martes, 12 de marzo de 2013

La lluvia...

Un pequeño corazón se va dibujando a medida que el cristal se empaña, a medida que las gotas se van deslizando por el cristal. Llueve, y escucho el sonido tranquilizador de la lluvia, siento como las gotas llegan al suelo formando pequeños charcos. 

Pero, miro a la ventana, y recuerdo cuantas veces dibujaste un corazón con nuestras iniciales en la ventana. Recuerdo la lluvia, esas gotas frías que en algún momento tocaron nuestros cuerpos desnudos, pequeñas gotas que resbalaron por nuestro cuerpo. Recuerdo perfectamente como me encantaba dar vueltas bajo la lluvia mientras nuestra canción favorita sonaba. 

Y tú, tú quien tanto se preocupaba por mí gritabas para que volviera adentro, para que me protegieras en tus brazos. Pero poco caso te hacía yo... Yo que siempre jugaba con la lluvia como si fuera una niña pequeña, esa pequeñita que siempre ha estado presente en mí, oculta, esperando para salir en los días de lluvia. Y tú, que te cansabas de tanto gritar mientras yo hacía caso omiso a tus advertencias, venías en mi busca... Y empezaba nuestro particular juego, nuestra persecución de niños pequeños. 

Y jugando al gato y el ratón bajo la lluvia, tú me acababas atrapando y empezabas a acariciarme para así borrar las pequeñas gotas que resbalaban por mi cuerpo. Caricias que he ido necesitando día a día, caricias que me han vuelto loca y que me han hecho feliz. Me abrazabas para protegerme, para que yo entrara en calor, me distes esos abrazos que nunca antes me dio  Y a día de hoy, aun no me has negado ninguno. 

Y tus besos bajo la lluvia. Esos que me hacían sonreír y que me dejaban seca, pero que seguía necesitando. Tus besos, tus labios. Tú. 

Porque la lluvia, nuestros juegos es lo que me queda de ti. Y cada noche de lluvia, me pongo a dar vueltas bajo ella esperando que vengas a regañarme, para después acariciarme, abrazarme, besarme y que en tu último suspiro me digas te quiero.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...