miércoles, 1 de mayo de 2013

Al final, piezas.

Si cada vez que me escapo, vuelvo corriendo a tu lado...
Al final...
(Al final, Pignoise)

Escapar. Escapar de todo. Escapar de los problemas, de los malos días, de las mentiras y falsedades, de la hipocresía del día a día, y por supuesto escapar de ti. En fin... escapar. 

Salir corriendo, alejarme de todo aquello que hoy nada más que me provoca lágrimas, que tan solo me hace llorar. Huir. Es la respuesta más fácil, la respuesta más sencilla. Ver un problema y correr en dirección contraria él, alejándose. Creemos que todo lo malo desaparecerá. Creemos que no  enfrentándonos a ellos, creemos que huyendo, al final todo acabará. Todo lo malo, todo aquello de lo que queremos huir. 

Pero, debes saber algo: cuando decidas volver, todo seguirá tal y como lo dejaste. Sin embargo, yo soy la primera que decide huir, la primera que decide escapar. Soy yo quien, nada más verte, corre en dirección opuesta a ti. Quizás por miedo, o quizás por el hecho de estar cansada. Sin embargo, a diferencia de lo que dice la canción, yo no quiero recompensarte por nada, no he de hacerlo. No fui yo quien traicionó la confianza de la persona a la cual quería, no fui yo... 

Pero, cada vez que huyo, cada vez que escapo de todo y todos, acabo dando un paso atrás. Retrocedo, y decido volver a refugiarme en tus brazos, decido correr a tu lado. La verdad, no sé exactamente porque lo hago. Porque, a pesar de que al final decido volver a tu lado, los problemas siguen estando ahí, y el hecho de refugiarme en ellos no significa que los malos recuerdos se hayan borrado. 

Por eso, sé que he de cambiar, sé que es el momento de poner punto y final a  esto... Porque sé que... 


Y es así, el cajón de los malos recuerdos quedará vacío en cuanto ponga punto y final a todo. Reconstruiré mi vida, las piezas de mi puzzle volverán a encajar. No puedo, no podemos seguir malgastando el tiempo, no podemos quedarnos anclados en el pasado, estar en el mismo escalón. 

Hemos de buscar la felicidad, encontrarla, esa que esta a la vuelta de la esquina. Borrar los malos recuerdos y que tan solo permanezcan los buenos. Y si todas las piezas encajan, acabaremos encontrando esa felicidad que tanto anhelamos. Y al final, volveremos a refugiarnos... 

Porque, al final, me doy cuenta que tan solo huyo para encontrar la verdadera felicidad, para borrar el dolor, el pasado. Para que tan solo quede como un recuerdo, como una experiencia de la cual seguramente hemos aprendido una valiosa lección. Y al final, volver a refugiarnos. Pero esta vez, en los brazos de esa persona que ha ocupado la pieza final de nuestro particular puzzle. 

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