miércoles, 13 de noviembre de 2013

¡Te pillé!

Nadie es quien dice ser ni quien aparenta ser. Hay personas que siempre se han mostrado sinceras, claras y transparentes y otras que han jugado al juego de la hipocresía. Hay personas que han fingido y han tardado en mostrar su verdadera personalidad. Hay personas de todo tipo. Las hay. 

Centrándome en ti, te tendí la mano cuando me necesitaste, te ayudé cuando no eras capaz de pedirlo, te aconsejé, apoyé y escuche. Estuve en todo momento presente, estuve para ti. Lo estuve, en todo momento. Cuando todo el mundo desapareció y no quiso saber nada de ti, yo estuve ahí. Me daba igual la hora, el día, lo que tuviera que hacer, yo estaba ahí. Traicionaste mi confianza. 

Confié, confié y confié. Lo hice, mientras había gente que desconfiaba de ti. Y así me lo pagas... Sé la verdad, no hace falta que finjas. No hace falta que me digas que me quieres, ni que me abraces ni me beses, no hace falta. Te descubrí. Descubrí tus mentiras y tu falta de sinceridad. Lo hice. Jugaste a un juego muy sucio. Lo hiciste. 

Mentiste. Mentiste a personas que yo consideraba importantes. ¿Celos? ¿Envidia? Te faltó valor para venir y decirme que te sentías sola, que las cosas habían cambiado. Le llenaste la cabeza de pajaritos a nuestros amigos. 

Sabes, cuando me enteré de lo que habías hecho me dio rabia, coraje y dolió, dolió mucho. Creo que malinterpretaste todo aquello que yo he ido expresando aquí, en mi blog. Sin embargo, te adueñaste de mis palabras, las hiciste tuyas y las tergiversaste. Hablaste, hablaste y hablaste... Y siempre de forma errónea. 

Y yo, durante todo este tiempo me he preguntado el por qué. Quería saber que te había hecho. ¿Celos? ¿Envidia? ¿Tú? ¿Por qué? Otras personas quizás sí, pero tú no. No lo entendí, no lo entiendo. 

Me acerqué a personas que a ti no te hacían mucha gracia y eso te dolió. Pero es mi vida, yo tomo mis decisiones. En este mundo no sólo vas a estar tú. Tengo derecho a conocer a otras personas, igual que tú lo haces. Sin embargo, siempre te dejé claro que contarías conmigo. 

Pero ahora no. No, ni lo sueñes. Poco a poco, he ido descubriendo cada una de tus mentiras. Lo que me has hecho y lo que no has sido capaz de hacer por mí. Porque tuviste detalles que dolieron y créeme de esos también me enteré. Entonces, ¿como puedo confiar en ti? Hoy por hoy se me hace imposible. 

Además, tampoco has sido capaz de dar la cara. Te has escondido detrás de personas que, aun siendo como son, se han enfrentado a la verdad. Pero tranquila, aun estás a tiempo de enfrentarte a la verdad, de enfrentarme. Tú bien sabes donde encontrarme. Llámame, búscame, háblame. Hazlo. Puedes venir, hablar y corroborar todo lo que yo ya sé o bien negarlo. Pero créeme, volveré a enterarme de la verdad y sabré si mientes.   

   

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