domingo, 22 de septiembre de 2013

Pensando en mí...

Una semana de universidad te da el tiempo suficiente para reflexionar sobre diversos temas. Una semana adaptándome a la rutina me ha ayudado para ver las cosas desde otro punto de vista. 

Durante todo el verano no he sido importante para ti, ni siquiera has sido capaz de enviarme un mensaje para ver como estaba, para saber cómo estaba pasando el verano. En definitiva, no te importé.

Ahora bien, volvemos a reencontrarnos después de tres meses sin vernos, sin hablarnos, y de la nada yo me convierto en tu prioridad número uno. ¿No os parece raro? Todo un verano sin saber la una de la otra, sin dirigirnos la palabra y ahora me quieres como si no hubiera mañana. ¡Bravo!

Haces como si no hubiera pasado nada, como si no hubieras puesto distancia de por medio, como si fuéramos amigas de toda la vida. Lo siento, pero las cosas han cambiado

Te crees que soy tonta y no me doy cuenta de la situación, pues te equivocas. Sé perfectamente que no estoy en tu círculo de amistades, veo perfectamente que la confianza entre nosotras se ha roto, que ya no cuentas conmigo para según que cosas... 

Y digo para según que cosas porque es obvio que ahora que has vuelto a tus estudios siempre me pides ayuda. Y yo, no soy una persona que niegue ayuda a los demás... Sin embargo, me he llevado tantos palos, me he caído y chocado contra muros tantas veces que he aprendido a detectar a los interesados. 

Dices que me quieres, que me extrañas, me envías mil corazones, me envías mensajes de buenos días, me cuentas tus secretos y esperas los míos... Pero, yo no te creo, yo ya no confío en ti. No te puedo brindar mi amistad, ni mi ayuda. 

Lo siento, quizás suena egoísta. Lo siento, quizás lo estoy siendo. No obstante, estoy cansada... Sí, cansada. Me he pasado parte de mi vida pensando en los demás, ayudándolos en todo momento, brindando mi amistad a diestro y siniestro, he estado ahí para todo el mundo y a la hora de la verdad, todos esos a quienes les di mi ayuda desaparecieron, se esfumaron. Ante esa situación ¿qué puede hacer una? 

Dejar de pensar en los demás y por una vez pensar en mi misma. Ser egoísta por una vez en la vida, decidir que es lo mejor para mí, lo que me hará feliz a mí y no a los demás.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...