miércoles, 7 de noviembre de 2012

Enseñándome a ser feliz.


Día tras día crecemos como personas. Y he de decir que no es algo sencillo y tampoco es algo que hagamos solos.

Creo que si crecemos es gracias a nuestros seres queridos. Es gracias a aquellas personas que aportan su granito de arena en nuestras vidas. Es gracias a esas personas que hacen más llevadero nuestro día a día. Son ellos, las personas que apreciamos y queremos las que a lo largo de nuestra vida nos enseñan a ser mejores personas y a crecer a nivel personal.

Y a mí me han enseñado muchas cosas. Me han enseñado a no derrumbarme cuando creo que las cosas peor no pueden ir, cuando creo que nada puede cambiar y mejorar. Me han enseñado a ser fuerte delante de todo y todos. Me han enseñado a luchar por aquello en lo que creo. Me han enseñado a defender todo aquello por lo que he luchado.

Pero, estas son pequeñas enseñanzas del día a día. Sin embargo, hay algo que he aprendido gracias a aquellos que quiero, algo que me han enseñado y que es para siempre, algo que no cambio por nada del mundo. Y algo que a todos, en mayor o menor medida, nos han enseñado.

Me han enseñado a SER FELIZ. A disfrutar de las personas que tengo a mi lado, a descubrir un nuevo mundo. ¡Un mundo lleno de cosas sensacionales! Me han regalado grandes momentos. Me han regalado sus sonrisas, sus besos, sus te quiero y esos grandes abrazos que cortan la respiración. 

Y eso hemos de tenerlo en cuenta. Esto son los verdaderos regalos y no esos regalos caros, llenos (algunos) de falsedades, de mentiras, y de cosas que, a mi parecer, no nos llenan como personas. Porque sí, un coche podrá ser un gran regalo, pero para mí lo es a corto plazo.

Para mí es mucho más satisfactorio una pulsera con las iniciales de las grandes personas que quiero (y es algo que tengo conmigo y siempre lo llevo conmigo). Y este regalo es un mero ejemplo. Pero para mí significa mucho más. Y es así, por la sencilla razón de que, cada vez que veo esta pulsera, se me escapa una sonrisa y recuerdo los grandes momentos vividos a su lado y como gracias a ellas hoy puedo decir que soy mejor persona. Porque con cosas como estas o con cosas como una postal, una carta o una foto, recuerdo que me han enseñado a ser feliz y que gracias a ellas (y obviamente a mi familia), hoy puedo decir que SOY FELIZ. 



Por eso, creo oportuno decir, que si tienes amistades de este tipo. Personas que te llenan, no las dejes marchar, no las desperdicies. Valóralas, porque de igual forma lo harán contigo, te valorarán. Porque si una persona de verdad quiere a otra, hará lo imposible para que esa amistad no se pierda, no se marchite. Y tú intentarás hacer lo mismo. Y yo también haré lo mismo.

Y si en algún momento ves que hay alguien que, a pesar de tus esfuerzos, está dejando que esa amistad se marchite, te aconsejo (aunque no soy una experta), que tú también la dejes marchar. Porque serás capaz de ver que quizás no te ha enseñado nada y que solo habéis compartido momentos irreales. Momentos ficticios que para ella, momentos que no han significado nada.

Así pues, solo me queda decirte, ¡SÉ FELIZ!


Hoy es un día especial para una de las personas que me ha enseñado a ser feliz y que está a mi lado. Una persona a la que no soy capaz de describir ni en 100 ni en 1000 palabras. Alguien que me apoya y me escucha. Aunque me digas mil y una veces que no he de darte las gracias, he de agradecerte todo lo que has hecho y haces por mi. He de darte las gracias porque has sido tú quien me ha demostrado que uno no se puede derrumbar, eres tú quien día a día ha sido capaz de superarse. No me cansaré de repetirte lo mucho que te quiero, lo orgullosa que me siento de ti y lo feliz que soy teniéndote a mi lado como amiga. Este post está dedicado en especial a ti, y obviamente a esas personitas que están a mi lado y con las que tengo el privilegio de compartir grandes momentos. Y va dedicada a vosotras las que me habéis apoyado cuando decidí escribir este blog. Y a ti, que siempre me pides post!

Te quiero, os quiero. Ana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...