miércoles, 29 de mayo de 2013

¡Maldito saco!

Hay veces que es mejor hacerte la estúpida. Sí, hacer como si nada pasara, como si todo estuviera bien, aunque por dentro... por dentro estés hecha polvo. 

Y muchos se preguntarán que porque callar. La verdad, porque es mejor así. Es una manera sencilla y fácil de no buscar más problemas y de no encontrarlos. Es decir, es mejor poner buena cara, una gran sonrisa y seguir adelante. Hacernos los tontos, aunque ya sepamos toda la verdad. 

Hemos descubierto las mentiras, las jugadas sucias, las malas maneras, etc, etc, etc. Descubrir todo aquello de lo que ya tenías una ligera sospecha. Sospechas como que aquellos que decían ser tus amigos tan solo eran un par de tramposos y mentirosos que solo contaban contigo para lo que a ellos les convenía. Ahora bien, si en algún momento decides darles la espalda, eres tú la mala, eres tú quien otra vez se ha equivocado, eres tú la causa de su decepción. 

Así pues, son capaces de meterte en el saco que todos aquellos falsos e hipócritas que también estaban a su lado por interés. Y tú quien has dado todo estás en ese mismo saco. En ese maldito saco. Te das cuenta pues, que la historia se vuelve a repetir. Ves como otra vez, no le has importado a nadie, que tan solo eres un juguete más, un títere de aquellos que decían ser tus amigos. 

Y tú cansada ya de que la historia se repita día tras día, y para no buscar más problemas decides callar. Crees que eso es lo mejor, porque no es fácil conseguir amigos verdaderos... Bueno, a personas de este tipo no se les puede llamar ni verdaderos, y mucho menos amigos. 

Empiezan siendo una amistad, pero callando y abriendo bien los ojos los acabas desplazando. Acaban distanciándose, hasta el punto de ser simples conocidos. Pero, siempre hay terceras personas que salen malparadas de todos esto. Personas consideradas amigos que no quieres perder, de las que no quieres distanciarte... Y tan solo ves que no sabes que hacer, ni como abordar el asunto. 

¿Conclusiones? Ninguna. No las hay. Tan solo seguir hacia delante, aguantando a esas personas que dicen acaba decepcionadas de ti, cuando ellos no son capaces de entender que tú también tienes tus problemas y que ellos no fueron capaces de estar ahí, escuchándote, apoyándote, abrazándote cuando más lo necesitabas. En definitiva, no hay nada en claro que sacar de todo esto. Bueno sí, lo que ya sabíamos... que hay mucho falso, mucho hipócrita suelto, aquél que se escapó del saco donde a mi me metieron.

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