martes, 29 de agosto de 2017

Blah, blah, blah.

Te buscan cuando hay interés, cuando saben que sacarán provecho, que conseguirán algún tipo de beneficio. Te buscan a sabiendas de que tú te acabarás olvidando del mal trago del pasado, de las decepciones, de las heridas, las malas palabras que hubieron. 

Hoy deciden contar contigo, preguntarte sobre tu vida. Dicen interesarse, dicen que les importas, que jamás han podido sacudir esa sensación que los invade cuando piensan en ti. Hoy te escriben y recuerdan que has formado parte de su vida, de su día a día, de los malos y los buenos momentos. 

Dan la vuelta a la tortilla, giros de 180º, tergiversan las palabras de uno, se apropian de otras tantas y creen que las personas no cambiamos, que no maduramos, que las experiencias nos hacen madurar. Fingen ser ciegos, giran la cara al pasado, a todo lo que un día pasó. Yo no. 

Podré perdonar y eso no implica que olvide. Quizás guarde rencor y nunca te lo demuestre, pero eso no implica que no recuerde, que no piense, que no sepa que lo que has hecho una vez serías capaz de hacerlo dos, tres e incluso cuatro veces. 

Cara de ángel y la sonrisa más hipócrita de todas. "Quedemos" decías, "será divertido y os echo de menos". Blah, blah, blah. Lo decías por decir, y luego pedías que contestara tus mensajes, tus llamadas e incluso las indirectas que solías mandar. 

¿Para qué? ¿Qué gano yo? Otro disgusto más que añadir a la lista, una demasiado completa e incluso interminable. Fueron buenos momentos y luego las puñaladas no solo vinieron por detrás, por delante también. Y sale a relucir la hipocresía, al fin y al cabo es lo que mejor se te da. 

Te encanta ganar batallas y da igual si juegas sucio, da igual a quien te lleves por delante, quien salga perdiendo o a quien hieras durante las peleas. El ombligo del mundo quieres ser, ganar en todo momento y ser "doña perfecta". Todos deben estar apoyándote a tu lado. 

Te importan poco los sueños de los demás, siempre cortando a media palabra, dando la nota, incluso opinando cuando nadie te ha pedido que hablases. Berrinche del año si sales perdiendo, si alguien te lleva la contraria, si siguen por su camino y no es como tú lo querías. 

Lo siento, pero hay gente con personalidad propia.  

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