domingo, 18 de diciembre de 2016

Someone unexpected.

Expect the unexpected.

No sé si eres tú o soy yo, quizás somos los dos. Chocamos una y otra vez contra el mismo muro, pensamos que todo mejorará, que lo solucionaremos. Y aquí estamos, en el mismo trampolín, diez metros de distancia, decidiendo si es el momento de saltar. 

Tirarnos a la piscina era nuestra mejor opción. Saltar sin mirar atrás. Una decisión tomada en dos segundos, sin planes de futuro, sin consecuencias en las que pensar. Nadie a quien darle explicaciones. Seguir nuestro camino. 

Eso era lo que yo quería. Estar a tu lado. Besarte, abrazarte, acariciarte, amarte. Te quería a ti, sólo a ti. Nadie más era capaz de llenar ese pequeño vacío en mí, nadie me hacía tan feliz como tu sonrisa de buena mañana. 

Me enfadaba cada vez que llegabas tarde, metías excusas estúpidas. Una hora más tarde aparecías, sonrisa puesta y chulería por banda. Y yo, como no, te volvía a perdonar. Me perdía entre tus risas, en la dulzura de tus labios, en tu mirada traviesa, en ti.

Jugábamos al gato y el ratón. Me escondía, me encontrabas. Sabías cada pequeño detalle, conocías cada parte de mi cuerpo. Tu mirada me recorría de arriba a abajo, de lado a lado. Cada rincón de mi ser estaba pensado por y para ti. 

No fue un camino de rosas, sigue sin serlo. Hubo un par de espinas, aún las seguimos encontrando. Sin embargo, tú no fallas. Da igual el día, la hora, el momento que estemos viviendo... sigues haciendo que lo olvide todo, que solo piense en ti. Me vuelves loca. 

Saltamos, nos mojamos. Tus brazos me rodean, son dedos de terciopelo. Empiezas por mi mano, sigues por mi muñeca. Tus labios encuentran los míos, quizás siguen bajando. Son suaves, perfectos. 

Quería verte por última vez, quería volver a saltar contigo. Yo seguí saltando, una y otra vez. Pensé que me agarrarías, que me esperarías abajo. No estabas. Salté, seguí saltando. Seguí esperando. Era hora de dejarme... dejarme volar decías. 

Y volverás, lo sé. Llegarás tarde, sonriendo, mirándome locamente. Tu mirada hablará sola, dirás que me amas. Pedirás disculpas, encenderás un cigarrillo y pronunciarás las mismas palabras de siempre: espera lo inesperado. Tú. Imagínate por qué...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...