viernes, 28 de septiembre de 2012

¡No se puede permitir!

Hoy quiero abordar un tema que, quizás, no tiene tanto que ver con lo que suelo escribir. Sin embargo, es igual de importante. La libertad de expresión.




Tantas veces nos cortan las alas. Es como si no tuviéramos derecho a decir aquello que pensamos, aquello que creemos conveniente decir, es como si fuéramos a cometer un crimen. Tenemos derechos, y uno de esos es la libertad de expresión. Nuestra opinión ha de ser respetada, igual que la de todos los demás. 

No debemos tener miedo a decir aquello que pensamos, aquello que nos come por dentro... No podemos dejarnos acobardar por una sociedad llena de prejuicios, solo porque esa misma sociedad nos diga que hay ciertas cosas que no podemos decir. ¿Pero por qué esto es así? Quiero decir, ¿por qué nos mandan a callar? 


Dejémonos del típico cuento de que podemos llegar a herir a terceras personas con aquello que digamos o con aquello que escribamos. No es así. Es por miedo. Sí. Miedo. Si todo el mundo dijera aquello que piensa de verdad, al final toda la verdad saldría a la luz. Todos los prejuicios de nuestra sociedad se verían con gran claridad. Y esto no conviene. Nunca ha convenido.  Es preferible que la gente siga creyendo que todo va bien, que nada va mal, antes de que se den cuenta de como son las cosas, antes de que la gente se percate de que algo no funciona y que esta sociedad no se sostiene. Siempre haciendo caso a la mayoría, a aquellos que dicen mandar sobre nosotros. Pero, nosotros somos dueños de nuestra vida, no los demás.

Otro ejemplo, una persona escribe pero no creo que siempre lo haga con el afán de hacer daño a los demás. Quiero remarcar ese siempre, porque obviamente hay gente que sí quiere hacer daño. Pero el que escribe solo busca desahogarse, contar lo que le pasa en ese momento, decir como ve una situación y tal vez lo hace porque ve que es la única forma de sacar toda la frustración acumulada... 

Entonces yo no entiendo algo... ¿por qué si alguien dice o escribe, sobre un determinado tema, sale mal parado? ¿por qué criticarlo? Él tiene su opinión  él pude decir lo que crea, lo que quiera. No es un delito. No está haciendo nada malo. Solo, opinar.

Así pues, me doy cuenta que opinar es cortar las alas. Pero, no podemos permitir que nuestras alas, nuestras ansias de volar, de crecer como personas, de opinar, de reivindicarnos se acaben... Creo que si tenemos ese derecho, si tenemos esa "libertad" hay que utilizarla, hacernos valer, hacernos escuchar, y que la gente intente entender nuestro punto de vista. Por eso mismo, no hay que tener miedo a las críticas... siempre van a estar ahí. Siempre. Contra ellas no se puede hacer nada... Tan solo acéptalas, y conviértelas en críticas constructivas. Esas que te ayuden a mejorar tu opinión, esas que sirvan para que puedas seguir volando... Para que no te corten las alas.  

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