domingo, 3 de noviembre de 2013

Te lo pido por favor. ¿No lo ves?

No haces más que recordarme lo mal que lo he hecho. No paras de recordarme los errores que he cometido, como te he defraudado y decepcionado. No paras de repetirme que estás dolido, que me equivoqué y bastante. No paras. 

¿Y no me ves? Lo estoy pasando mal. No sé como lo haces, pero tienes la capacidad de recordármelo en el peor momento de todos. Sé que no lo haces a propósito, sin embargo lo haces. 

Entiendo que estés dolido, entiendo que veas que he hecho mal al ocultarte algo, al callar, lo entiendo. ¿Pero es necesario qué me lo recuerdes todos los días? He pedido perdón de todas las maneras posibles, lo he hecho. He reconocido mi error de todas las maneras posibles, pero tú no perdonas o al menos no dejas de recordarlo. Sé que es difícil olvidar, tampoco te pido eso. 

¿Pero no lo ves? ¡Por favor! Estoy hecha polvo. No puedo más. Cada palabra que me dices, que me envías me atraviesa el corazón. Me duelen. ¿Es eso lo que querías conseguir? ¿Es eso lo que quieres conseguir? ¿Quieres que yo me vea en tu misma posición? Lo estás consiguiendo. 

Y a la vez, tiras por tierra mi autoestima. Sí como lo lees. Cada vez que me recuerdas tu enfado, tu dolor, yo sólo puedo agachar la cabeza, suspirar y decir lo sé, lo entiendo. Callo, guardo mis sentimientos y mi propio dolor. Pero cada vez me hundo más, cada vez que me lo recuerdas me haces sentir la peor persona del mundo. Siento como si nunca hubiera sido una buena amiga, alguien en quien confiar, en quien apoyarse. Pero, yo no soy así. Y sin embargo lo creo. 

No quiero echarte la culpa de todo a ti. Sé que yo tengo gran parte de la culpa. Si no me hubiera equivocado... ¡Pero lo he hecho! Lo siento, lo siento, lo siento. No sé que más hacer. Cada noche antes de acostarme dudo en si decirte buenas noches, dudo porque tengo miedo a tu respuesta. No quiero irme a dormir con lágrimas en los ojos, no quiero. Pero tú lo consigues. de una forma u otra lo acabas consiguiendo. 

Consigues que llore, que vaya cabizbaja por todos los lados y llorando. Consigues que sólo tenga ganas de esconderme o bien de irme bien lejos donde nadie me conozca. Lo consigues. Pero sé que yo tengo la culpa. Me lo tengo merecido ¿no? Quieres darme a probar de mi propia medicina. Lo entiendo. 

Tú eres alguien muy importante para mí y yo sé que yo también te importo. Sin embargo, hoy por hoy rechazas mis abrazos, me niegas una sonrisa y por supuesto no hablemos de los te quiero. Estas son cosas que ya no me recuerdas, y no porque no merezcan la pena, sino porque yo no lo merezco. No por ahora. A veces incluso me niegas el saludo, o los buenos días. Me niegas esos pequeños detalles que siempre habíamos tenido. 

Y yo, estúpida de mí, sigo detrás tuyo. Sigo intentando recuperarte, sigo pidiéndote perdón aunque de nada sirva ya. Y a la vez, intento seguir adelante. Pero cuando por fin consiguen sacarme una sonrisa, ahí estás tú para estropearlo todo. Ahí estás, para recordarme que por ahora no merezco tu perdón ni ser feliz. 

¿No lo ves? No, claro que no lo ves. No ves el dolor que todo esto me causa a mí, eres ajeno a él. Intento pensar que pararás, que dejarás este estúpido juego, pero no lo haces. Y ahí sigo yo, cayendo, cayendo... 

No sé que hacer más. Te pido que pares, te pido que dejes ya el maldito enfado, al menos para otro momento. No puede ser que me lo estés recordando a cada instante, justo cuando más te necesito, justo cuando más necesito que estés a mi lado. ¡Escúchame! ¡Hazlo! 

Por una vez, mírame a la cara y mira como me siento, lo destrozada que estoy. No puedo más con esta situación, con todo lo que está sucediendo. Quiero contarte lo que me pasa, pero no hay manera. Cada vez que lo intento tú solo te remites a mi error. Mira como me voy hundiendo, como voy a peor. Ayúdame. Pero no lo harás. No eres capaz, sigues dolido. Yo sí soy capaz de verlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...