme una sonrisa, ahí estás tú para estropearlo todo. Ahí estás, para recordarme que por ahora no merezco tu perdón ni ser feliz. 

¿No lo ves? No, claro que no lo ves. No ves el dolor que todo esto me causa a mí, eres ajeno a él. Intento pensar que pararás, que dejarás este estúpido juego, pero no lo haces. Y ahí sigo yo, cayendo, cayendo... 

No sé que hacer más. Te pido que pares, te pido que dejes ya el maldito enfado, al menos para otro momento. No puede ser que me lo estés recordando a cada instante, justo cuando más te necesito, justo cuando más necesito que estés a mi lado. ¡Escúchame! ¡Hazlo! 

Por una vez, mírame a la cara y mira como me siento, lo destrozada que estoy. No puedo más con esta situación, con todo lo que está sucediendo. Quiero contarte lo que me pasa, pero no hay manera. Cada vez que lo intento tú solo te remites a mi error. Mira como me voy hundiendo, como voy a peor. Ayúdame. Pero no lo harás. No eres capaz, sigues dolido. Yo sí soy capaz de verlo. 

sábado, 2 de noviembre de 2013

Sólo me queda por decir...


Gracias, gracias y mil gracias. Esta vez no puedo parar de dar las gracias. No sé que más decir. La verdad, me he quedado sin palabras. No puedo hablar, lloro de la emoción porque a pesar he tenido el mejor cumpleaños de todos. 


Primero, tengo la mejor amiga del mundo. Pasamos por muchas cosas, sé que me he equivocado un montón de veces pero en ningún momento me has dejado sola, nunca me has abandonado. Has apostado por mi en todo momento, cuando había mucha gente que no lo hacías. Puedes estar muy enfadada conmigo, pero sé que si te necesito estarás ahí. Tranquila, nos quedan muchos cumpleaños por celebrar. Gracias, eres un ejemplo a seguir para mí, un ejemplo de superación. Lo único que puedo decir después de tanto vivido (y lo que queda por vivir) es te quiero.

Después, gracias por la sorpresa que me habéis dado en la uni, tampoco me esperaba tanto. Ha sido una sorpresa y una muy grata. Me habéis hecho sonreír como una niña pequeña, haciéndome sonreír y olvidarlo todo. Aunque yo sospechara algo, tampoco esperaba todo lo que recibí, sobretodo vuestro cariño. 

Por último, otra de las grandes sorpresas ha sido la que vosotras me habéis dado. Mis locas radiocafeteras. ¡Os quiero! La verdad, no me esperaba todo lo que habéis hecho por mí. Y quizás no es lo único por lo que he de dar las gracias, hay muchas otras cosas. Gracias por hacerme sonreír, preocuparos por mí, escucharme, aguantarme a mí y a mis 1D. Gracias porque sé que le habéis dedicado muchísimo tiempo a todo lo que teníais para mí. Y si he de escoger entre todos los regalos que me habéis hecho, el más importante de todos es vuestra compañía.

Por otro lado, acordarme de aquellos que por A o por B no han podido estar a mi lado en estas pequeñas sorpresas pero que aun así lo han intentado. A pesar de no estar en un día tan importante como el día de mi cumpleaños sé que puedo contar con vosotros en cualquier momento. Gracias de corazón. 

Y obviamente, a mi familia he de agradecerle todo lo que hacen por mi día a día, estando ahí en las buenas y en las malas. Siempre. 






viernes, 1 de noviembre de 2013

¡ES MI BLOG!

Pido perdón por el daño que este post pueda causar. Espero que este post sea de ayuda para aquellos que se meten donde no los llaman. Lo siento. Tranquilos será corto, no hay mucho que decir.  

Tenjo hun post presiozo en hel ke puedo ezcrivir akeyo ke me apeteska zin ke se me kritike. Ez de my propiedat i lo utiliso para esprezar miz penzamientoz, miz dudaz y miedoz. 

Zi hun dia ze me kruzan loz cavles i kiero dezaojarme kon zien faltaz hortojrafikaz eztoy en todo my derrexo. Llo kree ezte block, llo desido ke exprezar i de ke manerah. Zon miz desisionez. Ai jente ke ha lo megor no lo entendera, i ke lo darà ravia. Perro ez mi povlema. 

I a kien no le juste ke no lo lea. Llo sienpre asepto las kriticas, sienpre son vien resividas. Ezo sí, todoh tiene su limite. I ai kozaz ke no voi a permitir. Por egemplo ezaz faltaz de rezpeto hasia akeyo ke hajo kon tanto ezfuerso i dedikasion. No voi ha permitir ke ze metan kon el travago ke hajo kon tanto amorr i felizidat. Lo ziento, perroh por haí noh pazo. 

Tanpoko permito ke me se arruine el kumpleanyos de estah manera. Repitoh; hel block ez mio, llo desido que aser con el. Jracias por dedicarle hunos minutoz ha ezte post. 

Vuelvo a pedir perdón. Sin embargo, necesitaba escribir este post para que quedaran las cosas claras.  


Words.

No dediques tiempo a quien no lo valora. No dediques letras a quien no las lee...


Pero no paro de dedicarte palabras. A veces sé que son hirientes, pero no lo puedo evitar. Me has hecho daño, has jugado con mis sentimientos riéndote de mí. Prometiste tanto, y poco cumpliste. Sé que no mereces mis palabras, sean buenas o malas, no las mereces. Pero no lo puedo evitar.

Durante mucho tiempo, has sido demasiado importante para mí, no he podido dejarte debe lado, no he podido abandonarte. Cada vez que me has llamado, he acudido a tu lado, he ido corriendo, sin importarme nada ni nadie. Tranquilo, no me arrepiento. Deseo que algún día te atrevas a leer todo aquello que te he escrito, todas las palabras que te he dedicado. Lo deseo. Pero no lo harás. Poco te importo.

¿Te importo? Nunca lo has demostrado. Y si algún día se te ocurre demostrarlo créeme  cuando te digo que será demasiado tarde. Has perdido  tu oportunidad, tu tren, ese momento la ser feliz, juntos. Lo siento, pero yo no puedo seguir esperando. He de vivir mi vida.

Ya he aguantado demasiado, he callado mucho. Y quizás por eso, estas sean loas últimas palabras que te dedico o al menos quiero creer eso. He de olvidarme de ti, de lo que siento por ti, de aquellas sensaciones que causas y provocas en mí.

Dejar de dedicarte palabras, frases, textos enteros. No me valoras, nunca te he importado, he malgastado mi tiempo contigo, y mis palabras también. Te has reído de mí y me has utilizado a tu gusto y semejanza. Se acabó. Ni más tiempo, ni más palabras. 

La impotencia.

No sé que hacer, me veo en un callejón sin salida, en un túnel sin luz ni salida. Me veo atrapada tras cuatro paredes, paredes que no puedo derrumbar, que no puedo tirar para escapar, para salir. 

Lloro de la impotencia que me crea todo esto. Han pasado tantas cosas en tan pocos días. Intento ordenar mis ideas, mi cabeza. Intento sonreír, hacer como si nada pasara, y sin embargo pasa de todo. 

Me da tanta rabia esta situación. Quizás sean estupideces sin fundamento, historias baratas contadas por un mentiroso aburrido. ¿Yo miento? ¿Hago daño? ¿Desaparezco cuando más me necesitan? ¿Soy mala persona? ¿Mala amiga? ¿Mala hermana?

¿Lo soy? Quiero pensar que no, pero hay comentarios hirientes, dolorosos, que te hacen caer, que te hacen desconfiar de ti misma y de tus posibilidades. Y aparece alguien que te hace confiar, quizás no en ti misma, pero si en él.

Pero, entonces aparece la maldita distancia. Esa distancia que provoca tanto dolor, tanto miedo y tantas dudas. Crees que has agobiado demasiado a esa persona, que has dicho mucho y poco has escuchado. La confianza se ha ido, se ha perdido. 

Y llega la impotencia, la rabia, el miedo y las dudas. Llega todo junto, como si nada. Llegan las mentiras y el dolor. Llegan las puñaladas traperas, las falsedades. Y todo suma. 

Te sientes peor que nunca, como si tú fueras quien siempre se equivoca, quien hace mal las cosas. ¿Y es así? ¡No! Yo siempre intento dar lo mejor de mí, intento hacer lo mejor, y al final no lo consigo. 

¿Por qué? ¿Qué hago mal? 

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...