martes, 26 de febrero de 2013

Ceguera.

No hay peor ciego que el que no quiere ver...

Estar entre la espada y la pared. Estar en una situación en la que no saber qué hacer, como actuar.  

Saber demasiadas cosas, pequeños secretos que callo y guardo. Estar callando todo aquello que sé. No me quejo, soy así. Pero, muchas veces piensan que soy una especie de confesionario, una especie de baúl de los recuerdos, alguien que escuchará uno por uno todos tus problemas, todos tus pecados. Sin embargo, lo vuelvo a decir, no me quejo, soy así. Por eso, ni siquiera sé porque escribo esto... 

Tal vez, escribo esto para que entiendas que el tema ya me cansa demasiado, ya me aburre. Es un constante tira y afloja. Y, quizás en un momento me divirtió. Pero ahora... ¡Es que ya no puedo más! 

No puedo estar aguantando tus continuas mentiras. Es más, odio las mentiras, odio que me mientan y estoy harta de que constantemente me mientas. Día tras día, me cuentas una mentira nueva y cada vez que lo haces yo he de hacerme la sorprendida, la ilusionada, he de hacer como si me alegrara por ti. He de hacer ver que creo y confío ciegamente en aquello que me estás contando. Porque no puedo creerte. No ahora que sé toda la verdad. 

Y cada vez que creo que el tema está zanjado, cada vez que creo que por fin hemos finalizado con este tema tan aburrido, vuelves a él, vuelves a lo mismo. Nos cuentas una y otra vez la misma historia. Una y otra vez lo mismo... 

Y no lo entiendo, no entiendo como no te das cuenta de que así no consigues nada. No consigues nada ni mintiéndome a mí, ni mintiéndote a ti... Nada. Eres una gran persona, una persona con un gran corazón, alguien que creo que vale mucho. ¡Por qué así es!

¿Por qué estás tan ciega? ¿Por qué ves cosas dónde nadie más lo ve? ¿Por qué? ¿Por qué? Dicen que el amor es ciego. Sí, es verdad. Yo una vez lo estuve, y también estuve ciega. Pero, no podemos hablar de amor... Aun no. No conoces a esta persona, no sabes exactamente como es. Y ya, haces cosas que no deberías hacer. ¿Una de ellas? Mentir. 

Yo, he intentado de todas las formas que estaban a mi alcance, abrirte los ojos. Te he intentando ayudar, he intentado que dejes de estar ciega. Porque, créeme, así, mintiendo, no llegarás a nada. ¡No inventes! No te inventes nada... Si no ha pasado nada, tranquilamente nos lo puedes decir... Pero, por favor, no nos mientas. No lo soporto. 

Porqué, muchas veces, quizás demasiadas, cuando tú me cuentas algo yo ya me he enterado de la verdad. Me he enterado de como son las cosas... Y, sin embargo, tú sigues con tu historia, tú sigues con tu cuento... 

Lo siento. De verdad que lo siento. Pero no puedo más... Estoy exhausta, cansada, harta, irritada, molesta... ¡Basta! ¡Por favor! Necesito que acabes ya con este tema. Necesito que veas las cosas con claridad, que te des cuenta que te estás haciendo daño...

Eres una gran persona, pero debes dejar de estar tan ciega. Necesito que entiendas que tus mentiras nos acaban fastidiando. Necesito que te des cuenta que, ya no solo son tus mentiras, ya no solo es todo aquello que cuentas. También, son los hechos, las acciones... Todo aquello que haces. Pequeños detalles que van sumando... 

Y yo callo, yo aguanto, te quiero, te aprecio, guardo tus secretos. Pero, no puedes pretender que esté aguantando todo siempre, no puedes pretender ser el ombligo del mundo, la única persona con problemas.

No puedes pretender que todos estemos tan ciegos como tú. 
   



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...