lunes, 18 de enero de 2021

Si te he visto no me acuerdo.

 

A veces me dan ganas de escribirte. A veces quiero decirte al oído todo lo que un día no fui capaz de decirte. Me gustaría no morderme la lengua y poder recriminarte todo igual que hiciste tú. No soy así, aunque por un instante desearía serlo. Querría mirarte a la cara y reírme de todas tus fechorías, de tu fanfarroneo. 

Presumes de mucho y poco tienes. Y sí, yo seré hipócrita por no decírtelo a la cara, pero ¿crees que vale la pena? Lo único que harías es reírte, mirarme con desprecio y luego centrarte única y exclusivamente en tus problemas. Así que, la verdad, no vale la pena. Pero sí, me gustaría mucho poder decírtelo todo a la cara. 

¿Sabías que nadie es perfecto? No, no lo somos. Y algunos ni siquiera queremos serlo. Nos gusta vivir nuestra vida al máximo, crecer profesional y personalmente, pero sin que eso nos afecte, ni acabe con nuestras fuerzas. Aun así, contigo todo se vuelve tóxico, agotador y negativo. 

Una densa capa de humo negro nos envuelve, una lluvia arrasa con todos nuestros sentimientos y nuestros pensamientos. Apareces queriéndolo cambiar todo, pasando por encima de cualquiera que quiera interponerse en tu camino. Jamás, nunca piensas en los demás, en cómo se sentirán. Si solo fueras egoísta... 

Te corroe la rabia, la envidia y quieres ser mejor que lo demás. Envenenas, enrabias y acabas agotando. ¿Y luego quieres saber qué es lo que pasa? Que nadie quiere saber ya de ti. Desean borrarte de sus vidas, de sus rutinas. Borrón y cuenta nueva dicen, pero cierran un libro para escribir uno nuevo en el que tú no estés. 

¿Buscas gloria, fama? No la encontrarás aquí. Lo único que pueden darte es odio, una sonrisa falsa, media vuelta y, la verdad, si te he visto no me acuerdo. No escribirte ha sido lo mejor que me ha pasado. Sí, aun te guardo rencor. Aunque lo que te puedo decir es que me alegra no haberte escrito, porque has entendido que de mi vida ya no formas parte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguimos viviendo de sueños.

Ojalá poder hablar sin tapujos, ser un maldito libre abierto, no dejar que te coma por dentro, que en ti haya un malestar generalizado por a...