jueves, 14 de marzo de 2013

Pequeña soñadora

Érase una vez...

Viví mi particular cuento de hadas. Aquél cuento en el que todo era color de rosa y donde parecía vivir flotando entre las nubes. Y todo, todo gracias a ti, porque fuiste mi alegría, quien estuvo a mi lado para apoyarme, para escucharme y abrazarme cuando me hizo falta, estuviste ahí... 

Y ahora, el tiempo ha pasado. Y tú te crees que es nuestro gran enemigo, el tiempo quiero decir y que ya no vivo ese bonito cuento de hadas... Pero te equivocas. Estás empeñado en decir que me pasa algo, en que ya no me importas y que no me preocupo por ti. Crees que te he ido dejando de lado, que no te tengo en cuenta y que nuestra relación ya no es la misma... Es más, crees que me he ido distanciando, que ya no soy la misma. 

Tranquilo, sigo estando aquí. Lee bien, mira bien a tu alrededor, estoy a tu lado... Estoy a tu lado, presente en tu día a día esperando que seas capaz de darte cuenta de las cosas, que seas capaz de abrir los ojos y ver que me importas más de lo que te crees. 

Nadie, nadie en este mundo se compara a ti. Y sí, podré conocer a muchas personas a lo largo de mi vida, pero ninguna como tú. Eres quien me quita el sueño, quien me alegra las mañanas y los días enteros. Verte allí, en nuestro particular lugar, verte esperándome me alegra, me saca una de mis mejores sonrisas. Ver mi móvil y saber que eres tú quien me ha enviado un mensaje, o que eres tú quien me ha llamado es algo que, instantáneamente, me anima... Y todo esto lo consigues tú y solo tú. 

Porque todos tenemos a ese alguien que es muy importante, que forma parte de nuestra felicidad diaria, alguien que con la más mínima tontería es capaz de dejarnos con una sonrisa tonta todo el día. Y tú... tú eres esa persona. ¡Date cuenta! Eres especial para mí, eres alguien en quien confío, alguien por quien me preocupo, alguien a quien necesito... Porque necesito tus abrazos, tus besos, tus pequeños regalos, tus tonterías a primera hora de la mañana, necesito ver tu peculiar mensaje de buenas noches. Y necesito, a veces, enfadarme si no veo ese mensaje, y que tú tengas que esforzarte para que yo vuelva a sonreír... Porque aunque no me lo has dicho, sé que te encanta verme sonreír. 

Pero, por otro lado, quiero que entiendas algo... Yo también tengo miedo. Miedo a que mi cuento de hadas finalice. Porque quizás tu creas que ya ha acabado, pero no... Sigue siendo un cuento de hadas, donde está el príncipe (quizás no azul, pero está), la princesa, la bruja malvada, las hadas buenas, el pueblo que especula y habla, aquella persona envidiosa... En fin... Incluso la hermanastra entrometida existe. Pero bueno, los cuentos de hadas no son perfectos... 

Y aun así, tengo miedo de las hermanastras entrometidas, del pueblo especulador. O lo que es lo mismo, tengo miedo que seas tú quien, por culpa de otras personas, te apartes de mi lado... Los dos estamos confundidos, quizás por el hecho que estamos jugando a un juego nuevo, uno un poco peligroso y que quizás no acabamos entendiendo del todo. Y por eso, quizás por eso estamos confundidos.  

Sin embargo, quiero que eches la mirada atrás... Sé que no te gusta, pero hazlo aunque sea por un instante para que recuerdes todo lo que hemos vividos, para que te rías mientras recuerdas nuestras estúpidas charlas pero llenas de sentido para nosotros dos, para que sonrías mientras recuerdas como me reía yo con cada pequeño gesto que tenías conmigo... Recuérdalo todo y verás que todo eso sigue ahí. 

Sí. Yo estoy presente en tu día a día igual que tú lo estás en el mío. No pienses que me vas a perder, porque a pesar de todo aquello que pueda pasar, sigues ocupando un lugar muy importante y sé que lo seguirás ocupando... Porque gracias a ti puedo vivir un pequeño cuento de hadas, gracias a ti vivo entre las nubes, soñando, riendo, aprendiendo de la vida, siendo optimista, siendo feliz... 

Siendo una pequeña soñadora que quiere sonreír, una pequeña soñadora que quiere que entiendas que sigues siendo importante, que eres importante, quiero que entiendas que soy tu pequeña soñadora.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...