jueves, 16 de mayo de 2013

Siendo felices.

No puedo dejar de pensar en ti. No puedo dejar de pensar en esas noches llenas de pasión, de ternura, calor y amor. Noches de locura, noches que nunca olvidaré porque están llenas de recuerdos, de secretos.

Esas noches en las que solo existíamos tú y yo. Noches en las que solo existimos tú y yo. Donde paseamos de la mano por las calles de la ciudad, donde vamos jugando entre nosotros, picándonos, sonriendo y disfrutando de esa brisa marina que nos proporciona la mar. 

Tomar un helado mientras caminamos juntos por nuestro paseo marítimo preferido. Y al final, al final me doy cuenta de que el helado se ha ido derritiendo poco a poco... Estoy tan absorta. No puedo parar de mirarte. Tus ojos brillantes, esos que no tienen que envidiar a la luna. Tus rojos labios, tus carnosos labios... Esos que no puedo parar de besar un instante, que no dejo de besar y mordisquear porque me transmiten esa paz que necesito y anhelo cuando no te tengo a mi lado. 

Y noches no tan calurosas. Noches frías donde me rodeas con tu brazo, me acaricias mi hombro desnudo, y me sonríes. ¡Cómo me encanta tu sonrisa! ¡Me vuelve loca! Y tus brazos cuando me rodean, cuando me cogen por la cintura, cuando me acarician, cuando pasas tu dedo sutilmente por mi frágil piel. Me estremeces. 

Sonreímos. Nos contamos mil y un secretos, anécdotas, todo aquello que nos ha pasado en el día a día, las pequeñas tonterías, los percances que hemos llegado a tener. Y entre medio de las explicaciones, entre medio de las risas... besos, besos y ¡más besos!

¡Somos felices! Quizás tengamos nuestros piques, nuestros rifirrafes, nuestros pequeños problemas, pero nada que no se arregle con una buena charla mientras paseamos a la orilla del mar. O mientras tomamos un suave café en nuestro rincón preferido, o mientras miramos las estrellas en aquel bonito mirador. 

Pasar tiempo contigo, estar a tu lado es algo que no cambio ni por todo el oro del mundo. Ya no es solo por el hecho de que me haces feliz, ya no es solo porque soy feliz a tu lado, sino porque me quieres, me amas, me enseñas a crecer día a día como persona, como mujer. A tu lado he madurado, he aprendido a levantarme, a esforzarme, a luchar, a valerme por mi misma, a soñar, a amar. Estar a tu lado, tenerte a mi lado es algo muy valioso. 

Estar tumbados en la cama, sin hacer nada, sin decir nada... Tan solo escuchando nuestro propio silencio, tan solo escuchando los extraños ruidos de la ciudad, de nuestra ciudad. Pero, ya no son solo las noches que pasamos juntos, son los días, las tardes... Las mañanas desayunando contigo, días en los que apareces en mi puerta con un pequeño desayuno, y decidimos ir al parque. Mañanas en que eres capaz de acompañarme a la estación de tren, para yo llegar sana, para pasar cinco minutos conmigo antes de empezar la rutina, antes de volver a la normalidad. 

En fin, mañanas, tardes, noches, días enteros siendo felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...