Y solo hago que mirar mi móvil como una estúpida. Miro y
remiro mi móvil para ver si has decidido conectarte, si estás conectado y si
serás capaz de escribirme.
No sabes cuánto me gustaría ver que me escribes. Aunque
tan solo sea para decirme hola, aunque tan solo sea para preguntarme alguna
estupidez relacionada con el trabajo o con los amigos. Me encantaría que fueras
tú y no yo quien iniciara siempre la conversación.
Desearía que, en algún momento, decidieras acercarte a
mí. Acercarte para darme dos besos, para darme un abrazo y preguntarme si estoy
bien, si todo va bien.
Sé que, en el fondo, yo te importo. Y tú a mi también me
importas. Somos dos personas totalmente diferentes, somos polos opuestos. Tú no
sabes exactamente que quiero yo, y yo no se a ciencia cierta que buscas tú. Aun
así, eres importante, eres especial, eres diferente.
Y yo, estoy dispuesta a muchas cosas. Quiero seguir
conociéndote, quiero seguir hablando contigo, riéndome, quiero que sigamos
tomando café por las tardes, quiero seguir desayunando a tu lado. De verdad, lo
quiero. Y quiero pasar tiempo a tu lado para ver qué sucede, para ver hacia dónde
vamos, hasta donde llegamos.
Ya te lo he dicho; eres diferente. Y quiero conocer tus
otras facetas, tus pequeños defectos y tus grandes virtudes. Pero, a todo
aquello que yo hago tú no das respuesta. Te cierras en banda, no hablas, no
intentas comunicarte.
Y date cuenta que si te escribo esto es por algo.
Quizás de esta forma, de esta manera
te des cuenta de cómo son las cosas en realidad.
No esperes que de buenas a primeras
te diga que te quiero, que quiero compartir parte de mi vida contigo. Eso, no
sería decir la pura verdad. Pero, tampoco puedo negar que me gustas, que me
importas, que me siento cómoda a tu lado.
Y no quiero que, por los errores que
yo pueda llegar a cometer, todo esto acabe, que perdamos esta amistad empezada.
Pero, debes entender que, a pesar de lo importante que puedas ser para mí, si
no respondes, si no actúas, sino me demuestras un poco de interés, yo no
seguiré esperando...
Llegará el momento en el que me
cansaré de esperar, en el que me cansaré de estar sentada esperando una
respuesta tuya... ¿Te das cuenta, pues, lo que hace que no inicies una simple
conversación?
Miro mi móvil, y me pregunto por qué
no eres capaz de dirigirme la palabra, porque no eres capaz de hablarme, de
comunicarte conmigo. Y entonces, pienso en todo lo anteriormente dicho... Por
eso, te digo que aun estás a tiempo de remediarlo, aun estás a tiempo... Porque
por ahora no me he cansado, no he tirado la toalla...
Y solo hago que mirar mi móvil como una estúpida. Miro y remiro mi móvil para ver si has decidido conectarte, si estás conectado y si serás capaz de escribirme. Para ver si después de todo eso has sido capaz de reaccionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario