domingo, 27 de enero de 2013

Otra vez...

Me he referido tantas veces a este tema que ya he perdido la cuenta. Sin embargo, una vez más quiero volver a reflexionar sobre él, quiero intentar entender el porque. Necesito responder todas las dudas que tengo sobre él, necesito entender que es lo que está pasando, que es lo que ha pasado. 

Y sí, otra vez, me vuelvo a referir a las amistades, a esas viejas y grandes amistades... Es que, me encantaría entender porqué ha pasado todo lo que ha pasado, me encantaría saber si ha sido culpa mía, si yo me he equivocado... 

Hay tantas veces que intento no pensar en ello, intento no mirar al pasado, intento no reconstruir todo aquello que vivimos, pero es tan difícil, no puedo evitarlo. Y, por eso, otra vez estoy aquí... Estoy frente a mi ordenador, estoy pensando y dándole vueltas a ello, otra vez...

Teníamos una gran amistad, compartimos grandes momentos. Confiamos la una en la otra, al menos yo sí lo hice. Compartimos secretos, confidencias. Vivimos momentos agradables, disfrutamos juntas. Compartimos risas, llantos, besos y abrazos. Y, otra vez, me vuelvo a preguntar lo mismo ¿qué queda de eso? Y la respuesta sigue siendo la misma: nada.

No lo entiendo, o quizás sí... Es solo que, para mí, era una amistad importante, era una gran amistad y ver que poco a poco se ha ido quedando en nada duele. Ahora, ya ni siquiera somos capaces de saludarnos. No somos capaces de decir un simple hola, aunque solo sea por respeto, aunque solo sea porque en un momento dado nos tuvimos cariño. 

Ahora es todo lo contrario. Quiero decir, si nos encontramos por la calle, si alguna vez nos vemos somo capaces de cambiar de acera, de agachar la cabeza, de escondernos o simplemente de girar la cabeza y mirar para otro lado. Y, como no, otra vez, me pregunto el porqué. 

Hay veces que es bueno recordar, es bueno recordar el pasado para así ver como todo ha ido avanzando, para ver como todo ha ido evolucionando, para ver como todo ha ido cambiando. Y quizás, ahora, me doy cuenta que tus abrazos eran abrazos vacíos, que tus besos eran besos fríos, que tus te quiero eran falsos, que tú tan solo me querías cuando me necesitabas. Pero, ahora que no me necesitas decides irte... Te vas, otra vez, sin dar explicaciones, sin decirme ni siquiera adiós. 

Sin embargo, a pesar de saber que esto es así, he intentado mil veces  escribirte un simple mensaje para saber como estás, para saber si todo te va bien. Pero no sé para que vale tanto esfuerzo si de ti nada obtendré. Porque nuestra relación no es la misma, nosotras ya no somos la mismas. 

Y otra vez, me digo que es mejor así. Otra vez vuelvo a engañarme... Porque en el fondo me encantaría que volviéramos a ser las de antes, esas dos amigas locas que tanto se querían o que decían quererse. 

Así pues, he de aceptar que no volverá a ser lo mismo. Sin embargo, no se puede decir que yo no lo haya intentado, porque lo intenté, lo intenté. Pero, otra vez, fuiste tú quien falló, como muchas veces hiciste con tus amistades. Y, llega un momento en el que una se cansa de ceder, se cansa de estar detrás de las personas luchando para que aquello que un día fue especial no se rompa, no se acabe... Pero, en vista de que no he podido hacerlo...

Soy yo quien otra vez vuelve a sufrir...




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...