Ser como Don Quijote: un loco más.

En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...

(Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes)

Y quizás en mi caso no solo es un lugar. No. También es un nombre, los malos tiempos, las lágrimas y llantos del momento... es no querer recordar nada de lo que pasó. 

Y quizás es mejor así. Es mejor no recordar los malos momentos del pasado. Deberíamos quedarnos con aquello bueno que pasó. Porqué no todo pudo ser tan malo, ¿no? Pero es tan difícil conseguir eso, es tan difícil olvidarse de lo malo y dejar que lo bueno prevalezca. ¿Cómo recordar las sonrisas, los besos, los abrazos y los te quiero, cómo? Si de lo que me acuerdo es de todo el daño causado, de las lágrimas, de las mentiras, de la falta de tacto y sí también de sinceridad. Pero es algo de lo que no quiero acordarme y sé que lo conseguiré.

Y quizá la forma de hacerlo es ser un Don Quijote. Sí. Vivir mi propia locura, aquella en la que yo mando, donde yo decido e imagino lo que a mi me apetece, aunque todo me salga mal, sé que no me acordaré de lo malo y viviré mis aventuras, viviré mi vida. Y en todo eso encaja mi fiel escudero, alguien en que verdaderamente podré confiar. Alguien que no me juzgará por mis locuras, por lo que haga sino que me apoyará. Y hará que no recuerde lo malo, que no recuerde las derrotas, sino las victorias sobre la vida. 

Y así ser como Don Quijote, un loco más. Alguien que vivió su vida sin miedo a los prejuicios.