miércoles, 11 de mayo de 2016

Ser yo.

No sé que me pasa últimamente. No sé que hacer con este sentimiento que corre por mis venas, que recorre cada poro de mi piel. Son sentimientos encontrados, el placer y el dolor unidos en uno. Los celos se apoderan de mí, me hierve la sangre, no soy coherente. 

Dolor, solo veo dolor. Secretos que se esconden tras una vieja puerta, en aquella buhardilla a la que uno solo sube para rememorar viejos recuerdos. Mentiras con el fin de ocultar la verdad, por no querer admitir que sólo te mueve el interés, que no quieres nada más. 

Me utilizas, sabes que teniéndome cerca puedes arrimarte a otros. La estupidez no es lo tuyo. Sabes arrimarte al árbol que más cobija, al sol que más calienta. Te ríes de mí y de todos los que una vez creyeron en ti, en tus palabras. Tienes labia, endulzas la verdad, haces que crean en ti y es como si disfrutaras. Creo que disfrutas. 

No piensas; actúas y reaccionas sin deparar en tus acciones, en como afectarán a los demás, a mí. Yo solo soy un peón, aunque sea el que te acerque a la reina. Aun así, la estúpida soy yo por dejarme llevar, por pensar que esto era diferente, que tú lo eras. 

Decepcionante, humillante. Es como si me estuviera arrastrando, como si me dejara llevar por esos sentimientos que tú creas y luego destruyes. Lo mío es caer bajo, y lo tuyo no tiene nombre. Demasiado ingenua soy, demasiado soñadora, poco realista y con demasiadas esperanzas puestas en quien no lo merece, en ti. 

Caigo una y otra vez en el mismo error, es como si no recordara el típico "por el interés, te quiero Andrés". Creo en esas ilusiones de la vida, esos momentos donde todo sera bonito, donde por una vez todo saldrá bien. Todo acaba mal, yo acabo mal. 

Pongo a los demás por encima mío; ellos son mejores, ellos saben más. Me he vuelto a equivocar, he vuelto a salir perjudicada. No sé ser egoísta, no sé como dejar a los demás de lado y pensar en mí, en mis sentimientos. Y cuando todo se descubre es como si un balde de agua fría te cayera encima, como si te hubieran traicionado, como aquél que un día fue un íntimo, hoy es una mera imagen difusa. 

Siempre pensando lo mejor de los demás, otorgando el beneficio de la duda, confiando... No aprendo más ¿verdad? Tiendo mi mano, doy ayuda a aquel que se me acerca pidiéndola, mientras los demás se aprovechan de ello, mientras otros se otorgan el mérito, se cuelgan la medalla. Y todavía es más estúpido el callar, el no decir nada. El ser yo. 

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