lunes, 19 de mayo de 2014

Heridas.

Pasa el tiempo, pero, las heridas no sanan. 

Tú no las ves, pero, hay heridas que siguen ahí. Son ese tipo de marcas que quedan, persisten y nunca se olvidan. ¿Como olvidar el día en que te fuiste sin despedirte? ¿Como olvidar tus palabras hirientes? ¿Como no recordar tus burlas y risas? ¿Como?

No eres capaz de entender que todo eso sigue ahí y que un simple "lo siento" no basta para arreglar y recoger los trozos rotos de nuestra amistad. Eso ya no vale. 

Piensas que todo sigue igual, que podemos seguir manteniendo nuestra amistad. Sin embargo, no sé si has cambiado. Creo que sigues igual que siempre y que encima no te das cuenta. 

Somos personas diferentes, nadie es igual. Tú tienes tus gustos, yo tengo los míos. ¿Cual es el problema? No sabes como me siento cada vez que te ríes de aquello que a mí me gusta, aquello que me hace feliz.

¡Sí! ¡Feliz! Soy feliz cuando disfruto de aquello que más me gusta hacer, cuando disfruto de esos pequeños momentos de soledad escuchando música, relajándome mientras leo. Soy feliz.

¿Y tú? Tú te ríes porque mis gustos no son como los tuyos. Nunca tienes en mente eso de para gustos los colores. Haces daño sin ton ni son, sin pensar en como me puede llegar a afectar a mí. 

A veces creo que no me conoces. A veces creo que piensas que yo también me divierto con tus "bromas". Aunque no creo que a lo que tú haces se le puedan llamar bromas. Al menos no para mí. 

¿Por qué lo haces? Sabes que yo callaré, que no te diré nada. No quiero problemas. Pero, tus comentarios duelen. Duelen, duelen y duelen. Duelen. Y todo ello se queda en mí. Se queda guardado, no hay manera de que sane. 

Son heridas que no sanan, heridas que no se olvidan. Y puedo perdonar, pero nada será igual. Nada.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...