lunes, 19 de noviembre de 2012

A vuestro lado...

Tú, que me enseñaste a ser sincero,
sin temor a lo que pienso, evitando la mentira,
tú, que siempre has estado presente
y cuando no estaba la gente que tanto me prometía.
(Tanto, Pablo Alborán)


Y me enseñaste a ser sincera. No con los demás, que también, sino conmigo misma. Creo que gracias a ti veo la vida de otra forma. Quiero decir, he aprendido a aceptarme tal y como soy, con mis más y con mis menos, con mis defectos y con mis virtudes, en definitiva, aceptarme a mi misma. 

Pero no sólo eso... Hoy, por hoy, puedo decir que he dejado de mentirme a mi misma. Sí. Y creo que es algo que deberíamos hacer todos. No sé... hay veces que, por ejemplo, seguimos manteniendo relación con algunas personas, aun a sabiendas de que no se merecen estar a nuestro lado. Y creo que lo hacemos porque siempre nos queda una pequeña esperanza de que van a cambiar. Y es así, como nos engañamos a nosotros mismos, Pero gracias a ti, he aprendido a decir basta y a admitir que he de sacarlas de mi vida. 

Y por tenerlos a mi lado, he basado parte de mi vida en una mentira. Sí. Y por eso, gracias a ti aprendí a evitarla, aprendí a que he de admitir que las cosas son como son y contra eso no se puede hacer nada. Tan solo convivir con ello, tan solo hacer que eso, que antes era mentira, forme parte de tu vida, pero ahora como verdades.

Y también creo que eres tú quien ha estado a mi lado. Tú quien nunca ha pedido nada a cambio ha estado ahí... ¡y yo que pensaba que no lo estarías! Me sorprendiste, entraste en mi vida sin prometerme nada y, sin embargo, cumpliste todas las promesas que los demás nunca cumplieron.

Después de esto, y a través de los versos del principio, llego a la conclusión que si tenemos a alguien a nuestro lado que nos brinda ese amor que nadie más lo hace, si tenéis a vuestro lado a una persona que os brinda un amor sincero, donde no hay mentiras ni engaños, si tenéis a vuestro lado una persona que os ha quitado la venda de los ojos, que os ha hecho ver la realidad, si tenéis a vuestro lado una persona capaz de darlo todo, una persona que os apoya en cada paso que dais, que os ayuda a levantaros, NO LO DEJÉIS MARCHAR.  

Da igual si es vuestra pareja, si es el amor de vuestra vida, si es un amigo, una amiga, vuestro hermano, hermana, da igual... Eso sí, no lo dejéis marchar, valorarlo ahora que lo tenéis, Porque sino, después, cuando os quedéis solos vendrán los reproches, y dar las gracias, quizás y solo quizás, será un poco tarde. Ellos algún día, aunque creamos que no, se cansarán... 

Así que, a esa persona que está a vuestro lado, sea quien sea, no debéis quererla, sino AMARLA.


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