jueves, 1 de agosto de 2013

¿Por qué?

Llevo tiempo preguntándome por qué somos tan orgullosos, por qué no somos capaces de reconocer nuestros errores, de admitir que nos hemos equivocado y de pedir perdón. ¿Por qué? 

Somos incapaces de tragarnos nuestro orgullo por una persona sincera, por una persona que vale la pena. Y al final lo que pasa es que perdemos a esa persona especial. 

No cuesta admitir que nos hemos equivocado, tampoco cuesta pedir perdón. A veces preferimos mentir antes que contar la verdad. A veces somos capaces de ilusionar a las personas, hacer que cuenten con nosotros para que después caigan, se den contra el muro. Somos capaces de eso, somos capaces de darnos cuenta de que hemos hecho mal y no rectificamos. Somos demasiado orgullosos. 

¿Por qué? Sigo sin entenderlo. Si queremos a esa personas, si de verdad nos importa deberíamos agachar la cabeza cuando nos equivocamos y tan solo pedir perdón. Pero, quizás no siempre somos orgullosos. Tal vez es que esa persona no nos importa tanto como habíamos pensado y tampoco era tan especial como creíamos. 

No lo sé. Somos orgullosos, tercos, humanos que cometen errores... Pero, hemos de actuar en consecuencia. Pedir perdón o alejarnos, todo depende de la situación. 

Alejarse si vemos que esa persona no merece la pena, si creemos que estaremos perdiendo el tiempo yendo detrás de esa persona. O tragarnos el orgullo, pedir perdón y seguir adelante, no tirar la toalla. Siempre y cuando esa persona sea especial... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...