A veces deberías cuidar tus palabras, quizás estés hiriendo a alguien.
Quizás tú no te des cuenta, pero, hay palabras que al ser pronunciadas pueden herir a aquellos que te hacen compañía. Quizás hoy no lo veas, pero, en un futuro, cuando veas que se apartan de tu lado sin motivo aparente, te preguntarás el porqué y la respuesta es sencilla; tus palabras hirieron.
Los hechos hieren más, es verdad. No obstante, hay personas que tienen el don de la palabra, y no lo digo en el buen sentido. Hay palabras que provocan tal dolor que tan solo salen lágrimas silenciosas y vacías.
Hay momentos en los que preferiría haber callado, haberme guardado esa pregunta para mí, aunque me quedara con la incertidumbre, porque ahora entiendo que la respuesta había sido más dolorosa. Mucho más dolorosa.
No lo ves, no lo sabes o sencillamente das la espalda a todo esto que pasa, a esas palabras escupidas con indiferencia, sin importarte los sentimientos de los demás, mis sentimientos.
Escoge la palabra que tú quieras. Un "no", un "te odio", un "prefiero a otra persona", "hay gente más valiosa en mi vida", un "no lo sé". Escoge aquella palabra que quieras, aquella que hayas pronunciado alguna vez sin pensar en como lo recibirá el receptor de ese mensaje. Escoge.
Por una vez, mira hacia al pasado con otros ojos, desde otra perspectiva y entiende que me hiciste daño. A tu lado sonreía, a tu lado las horas pasaban volando, a tu lado... ¿Y ahora?
Ahora solo quedan en mi mente el recuerdo de tus últimas confesiones, aquellas que para ti eran simples palabras escritas a una amiga, pero, que para mí eran el principio de una etapa dolorosa.
Mide y cuida tus palabras, no solo porque puedas estar hiriendo a alguien, sino porque podrías perder a esa persona. Vigila aquello que dices, todo puede ser malinterpretado y re-interpretado, todo puede acabar en lo mismo...
En lágrimas silenciosas, escondidas tras mis suaves manos como si quisiera esconder todo el dolor causas por un puñado de palabras.
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