lunes, 25 de febrero de 2013

Ahora.

Ahora, con el paso del tiempo, nos hemos conocido mejor. Y ahora, con el paso del tiempo, nos hemos distanciado. 

Éramos amigas, grandes amigas. Habíamos creado un vínculo. Yo confíe en ti. Te conté mis secretos, te expliqué aquello que nunca pensé confesar. Además, te aconsejé siempre que me lo pediste, te ayudé en todo lo que pude, te escuché, te apoyé... Creo que, y es mi opinión, siempre que me necesitaste, estuve ahí, a tu lado. 

Estuve presente en cada paso que diste. He aguantado tus lágrimas, tus llantos, tus tristezas, tus problemas, tus dolores de cabeza. Y no, a diferencia de lo que puedas pensar leyendo esto, no me arrepiento de nada. Porque has sido mi amiga, hemos sido amigas. Y ahí he estado, no solo para las buenas, sino que creo que he estado en las malas y en las peores. Ahí.

Ahora, no sé si lo estoy. Ahora, definitivamente, no estoy. Y no porque yo no quiera, sino porque tú, sí tú quien en su día dijo que yo era una amiga de verdad, me ha ido dando de lado, y todo por alguien que dices que te hace feliz. 

Ahora, incluso darme los buenos días, te supone un gran esfuerzo. Me has ido apartando de tu lado, de tu vida, me has dejado apartada por alguien que en el fondo sabes que no te hará feliz. Y lo sabes perfectamente...

Y cuando verdaderamente te des cuenta de que esto es así, y que soy yo quien no se equivoca, esperarás que esté ahí, con los brazos abiertos y querrás que vuelva a ser tu paño de lágrimas. 

Y ahora, no sé si quiero serlo. No sé si merece la pena estar ahí, a tu lado... Si poca atención prestas a lo que yo a lo que personas que sí te queremos, te decimos. 

Y ahora, en este momento en el que te sientes sola, acudes a mí. Me pides ayuda porque crees que soy yo la única capaz de comprenderte. Pero, cuando yo necesito tu ayuda, no puedo acudir a ti porque estás más pendiente de alguien que, en el fondo, sabes perfectamente que te está hiriendo. Y por eso, no sé si quiero estar presente en tu vida... No de esta manera. No ahora. 

No de esta manera en la que yo poco te importo, y tú a mí demasiado. Y ahí estoy yo siempre, y tú muy pocas veces, y nunca en los momentos importantes, en los momentos cruciales. Rara vez has sido capaz de preguntarme como estoy verdaderamente, rara vez has sido capaz de descolgar el teléfono, de marcar mi número, de llamarme. Y nunca, nunca has sido capaz de decirme que me quieres, que te importo.

Y ahora, ¡ahora pretendes que yo esté a tu lado! Irónico ¿no? No espero que me des las gracias, no esperes que yo te las dé... Tampoco estoy muy segura de que te lo merezcas. He sido tu amiga durante años, he estado contigo porque yo he querido, porque te he querido, Y ahora... ahora me replanteo esta vieja y descuidada amistad por tu parte... 

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